La cueva de Els Trocs (Huesca) fue frecuentada en el Calcolítico para un uso de carácter funerario
CGP/DICYT La campaña de excavaciones del verano 2016 en la cueva de Els Trocs, situada en las inmediaciones de la localidad oscense de Bisaurri, ha concluido recientemente con numerosas novedades y hallazgos interesantes. La mayor novedad de la presente campaña ha sido la constatación de una frecuentación de la cueva en época calcolítica (entre el 3000 y el 2500 antes de Cristo) de carácter funerario.
En uno de los sectores intervenidos por primera vez (camarín norte) se ha hallado el inicio de una fosa con numerosos restos humanos (por el momento un número mínimo de cinco individuos de diversas edades) que podría corresponderse con un enterramiento colectivo que se deberá certificar en próximas campañas. A falta de dataciones absolutas, que se realizarán en breve, la adscripción calcolítica de esta frecuentación de la cueva se ha realizado a través del hallazgo entre los restos humanos de dos bellos foliáceos (puntas de flecha) de magníficos retoques planos, invasores y bifaciales.
Hallazgos interesantes se han producido también en los demás sectores de la cueva. Ha sido una campaña especialmente abundante en punzones de hueso con claras señales de uso, hachas pulimentadas, relativamente raras en toda la cueva y, sobre todo, un conjunto numeroso e interesante de cerámicas, muchas de ellas bellamente decoradas que aparecen cubriendo, y quizás tapizando, eventos de combustión correspondientes a limpiezas periódicas del área habitada dentro de la cueva.
Con las recogidas este verano, los investigadores estiman que serán más de 40.000 los fragmentos con los que contarán de toda la estratigrafía de la cueva. “Lo más espectacular es que con fragmentos cerámicos se pavimenta prácticamente toda la cueva como una primera protección contra la humedad de la misma. Todos los fragmentos aparecen en disposición horizontal y en muchas ocasiones en varias capas superpuestas. Muchas de ellas tienen bellas decoraciones, la inmensa mayoría con técnicas impresas formando complejos y curiosos motivos compositivos”, explica el equipo científico.
Pero la pieza “estrella” de la campaña y que por si sola justifica una intervención arqueológica, es un fragmento de parietal izquierdo con una huella evidente de un flechazo que atravesó todo el cráneo. En el interior presenta una incisión punzante y un levantamiento sin desprendimiento en el exterior; una huella evidente de un flechazo que atravesó todo el cráneo. Se trata de un elemento a estudiar y que se suma a los apasionantes datos que ofrecen los análisis de ADN de los restos humanos hallados en la cueva, cuyos resultados se encuentran en vías de publicación.
El trabajo ha sido desarrollado por el grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid (UVa) Manuel Rojo Guerra y financiado por la Asociación Trashumancia y Naturaleza y la Danube Private University de Krems.
Durante 15 días, una veintena de investigadores ha llevado a cabo las excavaciones arqueológicas en esta cueva, donde anteriormente se habían exhumado cerca de 23.000 huesos principalmente de ovejas, cabras y vacas, lo que ha permitido constatar una actividad trashumante desde hace unos 7.300 años. También el análisis de las materias primas líticas y de las cerámicas halladas en la cueva ha permitido determinar que los pastores neolíticos iniciaron y diseñaron unos caminos que, con ligeras modificaciones, se han mantenido en uso hasta el presente.
Durante la campaña también se han abierto nuevas áreas y nuevos niveles para su posterior intervención y se han realizado las tareas imprescindibles de lavado, siglado, triado y registro en general de todas las evidencias recuperadas.
Por otro lado, el 28 de julio tuvo lugar una jornada de puertas abiertas a la que asistió casi un centenar de personas. Tras una charla impartida en el campamento base, los interesados pudieron acceder a la cueva en grupos de 10 personas. “Todo nuestro equipo es consciente de que debemos devolver a la sociedad al menos una parte de lo que la sociedad invierte en nuestro trabajo. Por eso tenemos especial cuidado en que la mayor cantidad de gente posible pueda conocer nuestras actividades y, de esa manera, recuperar la memoria del pasado oculta entre las paredes de la cueva y escrita en sus sedimentos que, con tanto cariño, escudriñamos”, subrayan los investigadores.
Un proyecto científico y divulgativo
Las excavaciones en la Cueva de Els Trocs se suman a otras iniciativas científicas y divulgativas que dicho equipo coordinado por la UVa –compuesto por científicos de centros como la Universidad Autónoma de Madrid, el Laboratorio de Arqueobiología del CSIC (Madrid), la Universidad Krems (Austria), el Gobierno de Aragón y otros colaboradores como arqueólogos profesionales y doctorandos-, viene realizando desde 2009.
Es el caso del proyecto MEDELCA, ‘La Memoria del Camino: Ciencia y divulgación de las primeras rutas pecuarias neolíticas en el Pirineo’, cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), que se ha desarrollado también a lo largo de este verano con el objetivo rememorar el camino de los pastores prehistóricos desde Selgua hasta la Cueva de Els Trocs, acompañando a un rebaño trashumante y a su pastor. En el marco del proyecto se está preparando una serie de documentales que serán emitidos en el programa ‘La Aventura del Saber’ de Televisión Española (TVE). También se ha involucrado a los habitantes de la zona en la investigación, con la intención de que contribuyan a encontrar evidencias de los pastores neolíticos en sus localidades, y se han creado Unidades Didácticas en formato digital y en formato impreso para su uso por parte de escolares y de los pobladores de todas las localidades importantes que se distribuyen a lo largo de la cañada del río Isábena, por donde discurren dichos caminos.