"La Universidad de Valladolid tiene un gran stock de conocimiento para crear spin-offs"
YG/DICYT La gran mayoría de las spin-off que han surgido en Castilla y León están relacionadas con la Universidad de Salamanca, y sólo una de ellas, Visión I+D, se ha creado en el entorno de la Universidad de Valladolid. Una jornada organizada por el Parque Científico de la Universidad de Valladolid ha analizado hoy el nuevo entorno jurídico y la búsqueda de financiación para la creación de estas empresas, la mayor parte de las cuales encuentran salida en tres sectores: energías renovables, biotecnología y desarrollo de software, según ha destacado Ignasi Costas, asesor legal y tributario, que ha trabajado con algunas de las universidades gallegas, catalanas y madrileñas con mayor tradición en la creación de spin-off.
A juicio del experto, el hecho de que estas universidades tengan un mayor índice de creación de spin-off obedece a dos factores; por un lado, al entorno, ya que “donde actualmente hay más empresas de base tecnológica es donde más tradición existía en crear empresas” y por otro a que “las universidades politécnicas tienen mayor tradición de crear empresas que las generalistas” pese a que Barcelona, por ejemplo, ha realizado “un gran esfuerzo” en este sentido.
Costas ha apostado por “intentar buscar un modelo equilibrado entre el fomento de empresas de base tecnológica, es decir, desarrollar un modelo que permita crear empresas de este tipo a partir de entornos públicos, y la defensa del interés público” y ha señalado que el fin último de las spin-off debe ser “comercializar tecnología de origen público de mejor forma de la que lo hubiera hecho la universidad” gracias, entre otras cosas, al acceso a recursos privados.
El ponente ha hecho referencia además a dos de los reglamentos que el Gobierno central está elaborando y que vendrán a desarrollar, por un lado, las condiciones para que los investigadores puedan solicitar excedencias para hacerse cargo de la spin-off y por otro, los detalles para determinar la naturaleza de base tecnológica de estas empresas. A su juicio, “hay universidades que tienen un gran stock de conocimiento para transferirlo a las spin-off, como es el caso de la de Valladolid y que están esperando el marco jurídico adecuado”. Una vez estos dos reglamentos se hayan aprobado, “el impacto será enorme”, ha vaticinado Costas.
Por sectores, el experto ha destacado las energías renovables, la biotecnología (dispositivos médicos, nanotecnología, etc) y el desarrollo de software como las tres áreas en las que las spin-off se están desarrollando de forma mayoritaria y ha señalado que “la rapidez” con que se crea una de estas empresas depende mucho del “grado de madurez de la universidad a la que esté vinculada”, aunque también de que “el entorno jurídico se asiente”.