La migración de la mariposa monarca y su función polinizadora están en riesgo
UNAM/DICYT El riesgo de extinción de la mariposa Monarca es poco probable, pues se encuentra en América Central y del Sur, en el Caribe, incluso en regiones como el norte de África, la península Ibérica y Australia. Lo que está en peligro es su migración, la formación de colonias de millones de especímenes y su papel de polinizadoras.
En la migración previa al invierno, que va del sureste de Canadá y el noreste de Estados Unidos, al centro de México, está involucrado más del 90 por ciento de la población total de esas mariposas. Este proceso es importante porque en el trayecto, de más de cinco mil kilómetros, realizan una función polinizadora fundamental, afirmó Carlos Cordero Macedo, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
A principios de la primavera emprenden su viaje de regreso al norte del continente. “Es un espectáculo natural impresionante. En términos prácticos, uno de los principales beneficios de los viajes periódicos y masivos de estos insectos son los recursos económicos que proporcionan a las comunidades, en donde se les muestra como un atractivo ecoturístico”, dijo.
Desde el punto de vista científico, la migración masiva es especial, y sería una gran tragedia ecológica que se perdiera debido a las actividades humanas: tala de los bosques a donde llegan, o la desaparición de las plantas de las que se alimentan.
Por ejemplo, con la siembra de trigo y otras plantas en grandes extensiones de Estados Unidos, que rinden beneficios económicos, se destruye mucha de la vegetación natural, incluidas las plantas de las que se alimentan, subrayó.
Las monarcas en México
En nuestro país, aunque durante su recorrido atraviesan buena parte del territorio, la mayoría llega a los estados de México y Michoacán, donde tiene sus santuarios. Hay bosques similares en otras entidades, pero se cree que llegan a estos sitios porque ahí tanto las Monarcas como sus larvas encuentran una de sus principales fuentes de alimentación: la planta algodoncillo (Asclepias spp).
De acuerdo con datos del Reporte de Monitoreo de la Mariposa Monarca en México 2018-2019, durante la segunda mitad de diciembre del año pasado se registraron 13 colonias (siete en Michoacán y seis en el Estado de México), y el 24 de enero de 2019 se registró por primera ocasión la colonia del Ojo de Agua, en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca, informó.
Pero no todas las Monarca migran, hay poblaciones que residen en ambientes más benignos, en donde les es posible mantenerse todo el año sin necesidad de moverse.
Las que migran pasan el invierno en México, se aparean y parten de regreso cuando empieza la primavera. Ponen sus huevos sobre las plantas que sirven de alimento a sus larvas, y mueren poco después en el camino de regreso al norte.
“Las que retornan a Estados Unidos y Canadá son sus descendientes, que durante el otoño iniciarán nuevamente la migración hacia el sur. Son insectos muy longevos, viven entre seis y siete meses, y algunos llegan hasta los nueve meses”.
Conservación tripartita
Su migración anual depende, en gran medida, de los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos. “Los tres tienen que establecer un plan para conservar los bosques a donde llegan y las plantas de las que se alimentan en su trayecto”, expuso Cordero Macedo.
Es necesario tomar conciencia de que el mejor escenario migratorio para las Monarca puede cambiar de un año a otro. “Si se arrasa con miles de hectáreas para sembrar, la vegetación que estaba en esos bosques se destruiría y al año siguiente lo único que encontrarían las mariposas serían campos de trigo, lo que puede significar la muerte de muchas, pues se verán en la necesidad de cruzar más zonas hasta encontrar alimento”, concluyó.