Europatitán y el dinosaurio de Torrelara poseían vértebras con anomalías
CAS/DICYT Un estudio reciente que ha desarrollado el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.) y ha financiado la Junta de Castilla y León, permitió identificar una estructura ósea irregular en dos vértebras caudales de ‘Europatitan eastwoodi’, uno de los últimos dinosaurios hallados en el entorno de la Sierra de la Demanda, en la provincia de Burgos.
Los dinosaurios sufrían enfermedades y traumatismos que no eran muy diferentes a las de otros vertebrados, sobre todo en el esqueleto. Las secuelas de esas patologías podían dejar señales en los huesos que, si se daban una serie de circunstancias favorables, quedaban fijadas en los fósiles de esos animales.
Los dinosaurios más longevos, con edades que superarían los 50 años, tenían más probabilidades de sufrir enfermedades articulares o degenerativas, así como pasar por situaciones que provocaban traumatismos. Los saurópodos (herbívoros de gran tamaño) quizás fuera el grupo de dinosaurios con especies más longevas, y por ello los mejores candidatos a sufrir esas patologías.
En el Museo de dinosaurios de Salas de los Infantes se conservan fósiles de dos dinosaurios saurópodos que muestran huesos con estructuras anómalas, atribuidas a algún tipo de proceso patológico o traumático.
Con las primeras labores de preparación de los huesos fosilizados de otro dinosaurio saurópodo, recuperado en las excavaciones realizadas en Torrelara durante el mes de julio pasado, ha saltado la sorpresa. Precisamente en otra vértebra caudal aparecen estructuras totalmente anómalas cuya primera atribución señala también a un proceso patológico.
La hipótesis planteada en ese estudio sugiere un origen traumático pero de difícil identificación. Los huesos se sometieron a un escáner que no reveló fracturas, pero sí permitió caracterizar un recrecimiento óseo en torno a las dos vértebras que provocó su fusión prácticamente total durante la vida del dinosaurio.
Para abordar una investigación profunda de los huesos de estos dos especímenes, se ha formado un equipo de especialistas que desarrollarán el trabajo de auténticos forenses, pero en este caso para dos animales de más de 125 millones de años de antigüedad.
Además de investigadores del Museo de dinosaurios salense, ese equipo cuenta con José Ignacio Canudo, paleontólogo de la Universidad de Zaragoza y con Manuel Perales, Jefe de Servicio de traumatología del HUBU. Posiblemente el grupo de investigadores se incremente con especialistas en otras disciplinas médicas en función de los datos que vayan obteniéndose. Se trata, por tanto, de un trabajo de investigación científica que va a requerir de una colaboración multidisciplinar. El resultado permitirá reconstruir más aspectos de la vida de Europatitan, un gigante que sin duda sufría achaques y enfermedades.