Alimentación España , Salamanca, Viernes, 05 de septiembre de 2014 a las 15:35

La biotecnología determina el futuro de la agricultura y la ganadería

Los científicos de la Universidad de Salamanca y del IRNASA dan a conocer sus proyectos a los profesionales del sector primario en la feria Salamaq

JPA/DICYT La feria agropecuaria Salamaq 14 se ha convertido en el punto de contacto entre el sector primario y la investigación científica relacionada con la agricultura y la ganadería. Los expertos de la Universidad de Salamanca, las empresas del Parque Científico de la institución académica y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) del CSIC muestran en estos días en el Recinto Ferial proyectos innovadores y las posibilidades de colaboración que existen entre el mundo de la ciencia y los profesionales.

 

El Espacio de Innovación y Divulgación Científica ha tratado ya diversos temas, como el biocontrol de plagas y enfermedades, el compostaje, la innovación en la industria agroalimentaria, la etnobotánica, las energías renovables o los controles de calidad de productos alimenticios.

 

Como ejemplo, la breve charla que el investigador del Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) Óscar Lorenzo ha ofrecido hoy sobre las mejoras que la biotecnología lleva a la agricultura. Según explicó en palabras recogidas por DiCYT, a lo largo de toda la historia los cultivos han ido evolucionando a través de la selección de variedades o la creación de híbridos por medio de cruces de distintas plantas. Sin embargo, ante el reto de producir más y mejor para alimentar a una creciente población los científicos proporcionan técnicas más eficientes. La mutagénesis mejora los organismos vegetales por medio de productos químicos o radiación, mientras que por medio del ARN de interferencia se pueden silenciar genes claves de las plantas para conseguir determinados efectos. Sin embargo, es la introducción de genes específicos lo que permite a los científicos conseguir una mayor eficacia y precisión, de manera que se pueden lograr productos innovadores de gran valor como el trigo sin gluten, a pesar de los recelos que estos cultivos, denominados transgénicos, despiertan entre la población.

 

Los investigadores de la Universidad de Salamanca también han hablado del papel de los biofertilizantes, de la importancia de las levaduras y de los suelos contaminados con pesticidas, entre otros temas. En los próximos días, abordarán otros asuntos de interés para los agricultores, como la medición del contenido del agua en suelo o la conservación de variedades de cultivos tradicionales.

 

Asimismo, empresas del Parque Científico muestran algunos de sus productos y servicios innovadores que pueden relacionarse con el mundo agrícola y ganadero. Un ejemplo es el aracnocóptero de la empresa Arbórea, que en la actualidad está explorando las posibilidades de utilizar este dron en tareas relacionadas con el campo.

 

Líneas prioritarias del IRNASA


Por su parte, el IRNASA muestra sus líneas de investigación prioritarias vinculadas con el sector primario de la región. “Tenemos mucho que decir en relación a la agricultura que se puede desarrollar en Salamanca y Castilla y León”, afirma el director de este centro del CSIC, Juan Arellano.


Sus investigaciones pueden darle una nueva orientación al campo. Por ejemplo, “la presencia de microorganismos siempre se ha considerado perjudicial, pero en el caso de los hongos endofíticos el efecto es beneficioso, puesto que la planta ofrece una mayor resistencia frente a estrés ambiental”, provocado por sequía, altas temperaturas o ataques de insectos. La búsqueda de alternativas a los agroquímicos, que pueden ser muy contaminantes, es otro punto clave en la agricultura del futuro y la solución puede estar en el desarrollo de biofertilizantes, microorganismos que interaccionan con la planta y proporcionan a la planta nutrientes como el fósforo o el nitrógeno.


La colaboración entre el IRNASA y la Diputación de Salamanca, organizadora de la feria, se está intensificando con proyectos de investigación concretos, pero viene ya de lejos a través de los servicios científico-técnicos que se ofrecen los científicos a los agricultores de la provincia. Por un parte, los análisis del terreno permiten “saber qué tipo de agroquímicos y fertilizantes se deben usar según las necesidades del suelo”. Por otra, conocer el contenido en proteínas de los cereales ofrece la posibilidad de valorar el trigo o la cebada no sólo por su cantidad sino también por su calidad.


En definitiva, el IRNASA está dando a conocer sus recursos, entre ellos, la Finca de Experimentación de Muñovela, abierta a todo tipo de colaboraciones. “Estamos en contacto con varias empresas y una de ellas quiere realizar ensayos con maíz”, señala el director del centro, que también destaca un convenio con el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) para desarrollar una investigación sobre pastoreo extensivo.