Salud España , Salamanca, Miércoles, 23 de diciembre de 2009 a las 16:31

La “mejor tesis del año” revela el importante papel de una proteína desconocida en el desarrollo del cáncer

La quinasa VRK1 regula a la proteína p53, que aparece mutada en la mitad de los tumores, según el trabajo de Alberto Valbuena, Premio Doctor Moraza

José Pichel Andrés/DICYT Alberto Valbuena, científico del Centro de Investigación del Cáncer, acaba de recibir un reconocimiento a su trabajo, el premio de la Fundación Doctor Moraza de la Universidad de Salamanca a la mejor tesis doctoral sobre cáncer presentada en 2008. El galardón distingue una investigación singular sobre una familia de proteínas denominadas quinasas, la VRK1, muy poco estudiada hasta el momento. Sin embargo, puede tener un papel muy importante en cáncer, puesto que regula y a su vez es regulada por la proteína p53, que está mutada en más de la mitad de los tumores. Por eso, el trabajo de Valbuena se orienta en la actualidad a la posibilidad de inhibir VRK1, dentro de un Proyecto Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación.

 

"La quinasa VRK1 está relacionada con proliferación celular y está sobreexpresada en tumores, es decir, en células tumorales hay más cantidad de esta quinasa que en las células normales", señala el investigador en declaraciones a DiCYT. Esto puede significar dos cosas: que el propio tumor genera más cantidad de esta proteína de la normal o que su presencia influye en que la célula se convierta en maligna. Si algo está claro es que "aquellas células que proliferan mucho, tienen mucha VRK1" y que "si suprimes esta proteína, las células no proliferan".

 

La mayor producción científica del mundo sobre VRK1 corresponde al grupo del Centro del Cáncer que dirige Pedro Lazo, en el cual se integra Alberto Valbuena. "Estamos empezando, pero ya tenemos pistas de que esta quinasa puede tener un papel en cáncer y de que es una posible diana terapéutica, es decir, que inhibirla puede tener resultados positivos para combatir la enfermedad", señala.

 

En el laboratorio, el equipo trabaja con técnicas que permiten suprimir ciertas proteínas de las células y ver así cuáles son las funciones de cada molécula. En este caso, llevan a cabo el trabajo con células tumorales en cultivo y con células normales para establecer una comparación entre lo que sucede en un caso y en otro. En concreto, utilizan RNA de interferencia, una técnica que permite eliminar la función de un único gen. "Cuando suprimimos esta quinasa en las células que están en proceso de dividirse, éstas se paran, sobre todo en las células normales", indica Valbuena. El caso de las tumorales, es más complicado de analizar, porque tienen muchas otras alteraciones, "no sólo tienen una alta expresión de VRK1, sino otras complicaciones, de manera que suprimir esta quinasa no para el desarrollo del cáncer".

 

Hasta el momento, el equipo de Pedro Lazo ha determinado que en cáncer de pulmón hay sobreexpresión de VRK1 y que en otros tipos de tumores estadísticamente se asocia a marcadores típicos en cáncer. Además, estudios de otros grupos indican, por ejemplo, que en cáncer de mama las pacientes con menores niveles de esta quinasa presentan un mejor pronóstico.

 

Relación con 'el guardián del genoma'

 

En cualquier caso, el aspecto clave de la investigación de Alberto Valbuena tiene que ver con la regulación de VRK1 por p53, un supresor de tumores que está mutado en el 50% de los cánceres y que tiene es llamado por los científicos el guardián del genoma. "En mi tesis, he utilizado los tres mutantes de p53 más frecuentes en cáncer. Así he comprobado que, además de activar a p53, posteriormente es regulada negativamente por p53, es decir, que el guardián del genoma la degrada en las células normales", apunta el investigador. Sin embargo, cuando p53 está mutado en cáncer, no realiza esa acción negativa frente a VRK1, lo que contribuye, precisamente, a que esta quinasa esté sobreexpresada en tumores.

 

Los científicos del grupo creen que esa sobreexpresión está relacionada directamente a la proliferación de las células tumorales, ya que VRK1 regula algunos factores de transcripción implicados en progresión del ciclo celular, lo cual es importante, porque "al fin y al cabo, el cáncer es una alteración del ciclo celular normal". Por eso, al suprimir esta quinasa, se para el ciclo.

 

Relación con las células madre tumorales

 

En este contexto, la tesis premiada es "un granito de arena", en la lucha contra el cáncer, pero "implicamos a una quinasa hasta ahora poco conocida en un papel importante en los tumores". De hecho, el laboratorio se está centrando ahora en inhibidores de la actividad de VRK1 para evitar la proliferación del tumor. Este trabajo de investigación está íntimamente relacionado con Proyecto Consolider que el grupo de Pedro ha conseguido sobre de células madre tumorales.

 

En la actualidad, una teoría sostiene que el cáncer es una enfermedad originada por un tipo de células madre que estarían en la génesis y el mantenimiento del tumor. De hecho, estas células "son más resistentes a la terapia, se piensa que son las que renuevan el tumor, porque tras una cirugía o quimioterapia, se eliminan las células tumorales normales, pero las células madre tumorales siguen ahí, con lo cual vamos a intentar averiguar el papel de VRK1 en células madres cancerígenas", indica Valbuena. En este sentido, ya saben que la quinasa en cuestión también se sobreexpresa en estos casos. El Proyecto Consolider en el que se inscribe esta investigación incluye a 13 grupos españoles y está coordinado por Mariano Barbacid. En la actualidad, el contrato de Alberto Valbuena está vinculado a esta investigación.

 

 

El protagonismo de p53 en la investigación oncológica 
 
Alberto Valbuena confiesa estar sorprendido por la concesión del premio Doctor Moraza, sobre todo porque es habitual que este galardón vaya a parar a grupos que trabajan en colaboración con el Hospital Clínico en busca de investigaciones más aplicadas, asegura. El hecho de que en esta ocasión el jurado se haya fijado en una investigación básica podría estar relacionado con la gran relevancia que tiene trabajar con p53, el guardián del genoma, porque es el supresor de tumores por excelencia. De hecho, se trata de la proteína "sobre la que existen más publicaciones en el mundo", afirma. En este contexto, haber encontrado una nueva familia de quinasas que no se conoce y demostrar que tiene un papel en la regulación de p53 y que incluso p53 regula a su vez esta quinasa, además de que todo ofrece nuevas claves sobre ciclo celular, constituye una aportación novedosa y con mucho potencial. Asimismo, los resultados de la tesis están avalados por publicaciones prestigiosas, sobre todo, la que apareció en la revista americana Molecular and Cellular Biology, MCB.