Alimentación España , León, Lunes, 17 de mayo de 2010 a las 19:40

La Universidad de Le贸n analiza los efectos de la alimentaci贸n con remolacha en la oveja

Un grupo de expertos concluye que los usos tradicionales practicados en la provincia no posee efectos negativos

AMR/DICYT Un grupo de investigadores de la Universidad de León ha estudiado la relación entre dos de los pilares agroganaderos de la provincia de León: la remolacha azucarera y la ganadería ovina. De forma general, de la remolacha se obtiene, además del azúcar, una serie de subproductos que son empleados para la alimentación de ovejas y vacas. El problema puede surgir por la presencia en la remolacha de una substancia que, en altas concentraciones, puede resultar tóxica: el ácido oxálico. El equipo científico ha analizado qué efectos conlleva la administración de este compuesto en ovejas y en qué partes de la remolacha se concentra este ácido. Los expertos consideran que la alimentación del ganado ovino con remolacha, tal y como se realiza en la provincia de León, no tiene efectos negativos sobre la salud de estos animales.

 

La toxicidad del compuesto analizado se origina por la quelación del calcio y puede ocasionar daños renales tanto en humanos como animales. Investigadores de la Facultad de Veterinaria y de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria analizaron en qué medida la alimentación con grandes cantidades de subproductos de remolacha, como se realiza en el momento de la cosecha con el ganado ovino en la provincia de León, pudiera ser perjudicial para las ovejas. Durante el otoño y el invierno, los ganaderos suelen aprovechar este tubérculo para dárselos a sus animales.

 

Los investigadores llevaron a cabo dos protocolos experimentales. En el primero, intentaron comprobar la toxicidad del compuesto al ser administrado por vía oral a las ovejas, a través de diferentes dosis. Los expertos pudieron comprobar que las mayores dosis producían efectos más graves en los animales, llegando incluso hasta la muerte en pocos días. Además, pudieron describir los síntomas que ocasiona este tóxico, principalmente en el aparato digestivo, los riñones y en la presencia de calcio en la sangre.

 

En el segundo protocolo, los científicos analizaron en qué lugar de la planta se concentra mayor cantidad de ácido oxálico. Resultó ser en las hojas y las coronas. A continuación, alimentaron, de forma exclusiva, a varias ovejas con estas partes del tubérculo, y también con pulpa. Transcurridos tres meses, los animales no mostraban síntomas clínicos ni lesiones. Sólo en aquellas ovejas que se alimentaron de hojas y coronas aparecieron cristales de oxalato cálcico en el riñón, asociados al ácido oxálico. A la luz de estos resultados, los investigadores validaron las prácticas tradicionales de alimentación del ganado ovino en la provincia de León.