Los científicos salmantinos del Hespérides regresan del Ártico con algunas conclusiones preliminares tras analizar las primeras muestras
JPA/DICYT Francisco Javier Sierro, Elena Colmenero y José Abel Flores, los tres geólogos del Área de Paleontología de la Universidad de Salamanca que han participado en la reciente expedición al Océano Ártico del Buque de Investigación Oceánica Hespérides, han regresado con algunas conclusiones preliminares tras analizar en el propio barco las primeras muestras de los sedimentos recogidos en las profundidades marinas. Sin embargo, no será hasta enero cuando inicien un estudio exhaustivo del material, que ofrecerá datos sobre la evolución climatológica de la zona.
El Hespérides, que acaba de regresar a España, aún contiene las muestras tomadas en el Ártico en seis cilindros denominados testigos que se almacenan en cámaras frigoríficas y miden 6'5 metros cada uno. "Cada centímetro puede representar 100 ó 200 años, ya que los depósitos de sedimentos son muy lentos", ha declarado hoy a DICYT Francisco Javier Sierro. "En el barco, nosotros fuimos analizando muestras con intervalos de un metro, lo que nos da una primera idea de lo que podemos encontrar, a pesar de que en cada metro la diferencia puede ser de 3.000 a 4.000 años", señala.
La hipótesis del hielo
Para realizar este trabajo, los investigadores salmantinos observan qué tipo de fósiles van apareciendo a distintas profundidades y los comparan con otros organismos conocidos, en este caso, fósiles de plancton, pequeños organismos animales y vegetales que se encuentran en las aguas marinas. "Hemos visto que hasta hace unos 10.000 años, los fósiles de plancton encontrados presentan similitudes con los actuales. Sin embargo, a mayor profundidad, es decir, en los sedimentos con más antigüedad que esos 10.000 años, apenas existen fósiles, de manera que una hipótesis probable es que esta zona concreta hubiera estado cubierta por el hielo, un elemento que no deja pasar la luz y, por lo tanto, disminuye las posibilidades de vida", explica Sierro, aunque matiza que esta idea debe ser corroborada por los estudios posteriores.
Algunos problemas técnicos en una grúa del Hespérides impidieron sacar más testigos, ya que el número ideal habría estado alrededor de la decena, en lugar de los seis obtenidos. En cualquier caso, los científicos confían en que sean suficientes para lograr los objetivos previstos, ya que las malas condiciones meteorológicas y la circunstancia de estrenar un nuevo sacatestigos (el instrumento que sirve para extraer los sedimentos) hacían previsibles algunas adversidades de antemano. Los materiales serán trasladados hasta Barcelona, donde los geólogos acudirán en enero para seleccionar las muestras que posteriormente analizarán en Salamanca. De acuerdo con sus cálculos, en junio de 2008 podrían tener los primeros resultados de los análisis, aunque el trabajo se puede prolongar hasta dos o tres años más.