Alimentación Argentina , Chubut, Viernes, 13 de noviembre de 2009 a las 20:40

Estudian cambios en la composición del suelo a través de pequeños artrópodos

Una docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco estudia la mesofauna como un indicador del impacto de las actividades humanas

CGP-UNPSJB/OEI-AECID/DICYT Susana Rizzuto, profesora de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), estudia los invertebrados que habitan en el bosque nativo de la Patagonia con el fin de analizar cómo varía el hábitat de estos microartrópodos en función de la vegetación que se encuentra cubriendo el suelo del bosque. Los ecosistemas forestales, ya sean nativos o cultivados por el hombre, ocupan un papel económico y social relevante en esta zona. Estos bosques utilizados con fines paisajísticos, turísticos y económicos requieren un manejo sostenible que sólo puede realizarse conociendo su biodiversidad. En este sentido, la mesofauna es utilizada como un bioindicador del impacto de las actividades humanas. 

 

En Patagonia se conoce poco respecto a la fauna existente en el suelo, tal y como remarcó la experta, quien resaltó que “esto se debe a la gran diversidad de organismos y la consecuente dificultad taxonómica para identificarlos”. La que lleva a cabo constituye una de las primeras investigaciones respecto a mesofauna asociada a la hojarasca de los bosques nativos en la provincia del Chubut. Estudios preliminares de la biodiversidad de esta fauna permitieron ver que debajo de la cobertura boscosa de pinos (plantados la diversidad y la abundancia de estos organismos disminuye y en algunos casos desaparece. No sucede lo mismo con el bosque nativo donde existe una gran riqueza de especies que favorece el cuidado del entorno natural.

La importancia de estos organismos radica en que son los encargados de aportar nutrientes al suelo, interviniendo en la primera fase de degradación de las hojas para ser incorporadas al sustrato, de donde luego se nutrirán las plantas. En suelos sin materia orgánica la tierra se compacta transformándose en un suelo no productivo, según fuentes de la UNPSJB.

 

El por qué desaparecen estos microorganismos es una de las preguntas que se realiza la investigadora. Determinar si esto se debe a la importancia de esta hojarasca o a cambios químicos en la composición del suelo es lo que trata de averiguar. Hay distintos tipos de disturbios que afectan directamente el suelo como son la composición del bosque, la deforestación, los incendios y la aplicación de agroquímicos. Los organismos que se encuentran en la primera capa del suelo son los más sensibles a estos tipos de modificaciones y por ende los que sufren estos impactos.

 

Colonización difícil en ambientes quemados

 

Algunos datos preliminares muestran que en el caso de incendios, a estos pequeños organismos les cuesta recolonizar los ambientes quemados, aunque haya pasado un año desde el siniestro. Además de estar más expuesto a las rigurosas condiciones ambientales del clima de la cordillera patagónica.

 

La hipótesis que se maneja es que el suelo quemado pierde o cambia la cantidad de compuestos químicos. Estos organismos necesitan mucha humedad y los datos obtenidos hasta ahora demuestran que los suelos que han sido quemados son más secos que los que permanecen verdes con una cubierta de hojas protegiéndolo.


“La investigación iniciada en 2008, se encuentra acotada al bosque nativo de lenga, se analiza el impacto que producen los incendios forestales en la calidad y recuperación del suelo; siendo este factor exógeno uno de los disturbios más importantes y frecuentes que tenemos en la región”, explica Susana Rizzuto quien agrega que también se indaga sobre el reemplazo de bosque nativo por especies exóticas en otros proyectos.

 

Este estudio aporta información relevante para las autoridades encargadas de las planificaciones forestales, ya que no se ha prestado atención en la posible influencia que puedan tener los diversos manejos forestales sobre la diversidad de la fauna edáfica de artrópodos, la que tiene sin duda, importancia en la manutención de las propiedades del subsistema suelo.

 

Trabajo de campo

 

En cuanto al trabajo de campo llevado a cabo consiste en recoger diez muestras de hojarasca a lo largo de una transecta con pala. Las muestras de suelo son envasadas en bolsas plásticas hasta su procesamiento en la Universidad.

 

En el laboratorio se realiza una observación macroscópica y luego la extracción cuantitativa de microartrópodos por medio de embudos Berlese, expuestas a igual proporción de iluminación y temperatura, 72 horas, para asegurar la extracción de un máximo de fauna. Posteriormente se realiza el análisis de los microatrtrópodos obtenidos, donde las taxas serán determinadas hasta el nivel de orden y suborden mediante claves regionales a fin de calcular la riqueza de especies, abundancia total, abundancia relativa, diversidad y dominancia.