Health Brazil São Paulo, São Paulo, Thursday, May 11 of 2023, 10:51

La melatonina que se toma para dormir mejor puede empeorar los cuadros de inflamación intestinal

Investigadores verificaron en ratones que, según el perfil de la microbiota, esta hormona que se adquiere fácilmente en las farmacias y es muy consumida como suplemento alimenticio agrava dolencias como la enfermedad de Crohn y la rectocolitis ulcerosa

AGENCIA FAPESP/DICYT – En un artículo publicado en la revista Microorganisms se demuestra que la melatonina, más allá de su efecto antioxidante y como reguladora del sueño, puede empeorar la inflamación intestinal dependiendo del conjunto de bacterias que viven en el cuerpo humano, especialmente en el intestino del hospedante, es decir, de la microbiota, anteriormente llamada “flora intestinal”.

 

A la melatonina se la conoce popularmente como “la hormona del sueño”. Es bastante común que personas sin una prescripción médica y carentes de un seguimiento directo tomen melatonina para dormir mejor. “El quid de la cuestión reside en que todo el mundo cree que la melatonina es inocua, que una hormona como esta no hace mal, que solamente mejora el sueño, y lo que estamos demostrando ahora es que las personas deben de prestarle suma atención, pues una suplementación hormonal puede mejorar el sueño, pero puede empeorar otra cosa”, dice Cristina Ribeiro de Barros Cardoso, docente de inmunología y neuroinmunoendocrinología de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto, de la Universidad de São Paulo (FCFRP-USP), en Brasil.

 

El laboratorio de Ribeiro de Barros Cardoso trabaja con afecciones inflamatorias intestinales, entre ellas la enfermedad de Crohn y la rectocolitis ulcerosa. Son condiciones patológicas inmunomediadas, es decir, dependientes de una respuesta inmunológica descontrolada que termina causando una destrucción en el tracto gastrointestinal y efectos clínicos muy fuertes, tales como dolores abdominales, diarreas constantes, sangramiento y mucha fatiga. Su tratamiento depende de la supresión o la inhibición de la inmunidad. Es necesario disminuir la inmunidad para reducir la inflamación excesiva que le provoca daños al intestino. Además de la administración de corticoides e inmunosupresores, existen tratamientos con medicamentos inmunobiológicos más efectivos para casos moderados y graves, pero que tienen un altísimo costo y, por eso mismo, su acceso se vuelve más difícil para la población. En Brasil, estos medicamentos tienen distribución únicamente en condiciones específicas en el ámbito del SUS (las siglas por las cuales se la conoce a la red nacional de salud pública del país, el “Sistema Único de Salud”), o mediante acciones judiciales, en el caso de los seguros médicos o sistemas de medicina prepaga.

 

“Lo que nuestro laboratorio ha hecho es entender mejor estas enfermedades y proponer nuevos tratamientos, más accesibles”, explica Ribeiro de Barros Cardoso, quien se graduó en odontología en la Universidad Federal de Uberlândia (en el estado de Minas Gerais, Brasil) y es doctora en inmunología básica y aplicada por la USP, con una pasantía posdoctoral realizada en el Forsyth Institute, vinculado a la Harvard School for Dental Medicine (Estados Unidos).

 

Aparte del acceso económico, la investigadora subraya que muchos pacientes no responden adecuadamente ni siquiera a los tratamientos más modernos y costosos, razón por la cual deben someterse a cirugías de extirpación de partes del intestino. Son procedimientos bastante invasivos para los pacientes, con consecuencias directas sobre su calidad de vida. “Por eso durante los últimos años hemos ido en busca de nuevas opciones terapéuticas, fundamentalmente con base en la modulación o en la regulación de las respuestas inmunológicas.”

