Los biocombustibles y el Neotrópico: ¿alternativa para salvar el planeta o receta para el desastre?
Eva Aguilar/DICYT ¿Es la producción de biocombustibles tan limpia y respetuosa con el medio ambiente como queremos pensar? ¿Es una alternativa viable a los combustibles fósiles que han disparado el calentamiento global o lo único que hace es agravar el problema? ¿Están los países del Neotrópico preparados para convertirse en los próximos proveedores de materia prima? ¿Cuál es el impacto que la industria de biocombustibles tiene en el bosque tropical y en las comunidades que dependen de él? Hoy por hoy el centro y sur de América se vislumbra como la región del mundo que tendrá la responsabilidad de aplacar la sed de energía de los grandes consumidores del norte. El proceso ya ha empezado y no hay marcha atrás. Sin embargo, ¿ha entrado el continente en un negocio rentable y sostenible o está empeñando el futuro de sus habitantes y sus recursos naturales?
Para contestar estas y otras preguntas, la Escuela de Silvicultura y Estudios Ambientales de la Universidad de Yale (Estados Unidos) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), han organizado para hoy, viernes 5 de diciembre de 2008, la conferencia Biocombustibles y Bosques Neotropicales: Tendencias, Implicaciones y Alternativas Emergentes, que se llevará a cabo en la ciudad de Panamá.
"Se tiende a comercializar los biocombustibles como una alternativa a la gasolina y al diésel que no tiene impactos negativos en el medio ambiente, y su producción a menudo se presenta como una fuente de trabajo para la población rural, que se encarga de producir la materia prima", dice Eva Garen, coordinadora para América Latina de la Iniciativa de Liderazgo y Capacitación (Yale/STRI) y una de las organizadoras de la conferencia. "Sin embargo, hay una preocupación creciente sobre los impactos adversos que la industria puede estar provocando, como la promoción de la deforestación, el incremento de los gases de efecto invernadero y del precio de los alimentos, y el desplazamiento de comunidades indígenas o dependientes de los bosques", explica.
De acuerdo con Garen, a la conferencia han sido invitados científicos, académicos, miembros de organizaciones no gubernamentales de Panamá y funcionarios con poder de decisión en temas relacionados con el medio ambiente.
El bosque amenazado
La materia prima de los biocombustibles es la biomasa, es decir, árboles, productos agrícolas (maíz, caña de azúcar, soja, aceite de palma), estiércol e incluso cierto tipo de desperdicios que provienen de productos manufacturados que conservan sus propiedades naturales. La idea que impulsa la industria de los biocombustibles es que si la sociedad es capaz de producir suficiente energía a partir de productos del mundo viviente, entonces el consumo de energía podría volver a su ciclo natural, en el que el dióxido de carbono es liberado y recapturado mediante la siembra continua y el crecimiento de las plantas.
El problema es que la experiencia ha probado que esta teoría no siempre se cumple porque no hay un balance entre la producción de la biomasa y la conservación de los bosques. Estudios llevados a cabo en Malasia, donde grandes extensiones de bosque han sido talados para hacer espacio para las plantaciones de palma de aceite -con la consecuente liberación a la atmósfera del dióxido de carbono acumulado durante años-, concluyen que en realidad conservar los bosques es una forma más eficiente de combatir el cambio climático que reemplazarlos con plantaciones.
William Laurance, investigador del STRI y especialista en el impacto que el cambio climático tiene en el bosque tropical, está de acuerdo. De hecho, una de las conclusiones que Laurance presentará durante la charla con la que abrirá la conferencia de este viernes, es que si bien los biocombustibles son una de las pocas alternativas viables a los productos derivados del petróleo, no debe ni siquiera considerarse la producción de materia prima si para ello se contribuye, directa o indirectamente, a la deforestación.
Entonces, ¿corren los bosques del Neotrópico el riesgo de tener la misma suerte que los del sureste asiático? "Ciertamente, los bosques tropicales de América del Sur están amenazados y los biocombustibles son parte del problema", dijo Laurance a DiCYT. "Primero, la cría de ganado ha sido desplazada hacia el Amazonas debido a la expansión [de la industria] de biocombustibles como la caña de azúcar en el sureste de Brasil. Segundo, la soja causa mucha deforestación en el Amazonas, y parte de esta producción es utilizada como biodiésel. Finalmente, la producción de aceite de palma podría aumentar dramáticamente en la misma área durante los próximos años".
A pesar de todas las preocupaciones y el hecho de que aún tendrán que pasar muchos años antes de que la tecnología actual sea más eficiente, Laurance es categórico al decir que los biocombustibles "han llegado para quedarse", aunque su impacto sea muy difícil de predecir.
Distintos impactos
"Los diferentes tipos de biocombustibles varían enormemente en cuanto al impacto que tienen en el medio ambiente", explica el investigador. Y así, mientras el etanol proveniente del maíz de Estados Unidos y el diésel proveniente de la soja, de la caña de azúcar brasileñas y del aceite de palma de Malasia parecen estar teniendo las mismas repercusiones que el uso de la gasolina; el biodiésel que se extrae de productos residuales y el etanol que se produce a partir de los pastos y la madera han tenido un mejor desempeño a la hora de reducir la generación de gases de efecto invernadero.
Durante la conferencia, a la que los organizadores esperan unas 150 personas, se hablará además sobre la mitigación de emisiones de carbono a través de biocombustibles, el cultivo de biocombustibles y el uso de especies exóticas, y los impactos sociales de la producción de biocombustibles en comunidades indígenas y dependientes del bosque, entre otros.