En el 2017 se sabrá más sobre la esencia de la materia gracias al Gran Colisionador de Hadrones
UN/DICYT Todas las partículas que forman el Universo encajan unas con otras de forma perfecta. Sin embargo, falta hallar una pieza clave del rompecabezas que explicará la esencia de la materia: el Bosón de Higgs. “Estimamos que hacia el 2012 comenzaremos a tener respuestas parciales sobre la existencia del Bosón de Higgs, pero será hasta el 2017 que podremos tener resultados concretos, gracias al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que nos dirá si esa partícula existe o no”, asegura George Mikenberg, científico del Instituto Europeo de Investigación Nuclear, que visita la Universidad Nacional de Colombia por estos días.
¿Por qué es tan importante el hallazgo de la partícula Bosón de Higgs? Porque con ella se explicaría la razón por la cual todas las otras partículas del universo tienen masa, o sea, son objetos físicos perceptibles en la realidad.
Un ejemplo podría ser el siguiente: recuerde cómo giran los planetas alrededor del sol. En el átomo existe un núcleo, como un pequeñísimo sol, alrededor del cual también giran partículas subatómicas, como son los electrones. En ese núcleo están otras partículas llamadas protones y neutrones, las cuales, a su vez, están formadas por diminutas partículas llamadas quarks, que son hasta ahora las más pequeñas que el ser humano ha podido detectar. Pero allá, en lo más profundo, aún sin hallar, está el Bosón de Higgs.
Según Mikenberg, “con el modelo estándar de la física de partículas, que explica la forma como encajan todas esas partículas en el universo, se ha podido comprobar a niveles increíbles, de hasta a la 10-3, que todas las predicciones teóricas son ciertas. Incluso en este momento tenemos demostraciones indirectas de que el Bosón de Higgs existe, debido a todas esas mediciones de gran precisión”.
Y si los experimentos del LHC no hallan al Bosón de Higgs ¿qué pasará? El científico, de origen argentino, sostiene que en ese caso el panorama se pone aún más interesante, debido a que se tendrán que encontrar otros fenómenos físicos que expliquen la no existencia de esa partícula esencial.
Agrega que esto implicaría mucho más tiempo de investigación, del orden de unos 10 a 15 años, algo que requeriría muchas más colisiones en el LHC y el desarrollo de nuevas teorías. Por lo pronto, todo indica que para el 2017 se caracterizará y el hombre verá de primera mano el Bosón de Higgs.