Salud España , Valladolid, Lunes, 19 de octubre de 2009 a las 14:05

Los avances en reanimación, vigilancia y neurocirugía mejoran la asistencia al Daño Cerebral Adquirido

El tratamiento de estos pacientes y la difusión de las lesiones asociadas centra una jornada en Valladolid, donde existen cerca de 2.500 afectados

CGP/DICYT Con motivo del Día Mundial del Daño Cerebral Adquirido (DCA), que se celebrará el próximo 26 de octubre, el Hospital Clínico Universitario de Valladolid acogerá hoy una jornada dirigida a difundir el tratamiento que necesitan estos pacientes y las lesiones asociadas, que afectan a cerca de 2.500 personas en la provincia. Así lo ha puesto de manifiesto en declaraciones a DiCYT el doctor José Luis Aller, neumólogo y miembro de la asociación Camino para la ayuda a estos pacientes, quien asegura que la neurorehabilitación a largo plazo es clave para mejorar la calidad de vida de los afectados.

 

El sistema sanitario, no obstante, solo ofrece este tratamiento a corto plazo. “Gran parte de los afectados necesitan neurorehabilitación de por vida y ayuda psicológica, algo que no está asumiendo ni podrá asumir la sanidad pública”, asegura el experto, al tiempo que añade que las asociaciones de afectados juegan un papel determinante en el mantenimiento de la neurorehabilitación. “Estos pacientes y sus familiares deben acudir a las asociaciones para conseguir una neurorehabilitación larga y duradera”, ha señalado, aunque pese al gran número de afectados en la provincia de Valladolid, por ejemplo, tan sólo 60 son miembros de la organización Camino.

 

La jornada tiene el objetivo de difundir lo que se puede hacer en la actualidad por estos pacientes y por sus familiares. En este sentido, José Luis Aller ha precisado que la ciencia ha avanzado en varios aspectos. “El DCA se produce por una agresión brusca al cerebro de una persona sana, como un traumatismo craneoencefálico originado por un accidente de tráfico o una hemorragia cerebral. Se ha avanzado muchísimo en solo 15 años en los procesos de reanimación cardiovascular para que estas personas no mueran, y también en las unidades de vigilancia intensiva y la neurocirugía, puesto que muchos afectados necesitan intervenciones sobre su cráneo”, explica el doctor.

 

Alteraciones repentinas en el estado de consciencia

 

El Daño Cerebral Adquirido se define como una lesión producida de forma súbita en las estructuras cerebrales, por lo que no es una discapacidad de nacimiento ni degenerativa. El origen más común de estas lesiones son los accidentes cerebro-vasculares (se producen cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro por la presencia de un coágulo o la rotura de un vaso), así como los traumatismos craneoencefálicos, los tumores cerebrales, la encefalitis y la anoxia cerebral severa y prolongada.

 

Según la información facilitada por la Asociación Camino, el Daño Cerebral Adquirido provoca, generalmente, una alteración repentina del estado de consciencia cuya gravedad y duración son variables (desde una confusión mínima a un coma vegetativo). Asimismo, se produce un cambio en las funciones cerebrales lo que provoca en la persona déficit a nivel físico, cognitivo, emocional y social.

 

La gravedad de las secuelas depende de la lesión. Abarcan, por ejemplo, la parálisis en una mitad del cuerpo (hemiplejia, hemiparesia), la incapacidad para hablar y comprender (afasia), la dificultad para ingerir alimentos (disfagia), problemas de atención, concentración, trastornos de aprendizaje, resolución de problemas, falta de control en el movimiento o equilibrio, inestabilidad afectiva, irritabilidad, agresividad o inhibición.

 

Más de 13.000 afectados en Castilla y León
Pese a que no existen estudios fiables y concretos sobre la incidencia del Daño Cerebral Adquirido (DCA) en el país, la asociación Camino cuenta con los datos obtenidos de las personas valoradas en los Centros Base de la Comunidad en 2006. En total, se registraron 13.139 afectados (un 51’5 por ciento varones y un 48’5 por ciento mujeres) y las provincias con más casos fueron León (1.385), Valladolid (1.142) y Burgos (952). De todos ellos, el 68 por ciento presenta problemas para realizar actividades básicas diarias y cerca del 48 por ciento cuenta con estas limitaciones de forma severa o total. A nivel estatal, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) de 2002, se contabilizan 60.000 accidentes cerebro-vasculares en España al año (de 150 a 200 casos por 100.000 habitantes al año), 6.000 casos de traumatismos y 3.200 anoxias.