Alimentación España , Salamanca, Lunes, 01 de febrero de 2010 a las 18:17
Año Internacional de la Biodiversidad

La Universidad de Salamanca caracteriza nuevas variedades de frutales y cultivos hortícolas en Arribes

La idea es recuperar árboles y plantas únicos para ponerlos a disposición de los agricultores de la zona

José Pichel Andrés/DICYT Expertos de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales de la Universidad de Salamanca trabajan en la caracterización de variedades tradicionales de especies frutales y cultivos hortícolas del Parque Natural de Arribes del Duero. En su prospección, los investigadores han hallado ya decenas de variedades aún no descritas por la Ciencia de especies como el almendro o el tomate, con el objetivo de promocionarlas entre los agricultores de la zona, ya que tienen interés agronómico.

 

El objetivo es recuperar cultivos de hortícolas y frutales como el almedro, la higuera, la calabaza, el tomate, la manzana o algunos cítricos. "Nuestra idea es potenciar las variedades tradicionales, que se están perdiendo, porque las que existen ahora mismo en agricultura son variedades mejoradas que nos vienen de otros países y que están mucho menos adaptadas a las condiciones locales, con lo cual necesitan más insumos de fertilizantes y fitosanitarios. En cambio, las autóctonas se adaptan mucho mejor a las exigencias de la producción integrada y ecológica", indica Remedios Morales, una de las investigadoras que participan en el proyecto.

 

El hecho de que Arribes del Duero haya sido tradicionalmente una zona mal comunicada y poco desarrollada hace que ahora se puedan localizar muchas variedades tradicionales que no se han perdido, ya que "los agricultores las seguían cultivando porque no les llegaban otras semillas". Por eso, los científicos que participan en este proyecto se encuentran con variedades "que no se hallan en otros lugares, con una riqueza en polifenoles, en olor o en sabor increíbles", aseguran.

 

En la iniciativa participan otras instituciones, como la Fundación Biodiversidad o el Ayuntamiento de Vilvestre, localidad en la que se ubicará un banco de germoplasma para estos cultivos, es decir, una instalación en la que almacenar muestras como semillas que permitan preservar estas variedades únicas, con cámaras para conservarlas en las condiciones idóneas de oscuridad, frío y ausencia de humedad.

 

Ampliar a Zamora

 

Además, la Universidad tiene parcelas en Vilvestre en las que se van a comenzar a cultivar variedades tradicionales para darlas a conocer y suministrar semillas a los agricultores interesados. Otras localidadse en las que se han realizado prospecciones son Masueco de la Ribera, Aldeadávila la Ribera, Corporario o Mieza, todas ellas en la provincia de Salamanca. "En el momento en que tengamos más caracterizada la zona de Arribes de Salamanca pasaremos a Zamora, pero es una zona próxima y el material genético suele ser el mismo", comentan los responsables de la investigación. De hecho, las variedades que están hallando no se encuentran en ningún otro sitio de España, pero en sí al otro lado del río, en la parte portuguesa de Arribes del Duero, con la que había más comunicación.

 

A través del contacto con ayuntamientos, cooperativas y particulares, los científicos obtienen las pistas que les llevan a la caracterización agromorfológica según una serie de parámetros ya preestablecidos por organismos internacionales para determinar la existencia de distintas variedades. El trabajo consiste en realizar exhaustivas mediciones de la flor, el fruto, la hoja y las semillas, por ejemplo, así como determinar otros factores agronómicos como son la calidad, las técnicas de cultivo, la temperatura o la temperatura que soportan. En todo ello también juegan un papel las nuevas tecnologías, ya que los investigadores toman referencias a través de GPS.

 

Mediciones rigurosas

 

Esta labor requiere mucho trabajo en campo, sobre todo en los momentos clave del año, por ejemplo, cuando se produce la floración o la maduración de un fruto, puesto que "hay que tomar muchos datos en el campo, de forma que se acumula un gran volumen de estadísticas". El caso del almendro es uno de los más llamativos, puesto que ya se han caracterizado morfológica y agronómicamente unas 20 variedades, unas 15 de los llamados frutales de pepita, como el manzano, y 10 de higuera. En una fase posterior de la investigación, los científicos se proponen realizar la caracterización molecular de todos estos cultivos, de manera que las diferencias genéticas entre unas variedades y otras corroboren que se trata de árboles o plantas hortícolas únicas, cosa que por el momento sólo han realizado con el cerezo, dentro de un proyecto anterior.


La realización de estos estudios puede suponer un gran respaldo para los productores de la zona, puesto que podrán ofrecer un producto único y sin necesidad de invertir en insumos. "En realidad, llevan toda la vida realizando agricultura ecológica sin saberlo", asegura Remedios Morales, que cuenta para este proyecto con otros miembros del Departamento e Construcción y Agronomía de la Universidad de Salamanca, como María Ángeles Gómez Sánchez y Rodrigo Pérez Sánchez.