Salud España , Valladolid, Miércoles, 02 de julio de 2008 a las 18:29

Investigadores vallisoletanos tratan de identificar molecularmente el sensor de oxígeno de las células

El Laboratorio de Quimiorreceptores Arteriales de la Facultad de Medicina trabajará durante 5 años en este proyecto

Yolanda González/DICYT Los quimiorreceptores arteriales son unas estructuras, embriológicamente derivadas del sistema nervioso, que están situadas en la bifurcación de las arterias carótidas y cuya función es medir instante a instante las presiones de oxígeno y CO2 en sangre arterial para, ante una disminución de la presión arterial de oxígeno (hipoxia) o un aumento de la de CO2, enviar órdenes al sistema nervioso central para promover el aumento de la ventilación. Las etapas en las que se desarrolla este proceso ya son conocidas por los investigadores, sin embargo, aún queda un escollo por resolver: la identificación molecular del sensor de oxígeno en la células con capacidad para detectar hipoxia y generar respuestas adaptativas.

 

Investigadores del Laboratorio de Quimiorreceptores Arteriales de la Facultad de Medicina de Valladolid, liderados por el catedrático de Fisiología Constancio González, acaban de iniciar un proyecto, con una duración de cinco años, que tratará de resolver este interrogante. Para ello, trabajan sobre la hipótesis de que este sensor pertenece a un grupo de proteínas denominadas hemoproteínas “que actúan de forma similar a la hemoglobina”, es decir, que cuando existe oxígeno lo fijan y sino lo sueltan, y en ese proceso “cambian de estructura a nivel molecular, de forma que se producen movimientos en la molécula de la proteína que hacen que pueda, por continuidad, deformar a otra de las proteínas próximas y hacer que se inicie en ella una función”.

 

Para probar esta teoría, los investigadores utilizarán una técnica denominada de RNA de Interferencia sobre cuerpos carotídeos (los principales quimiorreceptores arteriales) de ratas. Esta técnica lo que permite es interferir en el proceso de síntesis de la proteína, lo que provoca que la célula carezca de esta proteína. “Si realmente esta proteína (hemoproteínas) es el sensor de oxígeno, las células deben perder la capacidad de responder a la falta de oxígeno”, ha explicado el investigador, que reconoce que se trata de un proyecto “de alto riesgo, ya que los resultados podrían ser negativos”.

 

Este proyecto se inició en octubre del año pasado, aunque la hipótesis sobre la que trabajan ya la habían observado con anterioridad, afirma González. Así, en 1992 y 2001 realizaron pruebas en conejos y ratas que vinieron a verificar esta hipótesis. Ahora sin embargo se trabajará con técnicas más sofisticadas que se emplearán en explantes de cuerpos carotídeos, es decir, sobre tejidos intactos (sin separar las células), que permanecen en una cámara de cultivo en funcionamiento hasta 12 días.

 

En palabras del investigador, poder identificar químicamente este sensor “ofrecería posibilidades para el tratamiento de ciertas patologías como la muerte súbita en neonatos, ya que en este caso el cuerpo carotídeo no funciona bien, o en casos severos de asma, puesto que probablemente muchas de estas patologías estén ocasionadas por porque el sensor de oxígeno está modificado”.
 

 

Relevo en la dirección de la Sociedad Internacional
La Faculta de Medicina de Valladolid acoge hasta el próximo día 5 la 17 edición del congreso de la Sociedad Internacional de Quimiorreceptores Arteriales, una cita que reúne a un centenar de investigadores internacionales en este campo. El catedrático de Fisiología Constancio González preside actualmente esta Sociedad, pero este encuentro servirá para que tome el relevo en la presidencia el profesor de la Universidad de Hamilton, en Canadá, Colin Nurse, país donde se tiene previsto celebrar el próximo congreso internacional.