Las universidades de Salamanca y León colaboran en el estudio del genoma de la seta ostra
Ana Victoria Pérez/María Jesús Fernández/ DICYT Dos grupos de investigación de las universidades de Salamanca y León, dirigidos por Ángel Domínguez Olavarri y Juan Francisco Martín, respectivamente, participan en la primera secuenciación de genes de seta comestible que se realiza en el mundo. Se trata de un proyecto coordinado por el profesor de la Universidad Pública de Navarra Gerardo Pisabarro, que ha escogido este hongo como modelo para estudiar el ciclo del dióxido de carbono y por su potencial uso en procesos de biorremediación como degradador de contaminantes. La investigación está financiada por el Departamento de Energía de Estados Unidos, y en ella participan científicos de 19 universidades y centros norteamericanos, así como de Europa, Canadá, Japón e Israel.
El proyecto, seleccionado entre los más de 400 presentados a la convocatoria anual del Instituto de Genómica, dependiente de la Oficina de Ciencia del Departamento de Energía estadounidense es, de entre los más de 40 que se van a llevar a cabo, uno de los siete coordinados por una institución europea, y el único liderado por un español. La seta ostra (pleurotus ostreatus) es el primer hongo comestible que se va a secuenciar en el mundo, pero aparte de las características que la hacen beneficiosa para su consumo (es rica en vitaminas y proteínas), esta seta sirve de modelo para estudiar el ciclo del dióxido de carbono (uno de los principales gases de efecto invernadero), y tiene un alto potencial para su uso procesos de biodegradación de contaminantes, motivos por los que, junto con otros cultivos como la yuca o el algodón, ha sido seleccionada para su secuenciación por el Instituto de Genómica estadounidense.
El genoma completo de la seta ostra contiene 70 millones de letras o bases, que se hallan repartidos en dos copias equivalentes, puesto que este hongo, al igual que el ser humano, tiene una doble copia de cada cromosoma. Sin embargo, el proyecto de secuenciación del genoma completo supondrá manejar un volumen de 280 millones de letras, ya que hay que leer varias veces cada uno de los dos juegos de genes.
Participación regional
La participación regional en el proyecto se centra en dos grupos de investigación. Uno de ellos está coordinado por Ángel Domínguez Olavarri, del Departamento de Microbiología y Genética de la Universidad de Salamanca, que se encargará de secuenciar seis de las 38 familias de genes que se han identificado en la seta-ostra, para lo que les será muy útil la experiencia acumulada durante el análisis de la estructura cromosómica de otros hongos. “Para nosotros los resultados de estos estudios tienen un interés añadido, ya que nos pueden ofrecer nuevas claves sobre la enorme capacidad de degradar compuestos que se ha identificado en la seta ostra, y que la convierten en un hongo especialmente apto para abordar procesos de biorremediación, como puede ser la recuperación de zonas en las que se han registrado determinado tipo de vertidos”, ha explicado a DICYT el investigador salmantino.
Entre los compuestos que la seta ostra es capaz de degradar figura la lignina: un polímero orgánico presente en la corteza de los árboles cuyo tratamiento puede mejorar el rendimiento de los procesos de producción de bioetanol. El otro grupo de investigación regional que participa en la investigación está encabezado por Juan Francisco Martín, director del Inbiotec, con sede en León, encargado de estudiar los metabolitos de interés farmacológico, con el objetivo de determinar los productos biológicos activos a los que puede dar lugar esta seta. "Tenemos una idea de cuáles pueden ser, porque la estructura de los genes se conoce, aunque no su actividad biológica”, explica Matín. Por eso la seta ostra puede contener desde compuestos anticancerígenos y antifúngicos a inmunosupresores.
![]() |
Especie típica de bosques de ribera |
La seta ostra es una variedad que se puede encontrar en los bosques de ribera situados en las cercanías de ríos o riachuelos, frecuentemente formados por árboles caducifolios como el aliso, fresno, avellano o el saúco. Entre las propiedades que tiene la seta ostra destacan la de contener compuestos con acciones anticancerígenas, antifúngicas y hasta inmunosupresoras, que ahora están siendo analizadas para conocer su eficacia. También contiene un compuesto capaz de degradar la lignina: un polímero orgánico presente en la corteza de los árboles y útil en los procesos de producción de bioetanol. |