Lo perjudicial de las bebidas azucaradas
USS/DICYT Chile se ubica entre los mayores consumidores mundiales de bebidas, específicamente de las llamadas “cola”, ocupando el tercer lugar a nivel mundial con 79'1 litros per cápita al año (334 botellas individuales de 237 cc), siendo superado solamente por México (115'4 litros) y Estados Unidos (103'3 litros).
Asimismo, según la última Encuesta Nacional de Salud, un 67% de la población del país estaría excedida en peso, de ellas un 39'3% tendría sobrepeso y un 25'1% presentaría obesidad.
El gran consumo de bebidas azucaradas y su estrecha relación con los cambios en el perfil epidemiológico de Chile, fue lo que motivó a los académicos de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Samuel Durán y Paulo Silva, a realizar una revisión de diversas informaciones sobre el tema, el que fue publicado bajo el nombre de “Bebidas azucaradas, más que un simple refresco”, en la Revista Chilena de Nutrición.
El análisis reflejó que una familia chilena gasta en promedio 11.657 dólares y consume 26 litros al mes en bebidas gaseosas. Es el tercer producto en importancia en la canasta de alimentos, solamente superado por bienes de consumo básico como la carne y el pan. Y sus ventas tuvieron un progresivo aumento desde el año 2003, duplicándolas en una década.
Las bebidas azucaradas tienen 44 calorías por 100 mililitros. Al calcular la ingesta promedio en Chile, sería de 95 calorías al día provenientes de ellas. Pueden ser endulzadas con azúcar proveniente de la remolacha azucarera, caña de azúcar, jarabe de maíz alto en fructosa o edulcorantes no nutritivos como aspartamo, acesulfame k o estevia, aportando estos últimos, 0 kcal por porción.
“Cabe destacar que del total de ventas de bebidas, solamente un 19'1% corresponde al segmento light o sin calorías. El consumo elevado en niños obesos chilenos de 8 a 9 años es de 264'5 mililitros al día y de 222'75 ml en niños de 10 a 11 años, entregando más de 100 calorías al día”, detalla Samuel Durán, académico de la U. San Sebastián.
Además, esta revisión mostró que hay muchos estudios en animales y humanos que asocian el consumo excesivo de bebidas azucaradas con el incremento de la obesidad, diabetes mellitus, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer y osteoporosis, enfermedades muy prevalentes actualmente.
Por otra parte, Paulo Silva, director de Nutrición y Dietética de la U. San Sebastián, explica que en general las bebidas azucaradas contienen sacarosa (azúcar de mesa), sin embargo, “hay una tendencia a reemplazar la sacarosa por jarabe alto en fructosa. La fructosa es un monosacárido que está atrayendo más la atención por sus efectos perjudiciales, inclusive mayores que la sacarosa, en términos de ganancia de peso y trastornos metabólicos”.
Por ello, los docentes y autores del estudio, aconsejan “buscar estrategias para disminuir el consumo de bebidas azucaradas como por ejemplo optar por bebidas sin calorías, educación a la población y aumentar impuestos a estos productos, pero tiene que ser parte de las intervenciones más complejas para modificar los hábitos alimentarios y estilo de vida de la población”.