Los cambios en los bosques nativos afectan a los gatos silvestres
CONICET/DICYT Nuevos estudios de investigadores del CONICET aportaron evidencia acerca de cómo la pérdida y la transformación del bosque nativo en la provincia de Misiones afecta a pequeños y medianos felinos y provoca cambios en sus hábitos. El análisis, que se centró en cuatro especies, comprobó que el ocelote (Leopardus pardalis) –un animal mediano que le sigue en tamaño al yaguareté y al puma–, es el más sensible a las modificaciones en el paisaje.
Uno de los trabajos fue publicado recientemente en la revista Biotrópica y demuestra que la conversión del ambiente genera hábitats de distinta calidad, que influyen en la persistencia de las especies. Los autores señalan que, para disminuir el impacto en la zona, es necesario mantener y conservar fragmentos de bosque en las propiedades dedicadas a actividades forestales o agropecuarias, ya que solamente cerca del 30% de la provincia posee áreas óptimas para que habiten estos felinos.
A diferencia del yaguareté, el puma y el ocelote –que necesitan grandes superficies para vivir–, los pequeños felinos pueden habitar fragmentos más acotados de bosque nativo, aunque estén rodeados de tierras con usos productivos. Sin embargo, los resultados que obtuvieron los investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM) después de analizar más de 800 registros de estas especies, indican que desaparecen en las zonas donde hay mayor intervención humana.
“Analizamos el efecto de la pérdida y transformación del bosque nativo a distintas escalas en cuatro especies de gatos silvestres: el yaguarundi (Herpailurus yagouaroundi), el margay (Leopardus wiedii), el tirica (Leopardus guttulus) y el ocelote”, explica la primera autora de trabajo, la becaria postdoctoral del CONICET en el nodo Iguazú del IBS, Paula Cruz. “Cuando tenemos en cuenta la variedad de niveles de impacto humano en la provincia de Misiones, vemos que los felinos son afectados principalmente por la pérdida del bosque nativo. Pero cuando comparamos el estado de las poblaciones entre los ambientes de bosque nativo bien conservado y los ambientes de bosque medianamente degradados vemos que toman relevancia las interacciones de competencia entre las especies”, agrega.
En un artículo anterior, publicado hace pocos meses en la revista Plos One, se indica que la especie más afectada es el ocelote, ya que habita principalmente en los bosques continuos o en las áreas protegidas y no se lo registra en zonas de mayor intervención humana. Por otro lado, se observa que el tirica, el felino más pequeño de Misiones, habita en fragmentos de bosque donde el ocelote no está presente.
“Los resultados obtenidos sugieren que el tirica evita al ocelote. Esto podría darse porque estas especies pueden competir por los recursos, como por ejemplo las presas. Nuestros resultados sugieren que el ocelote es la especie dominante en este gremio de gatos pequeños y reprime las poblaciones de las tres especies de gatos más chicos. Pero al ser más sensible a los cambios del paisaje, las cuatro pueden coexistir, siempre que haya una buena cobertura de selva, que es el requisito esencial de las cuatro especies”, señala Paula Cruz.
Otra de las situaciones que advirtieron tiene que ver con los horarios del tirica, un felino que puede estar activo tanto durante el día como por la noche. “Notamos que modifica sus hábitos de acuerdo a la acción humana: en lugares más cercanos a áreas rurales o asentamientos, son más nocturnos. Disminuyen su actividad diurna para evitar a los humanos”, indica la bióloga, que desarrolló estos trabajos como parte de su tesis doctoral.
Los resultados obtenidos sugieren que, si bien las especies más pequeñas que el ocelote tienen una tolerancia más alta al impacto humano, la supervivencia de todos los felinos silvestres de la selva misionera o Bosque Atlántico -incluso del yaguareté y del puma- está estrechamente supeditada a la protección de los remanentes de bosques nativos. Los investigadores sugieren que, además de las estrategias de conservación clásicas como la creación de grandes áreas protegidas a través de parques nacionales o provinciales, también es necesario un cuidadoso planeamiento y manejo de los usos de la tierra para actividades productivas.
“Una de las principales conclusiones que obtuvimos durante estos estudios es que, además de mantener las áreas protegidas que existen Misiones, es necesario promover el uso responsable y la protección de los fragmentos de bosque nativo que quedan en chacras y otras propiedades privadas, ya que tienen un papel muy importante para la supervivencia de estos felinos y otras especies de la selva misionera”, concluye Paula Cruz.