Debido a sus años de experiencia en la investigación de hormonas, la melatonina quedó bajo el foco de la investigación del grupo de Ribeiro de Barros Cardoso. “De ninguna manera estoy diciendo que la melatonina carece de efectos beneficiosos: todo lo contrario; y existen pocos estudios o informes de efectos colaterales adversos”, acota la investigadora. La melatonina puede actuar como antioxidante y mejorar diversas condiciones fisiológicas o patológicas. “Por eso iniciamos este trabajo imaginando que arribaríamos a un potencial nuevo tratamiento para la enfermedad de Crohn y la rectocolitis ulcerosa; pero, para nuestro asombro, lo que observamos fue precisamente lo contrario. Y es necesario hacer hincapié en esta advertencia.”

 

Una vez inducida la enfermedad intestinal en forma experimental en ratones, que entonces pasaban a ser tratados con melatonina, en lugar de mejorar, estos empeoraban. “De acuerdo con este trabajo con animales de laboratorio –es importante remarcar que no se lo llevó a cabo con pacientes humanos, sino con ratones–, la inflamación intestinal empeora, y empeora mucho.”

 

“Con base en esta información, empezamos a intentar entender por qué empeoraba. Y lo que observamos es que, si sacamos a la microbiota del contexto, si les aplicamos un tratamiento de amplio espectro con antibióticos a esos ratones, eliminando todas esas bacterias, la melatonina pasa a tener un efecto positivo en la enfermedad”. En otras palabras, el efecto negativo de la melatonina depende de las bacterias que viven en el intestino, que también están relacionadas con las enfermedades inflamatorias intestinales. Ciertas configuraciones de la microbiota hacen que el tratamiento con melatonina eleve los parámetros inflamatorios y lleve al sistema inmunológico por un camino aún más desregulado, que intensifica los daños en el tracto gastrointestinal.

 

“¿Y cuál es el mensaje de todo esto? Yo diría que es que no todo lo que brilla es oro. Hay que tener mucho cuidado con los medicamentos, con las suplementaciones hormonales o con las hormonas que se administran bajo una cobertura de ser suplementos alimentarios. Alguien va a la farmacia, compra un ‘suplemento alimentario’ en la creencia de que no es un medicamento, que no le alterará nada en su cuerpo, que solamente le hará bien, pues, al fin de cuentas, se lo vende como suplemento alimentario, pero a decir verdad no es precisamente eso”, advierte Ribeiro de Barros Cardoso. “Es una hormona, y al igual que otras hormonas presentes en nuestro cuerpo, existe una regulación muy fina de la interacción entre esas hormonas y la inmunidad.”

 

La regulación

 

Hace poco tiempo, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, el organismo regulador farmacológico) actualizó la información y las reglas referentes al consumo de melatonina como suplemento alimentario en Brasil, pero de todos modos su control no es el mismo que se aplica con los medicamentos, que es más rígido. “Es importante puntualizar esto, pues decimos que es necesario prestar atención, pero puede ser que la gente a lo mejor piense: ‘ah, es algo que voy a la farmacia y lo compro libremente porque Anvisa lo autorizó’. Sí, pero lo autorizó con el nombre de suplemento alimenticio y entonces el cuestionamiento que hacemos ahora con este trabajo es: ¿realmente es un suplemento alimenticio y nada más? ¿Realmente su consumo no reviste riesgos?”

 

Este estudio constituye uno de los resultados de un proyecto coordinado por Ribeiro de Barros Cardoso y financiado por la FAPESP. El artículo lleva también las firmas de Jefferson Luiz da Silva, Lia Vezenfard Barbosa, Camila Figueiredo Pinzan, Viviani Nardini, Irislene Simões Brigo, Cássia Aparecida Sebastião, Jefferson Elias-Oliveira, Vânia Brazão, José Clóvis do Prado Júnior y Daniela Carlos, científicos que trabajan en el Departamento de Análisis Clínicos, Toxicología y Ciencias de los Alimentos de la FCFRP-USP y del Departamento de Bioquímica e Inmunología de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto (FMRP-USP).