Alimentación Argentina , Córdoba, Lunes, 07 de noviembre de 2011 a las 12:22

Investigadores logran controlar las enfermedades del maní sin usar productos agroquímicos

La técnica, desarrollada por investigadores de la Universidad de Río Cuarto, se basa en el empleo de bacterias

INFOUNIVERSIDADES/DICYT Investigadores de la Universidad de Río Cuarto han conseguido reducir y hasta evitar el empleo de fungicidas en el tratamiento de las enfermedades de la planta de maní a partir del uso de de bacterias. En el trabajo, analizaron aislamientos bacterianos y las enfermedades que limitan el crecimiento del cultivo en la provincia de Córdoba. Desde el punto de vista económico el hallazgo cobra importancia en tanto que Argentina es un calificado exportador mundial de maní.

 

El maní es uno de los cultivos leguminosos más importantes del mundo. La planta, de cuyas semillas son probadas sus propiedades antioxidantes así como sus altos niveles de proteínas, es una dicotiledónea originaria de Sudamérica. El cultivo para el aprovechamiento de las semillas data de hace unos 8.000 años, aproximadamente. Argentina es un "destacado y calificado" exportador mundial de maní confitería, y la provincia de Córdoba es el área de cultivo más importante.

 

La investigación, llevada a cabo por la doctora María Laura Tonelli, adquiere especial importancia, ya que brinda nuevos conocimientos sobre cómo prevenir o reducir enfermedades en la planta de maní en forma natural, evitando el uso de agroquímicos. “Las enfermedades fúngicas, especialmente las producidas por fitopatógenos, limitan la producción de esta leguminosa en toda la provincia”, aseguró la especialista.

 

La experta destacó que una posibilidad atractiva y ambientalmente inocua para paliar el efecto de estos fitopatógenos del suelo es aprovechar la actividad biocontroladora de algunas bacterias promotoras del crecimiento vegetal que se encuentran en el suelo o en las plantas. “La utilización de seres vivos o de las sustancias que estos producen para el control de patógenos vegetales se denomina biocontrol o control biológico”, explicó Tonelli.

 

Los estudios realizados permitieron conocer cuáles son las bacterias idóneas para ser utilizadas como biocontroladores a fin de prevenir, por ejemplo, la enfermedad de marchitamiento que sufre la planta de maní en los cultivos de la provincia.

 

Reducir el uso de agroquímicos

 

Con el empleo de diferentes estrategias de control biológico para tratar enfermedades en la planta de maní puede evitarse la aplicación de grandes cantidades de fungicidas, lo que contribuye al mejoramiento del medio ambiente. En principio, la investigación radicó en obtener los aislamientos bacterianos extraídos de la raíz, tallo y hojas de plantas de maní cultivadas, para luego seleccionar -a partir de diferentes pruebas- los potenciales agentes de control biológico; y por último, los ensayos de esos aislamientos bacterianos, es decir, realizar en el invernadero la aplicación de esos antagonistas en las plantas para analizar sus comportamientos.

 

Con el objetivo de seleccionar y analizar diferentes bacterias nativas de suelos maniseros de la región que puedan ser utilizadas para el control de enfermedades fúngicas de la planta de maní “se evaluaron 193 aislamientos bacterianos, obtenidos de raíces, tallos y hojas de plantas de maní cultivadas a campo”, concretó Tonelli.

 

La investigadora estudió varios mecanismos por los cuales las bacterias pueden efectuar el control biológico. Uno de ellos es el que se conoce con el nombre de inducción de resistencia sistémica de la planta, que consiste en el efecto que produce una bacteria capaz de activar las defensas de la planta. En este marco, “seleccionamos dos aislamientos biocontroladores, Pseudomonas sp. BREN6 y Bacillus sp. CHEP5, que indujeron sistémicamente la respuesta de defensa de plantas de maní, por lo que se disminuyó, de este modo, la severidad de la enfermedad de marchitamiento producida por S. rolfsii”, dijo.

 

Además, manifestó que “puede plantearse como posible estrategia de control biológico del fitopatógeno S. minor la aplicación de bacterias del género Bacillus que muestren más de una estrategia de biocontrol”, y adelantó que el próximo objetivo es que, a futuro, se puedan utilizar alguno o varios de estos aislamientos analizados como inoculantes para el control biológico a campo, ya que todos los estudios que se realizaron fueron in vitro y en invernadero.