La herencia cultural puede tener influjo en la elección de herramientas de los monos silbadores
AGENCIA FAPESP/DICYT – Los monos silbadores son algunos de los pocos primates que utilizan herramientas en su cotidiano. Uno de sus principales usos en los biomas del Cerrado, la sabana brasileña, y de la Caatinga, el semiárido del nordeste del país, corresponde a los martillos y yunques de piedra que les sirven para cascar alimentos duros como las vainas del guapinol y las castañas de cayú.
En un estudio publicado en la revista Scientific Reports, investigadores brasileños demostraron que la correlación entre la dureza de los alimentos y el tamaño de las herramientas no siempre es precisa como se pensaba. Al observar a tres poblaciones brasileñas de monos capuchinos robustos de la especie conocida como mono silbador, cuyo nombre científico es Sapajus libidinosus, y medir la resistencia de los recursos, el tamaño y el peso de las herramientas utilizadas y la disponibilidad de piedras en el lugar, los científicos arribaron a la conclusión de que la cultura de este grupo −una información mantenida en el transcurso de generaciones mediante el aprendizaje social– también puede tener influjo en la elección.
“En una de las tres poblaciones analizadas, aun cuando poseen piedras más adecuadas para un determinado recurso, los monos pueden utilizar herramientas desproporcionalmente pesadas, lo que puede indicar la existencia de un rasgo cultural de ese grupo”, explica Tiago Falótico, investigador de la Escuela de Artes, Ciencias y Humanidades de la Universidad de São Paulo (EACH-USP) apoyado por la FAPESP.
La población a la que el investigador hace referencia vive en el Parque Nacional de Chapada dos Veadeiros, en el estado de Goiás, en la región centro-oeste de Brasil. La comparación se efectuó con otras dos que habitan en el estado del Piauí, en la región nordeste del país: una en el Parque Nacional de Serra das Confusões y otra en el Parque Nacional de Serra da Capivara. La distancia entre ambos parques es de 100 kilómetros.
Las herramientas, en este caso, son fragmentos de roca de cuarcita y arenisca hallados en lugares conocidos como sitios de cascar. Los animales frecuentan esos lugares exclusivamente para tener acceso a esos martillos y yunques. Los monos golpean los primeros contra los alimentos, que quedan apoyados sobre los yunques. “En Serra de las Confusões, cuando rompen frutos pequeños y menos resistentes, los monos silbadores utilizan herramientas menores. Cuando deben cascar cocos mayores y duros, se valen martillos grandes y pesados. En Chapada dos Veadeiros, aun cuando tienen acceso a una variedad de herramientas, los animales emplean las más pesadas incluso con alimentos más frágiles”, comenta el investigador.
No por casualidad, en Chapada dos Veadeiros los investigadores registraron el mayor peso levantado por monos silbadores. Un ejemplar de estos pequeños primates, que pesan 3,5 kilos en promedio (los machos adultos), fue filmado levantando un martillo de 4,65 kilos. “Son verdaderos pesistas”, sostiene Falótico.
Las mediciones
Estos resultados son fruto de un trabajo minucioso. En los tres lugares donde viven las poblaciones de monos silbadores estudiadas se documentaron los alimentos más hallados en los sitios de cascar, tales como los cocos de babasú, las vainas de guapinol, las castañas de-cayú y las semillas de maniçoba (una especie pariente cercana de la mandioca).
Se documentó también la disponibilidad de piedras, aparte del tamaño y el peso de las herramientas halladas. Con un aparato especial, los investigadores midieron a su vez la resistencia de cada alimento encontrado. Por último, observaron y filmaron de qué manera utilizaban las herramientas con determinados alimentos los monos de cada una de las poblaciones.
“Esperábamos hallar una correlación muy directa entre el tamaño y peso de las herramientas y los alimentos, pero la población de Chapada dos Veadeiros, que cuenta con una gran disponibilidad de rocas y podría seleccionar piedras mayores o menores, utiliza predominantemente las mayores. Esta conducta es probablemente una herencia de los antepasados, una diferenciación cultural de las otras poblaciones”, afirma Falótico.
Otra muestra de que los monos poseen un aprendizaje cultural reside en que, en otras áreas de Brasil, tales como en Serra de Itabaiana, en el estado de Sergipe, y Chapada Diamantina, en el estado de Bahía, también hay monos del mismo género, como así también piedras y los mismos frutos disponibles. Sin embargo, no existen sitios de cascar y, por ende, tampoco se registra la conducta de romper los frutos para comerlos. En tanto, en Serra das Confusões, los monos rompen varios alimentos, menos la castaña de cayú, aunque esta es abundante.
“No es solamente la disponibilidad o la escasez de recursos lo que define la existencia de esta conducta, sino la herencia cultural”, dice el investigador. Los científicos ahora están efectuando análisis genéticos de las tres poblaciones para verificar si las diferencias culturales pueden detectarse en el genoma. Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP también a través de una beca otorgada a Tatiane Valença en la EACH-USP.
Los caminos del hombre
En otro trabajo, publicado en el Journal of Human Evolution, Falótico y un equipo de arqueólogos de España, Alemania y el Reino Unido analizaron en un experimento de campo la formación de lascas de piedra que ejecutaban los monos capuchinos robustos cuando utilizaban diferentes tipos de rocas como yunque. En la naturaleza, los fragmentos se forman cuando estos primates golpean una piedra sobre la otra para utilizar el polvo que se produce debido a esta acción para pasárselo en el cuerpo y en los dientes. No se sabe para qué los se aplican este producto, pero los investigadores estiman que puede tener algún efecto contra parásitos. En el experimento, la fragmentación de los yunques de material más homogéneo también generó esos tipos de lascas.
Así y todo, los monos no usan las lascas, aunque son muy parecidas a las herramientas líticas halladas en sitios arqueológicos de diversas partes del mundo. La hipótesis de los investigadores indica que antes de fabricar lascas intencionalmente para emplearlas como herramientas, los primeros seres humanos las obtuvieron accidentalmente. “De la misma manera, en teoría, los monos capuchinos robustos podrán empezar a usar lascas en el futuro, en caso de que un ejemplar innovador empiece a usarlas y los otros aprendan observándolo. Por eso, estos primates pueden constituir un modelo para entender la evolución humana”, apunta o brasileño.
En un trabajo anterior, el grupo de científicos demostró de qué manera las herramientas líticas que emplea la población de monos capuchinos robustos de Serra da Capivara adquieren marcas específicas de acuerdo con su uso (lea más en: agencia.fapesp.br/35260/). La comparación de las marcas en las herramientas de los monos con las de los homínidos puede ayudar a develar de qué manera utilizaban los primeros humanos esos instrumentos líticos. De este modo, los monos capuchinos robustos brasileños allanan el camino para conocer mejor a nuestros antepasados.