La recuperación de tejidos dañados se perfila como la gran baza médica contra el infarto cerebral
José Pichel Andrés/DICYT La recuperación de los tejidos cerebrales dañados se perfila como la gran baza médica en los próximos años contra el ictus o infarto cerebral, la primera causa de muerte en España entre las mujeres y la segunda entre los hombres, así como la primera causa de secuelas incapacitantes en ambos sexos. La utilización de células madre y la estimulación de la propia capacidad regenerativa son los principales campos en los que trabajan los científicos, de acuerdo con lo que han expuesto hoy en Salamanca grandes especialistas mundiales en el XVII Congreso de la Sociedad Europea de Neuroquímica.
José Castillo, catedrático de Neurología de la Universidad de Santiago y director de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico de la capital gallega, ha moderado la mesa redonda dedicada a conocer los métodos más actuales sobre recuperación de los pacientes con infarto cerebral y ha declarado a DICYT que para ello existen "mecanismos como los injertos de células madre o la utilización de factores moleculares que estimulen el crecimiento de las propias células más indiferenciadas que tenemos todos los seres humanos y que pueden servir para reparar ese tejido". En este sentido, añade que "este concepto de Medicina reparadora es absolutamente novedoso y creo que protagonizará la primera parte del siglo XXI. Muchas enfermedades neurológicas, como el Párkinson o el ictus, están vislumbrando estas nuevas formas de tratamiento", comenta.
Especialistas suecos
Dos especialistas de la universidad sueca de Lund han expuesto sus dos principales líneas de investigación. Zaal Kokaia es una referencia internacional en la aplicación de células madre a la reparación del infarto cerebral y ha explicado los métodos con los que experimenta en la actualidad, como la inyección directa en la zona afectada o la inyección sistémica. En sus investigaciones utiliza células madre de tejidos adultos como la grasa o el cordón umbilical, y en modelos experimentales también trabaja con células madre embrionarias procedentes de ratas. Por su parte, la doctora Barbro Johansson, del mismo centro académico, "es una de las personas con más experiencia en este campo, responsable de todo lo que se conoce sobre la influencia del medio ambiente en la plasticidad, que es la capacidad del sistema nervioso de reparar las funciones cerebrales", ha afirmado José Castillo.
Además, Pedro Ramos, químico español que ha trabajado en el Max Planck Institute de Colonia (Alemania) y en la actualidad trabaja en el grupo de Castillo en Santiago, ha mostrado las últimas técnicas de resonancia magnética que permiten seguir la plasticidad de las zonas del cerebro que están sometidas a un tipo de tratamiento, "una forma de seguir en vivo la recuperación de los pacientes". También por parte española, Ignacio Lizasoain, de la Universidad Complutense de Madrid, ha abordado el asunto desde el punto de vista de la utilización de fármacos en la estimulación de la recuperación de las propias neuronas, ya que algunas poseen la capacidad de duplicarse y regenerar una zona determinada del cerebro.
Tratamientos actuales
Hasta el momento, de todas las medidas contra el tratamiento del infarto cerebral, la más eficaz es la recanalización de las arterias obstruídas. "El ictus se produce cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se tapona por diversas causas. Si logramos recanalizarla o hacerla permeable de nuevo, conseguimos la curación de la mitad de los pacientes a los que se le aplica, pero los últimos datos son que sólo el 0,5% de los europeos que han tenido un ictus han recibido este tratamiento. Las causas son diversas, pero la más importante es que el tiempo que transcurre desde el inicio de los síntomas hasta la posibilidad de recuperación es muy pequeño, de dos a tres horas. Hasta que el enfermo es trasladado al hospital, diagnosticado y tratado pasa demasiado tiempo", ha explicado Castillo. Otra fórmula es la neuroprotección, intentar proteger el cerebro con diversos fármacos. Sin embargo, tras 25 años de investigaciones, "aún no ha aparecido el fármaco ideal que lo pueda conseguir".
Las nuevas perspectivas de recuperación de tejidos abren nuevas vías, pero "es pronto para decir que todos estos conocimientos van a ser aplicados a humanos en breve", señala Castillo. El infarto cerebral "es un problema de una gran envergadura sociosanitaria y tiende a aumentar porque la población envejece, así que el ictus va a aumentar progresivamente", advierte el experto. Junto a él, 250 especialistas procedentes de Europa, Norteamérica, Australia y Japón se han dado cita en Salamanca desde el pasado sábado y hasta mañana en el XVII Congreso de la Sociedad Europea de Neuroquímica (ESN, según las siglas de European Society for Neurochemistry). Bajo el título Advances in Molecular Mechanisms of Neurological Disordes, los participantes en este encuentro analizan los progresos logrados con respecto a la reparación y prevención de los daños neuronales.