Las células gliales presentan alteraciones en enfermedades psiquiátricas
AMR/DICYT Las células gliales, que cumplen funciones de sostén y participan en la trasmisión de señales en el sistema nervioso, pueden presentar alteraciones en ciertas enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Este avance fue hoy expuesto por el catedrático de Neurociencias de la
Universidad del País Vasco, Carlos Matute, durante una conferencia en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León. Mediante este hallazgo logrado por el equipo de investigación de Matute en Neurotek, el Departamento de Neurociencias de la UPV, se abren nuevas líneas de investigación para el tratamiento de los dos males.
En la actualidad, las dos enfermedades requieren un tratamiento simultáneo farmacológico y de terapias psicológicas. Además, en ambas su diagnóstico se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas sobre la conducta expuestos tanto por el paciente como de terceras personas, ya sean de su círculo íntimo, ya sean especialistas. El año pasado, el equipo de Matute en la UPV patentó un nuevo diagnóstico que permitirá detectar enfermedades psíquicas graves.
Aquel hallazgo logrado en la Facultad de Medicina de Lejona (Vizcaya) tiene, explicó a DiCYT Matute, "valor diagnóstico" en estas dos enfermedades, cuyos rasgos identificativos pueden llegar a confundir la una con otra. Ese valor diagnóstico reside en la alteración de algunas moléculas. "Los astrocitos (las células gliales más abundantes en el cerebro) son clave en el funcionamiento de las señales en el cerebro", precisó el experto, "y lo hacen a través del ácido glutámico, principal neurotransmisor excitador, no sólo en circunstancias normales, sino también patológicas. Este dato es relevante para las enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas".
El trabajo de Matute sobre el ácido glutámico, que liberado de forma vesicular por los astrocitos influye en la eficacia de la sinapsis o unión química entre dos neuronas, fue el resultado de una investigación que se publicó hace un año en la revista científica Nature Neuroscience, y en la que participaron además de científicos de su equipo de trabajo en el Neurotek, instituciones de Suiza, Noruega e Italia.