Medio Ambiente España , Salamanca, Viernes, 08 de julio de 2022 a las 17:18

Javier Sánchez Martín: "Buscamos cultivos más resistentes utilizando medios naturales"

El protagonista de una nueva charla del ciclo ‘Common Ground Talks' de AGRIENVIRONMENT considera imprescindible reducir la dependencia de los agroquímicos en agricultura por motivos económicos, medioambientales y geopolíticos

DICYT Javier Sánchez Martín, investigador de la Universidad de Zúrich, participó hoy en el ciclo ‘Common Ground Talks’, una serie de seminarios informales organizados por la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente (AGRIENVIRONMENT) en el Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) de la Universidad de Salamanca. Apenas 24 horas antes de su charla, este salmantino recibía una magnífica noticia, ya que según la resolución provisional, ha logrado una de las prestigiosas ayudas Ramón y Cajal.

 

Bajo el título “From Novel Chimeric Immune Receptors to the Molecular Landscape of Wheat-Pathogen Systems”, el científico explicó su línea de investigación, que se centra en los problemas del trigo. “Estamos trabajando en aislar los genes de resistencia contra el oídio”, una enfermedad causada por el hongo 'Blumeria graminis', caracterizada por la aparición de una capa blanquecina en este y otros cultivos. Al mismo tiempo, este trabajo también pretende identificar los efectores, es decir, las moléculas del patógeno que intervienen en el proceso. En definitiva, el propósito es estudiar “cómo la proteína de resistencia está reconociendo al efector” y comprobar “cómo interactúan y se reconocen”, comenta en declaraciones a DiCYT. Ese trabajo de laboratorio se completa en el campo, analizando la resistencia frente al oídio.

 

Por otra parte, el grupo de Sánchez Martín completa este trabajo estudiando las variedades locales y los distintos genotipos que tenemos en bancos de germoplasma. “Intentamos explorar la diversidad genética conservada en estas instalaciones y que apenas ha sido utilizada en los planes de mejora de trigo o cebada. El objetivo es buscar cuáles son los mejores genotipos”, comenta.

 

“La idea fundamental es lograr que nuestros cultivos sean más resistentes utilizando los medios naturales del sistema inmune de las plantas, para tratar de reducir el uso de pesticidas y fungicidas, que tienen un coste muy alto desde el punto de vista económico y medioambiental”, destaca.

 

Aunque en la actualidad el oídio no figura entre las enfermedades más dañinas para los cereales en Europa, “es el principal problema en China y está creciendo bastante en Estados Unidos”, advierte. Por eso su investigación es trascendental: el país asiático es el principal productor de trigo del mundo y EEUU también tiene un peso muy importante. Además, “la lucha contra las enfermedades que afectan a los cereales es continua”, puesto que la importancia de cada uno de los patógenos puede aumentar o disminuir con el paso del tiempo. “Durante una década pueden destacar las royas o la septoria”, señala en referencia a otros tipos de hongos, “y a la década siguiente vuelve el oídio”. Por lo tanto, “siempre hay que estar preparados”.

 

Por otra parte, la situación geopolítica actual ha demostrado que la dependencia de los productos agroquímicos (muchos procedían de Rusia, un mercado ahora cerrado) es muy negativa para el campo. “Tenemos que intentar no depender de un país o de un productor. Con el contexto internacional actual, los abonos y los pesticidas han subido mucho y ese coste no es asumible para los agricultores. Es cierto que son muy efectivos, pero son pan para hoy y hambre para mañana. Tenemos que pensar más en el largo plazo. Si quieres tener resultados en dos o tres años, pon agroquímicos, pero si quieres tener una producción sostenible, tienes que pensar en 15 o 20 años. Desarrollar una variedad de trigo o cebada es como criar un hijo, lleva el mismo tiempo”, asegura el investigador. Para lograrlo, “son imprescindibles los esfuerzos coordinados de la comunidad internacional”.

 

Un salmantino que busca el retorno a España


Javier Sánchez Martín es natural de Salamanca, estudió Biología en la Universidad de Salamanca y se especializó en fitopatología y biología molecular de plantas. Además, es licenciado en bioquímica. Tras realizar su tesis doctoral en el Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC) de Córdoba, se trasladó a Suiza, donde lleva ocho años y ha conseguido publicar en las revistas más importantes de su campo, por ejemplo, un artículo en 'Nature Plants' el año pasado, precisamente, sobre genes de resistencia del trigo. Ahora, gracias a la beca Ramón y Cajal se le abre la posibilidad de regresar con garantías de seguir haciendo ciencia de vanguardia.


“Hay mucha competencia por tratar de volver. Allí las condiciones laborales son más estables que en España y tenemos al menos entre cinco y diez veces más recursos”, afirma. Por eso considera que la investigación que se desarrolla en el CIALE, en Salamanca y en toda España tiene mucho mérito, ya que los resultados no son excelentes a pesar de que el presupuesto es mucho menor. “Es admirable que con los recursos que se destinan a la investigación aquí salgan tan buenas publicaciones”, añade.