Alimentación España , Valladolid, Martes, 24 de abril de 2012 a las 17:19

“La Teoría de la Deriva Continental es la base de todos los conocimientos sobre geología”

El profesor de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Valladolid Alejandro del Valle imparte una conferencia sobre esta Teoría, que cumple 100 años

CGP/DICYT Alejandro del Valle, químico y profesor de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Valladolid, impartirá a partir de las 19 horas de hoy en el Auditorio del Museo de la Ciencia la segunda conferencia del ciclo Y en medio… la Tierra, que versará en esta ocasión sobre la Teoría de la Deriva Continental. Esta teoría, formulada por Alfred Wegener en 1912, ha marcado el rumbo de las posteriores investigaciones en torno a la forma y la estructura interna de la Tierra, así como a los fenómenos que ocurren en ella, como terremotos o erupciones volcánicas.

 

Según ha detallado el experto en declaraciones a DiCYT, la conferencia se enmarca en este Centenario. “La idea es celebrar este Centenario y dar a conocer la Teoría, sus antecedentes y lo que ha ocurrido después, cómo ha evolucionado y ha dado lugar a una serie de temas que son muy importantes para la humanidad en la actualidad, puesto que ha permitido explicar fenómenos como los terremotos o los volcanes”, asegura. Asimismo, el objetivo es recordar “que la situación actual no ha sido siempre la misma, ya que los continentes han estado situados de otra manera hace mucho tiempo, y que la Tierra se mueve”.

 

La base de estos postulados fue formulada por Wegener y alguno de sus antecesores. “Se dieron cuenta de que había fósiles que aparecían en varios continentes separados como África, América o Australia, o que seres vivos habían habitado zonas sin aparente comunicación. También se fijaron en que había cordilleras que estaban en continentes distintos pero que presentaban los mismos materiales, una serie de coincidencias que apuntaban a que los continentes pudieron haber estado unidos alguna vez”, explica.

 

En este sentido, menciona un tema que “salta a la vista” al consultar un mapamundi, y es que América del Sur y África “se pueden acoplar”, otro de los aspectos “que ha propiciado la teoría de que los continentes se han llegado a mover”. Por otro lado, añade, existen otras “coincidencias” de tipo paleoclimático, como que los yacimientos de carbón que hoy día se encuentran en algunas zonas frías “corresponden a árboles y vegetales que en su momento eran tropicales”.

 

Todos estos aspectos dieron la idea a Wegener y a los autores que vinieron después sobre cómo habían ido moviéndose a los continentes, y después se empezaron a conocer las causas. “El manto terrestre es un material semifluido que permite el movimiento de las placas continentales, la aparición de los magmas, las corrientes de convección de los magmas que van moviendo los continentes, cómo se abren las dorsales o cómo se produce el fenómeno de la subducción de una placa bajo otra, qué implica, o cómo se forman las montañas o los volcanes”.

 

Movimiento de placas

 

Alejandro del Valle recuerda que la Teoría de la Deriva Continental, que según los posteriores descubrimientos pasó a llamarse Teoría de la Expansión del Fondo Oceánico y que en la actualidad se denomina Teoría de la Tectónica de Placas, “quizá sea una de las primeras teorías que no tiene un autor concreto, sino que está formada muchas partes y desarrollada en varios países”. No obstante, es el fundamento “de todos los conocimientos, en general, que se tienen de la geología del planeta”.

 

En este sentido, recuerda que terremotos como el de principios del siglo XX en California, cuyas causas se desconocían, ahora son bien sabidas e incluso se tiene conocimiento de la posibilidad de que se produzca otro de gran magnitud en un corto espacio de tiempo. “En estos momentos se está estudiando continuamente los sistemas de fallas provocadas precisamente por el movimiento de las placas y se tiene constancia de que la península de California se está moviendo, concretamente está subiendo hacia el norte, de manera que dentro de un tiempo Los Ángeles y San Francisco estarán uno enfrente del otro, porque se acercan 4 centímetros al año”, una velocidad “que no es más rápida de lo que crecen las uñas de los dedos” pero que al cabo de muchos años “se nota e implica una serie de presiones en los materiales de la Tierra que acaba produciendo terremotos”.

 

Por otra parte, subraya, la situación de los continentes tiene también influencias climáticas. “Si hay pequeños movimiento en los continentes que modifican el sentido de las corrientes marinas, a largo plazo puede haber cambios climáticos que se pueden explicar bajo esta perspectiva”, concluye.