Películas muestran los problemas urgentes de la Amazonia desde la mirada de la población afectada
AGENCIA FAPESP/DICYT – En el territorio munduruku, cerca de la ciudad de Jacareacanga, en el estado de Pará, norte de Brasil, existe una demanda de sillas de ruedas infantiles fuera de lo común. Una investigación médica arribó a la conclusión de que esto sucede debido a las altas tasas de mercurio detectadas en la sangre de los habitantes de la región, que provocan problemas neurológicos irreversibles en adultos y ancianos, y también en niños.
El mercurio arrojado ilegalmente al río Tapajós para la concreción de la minería de oro está contaminando los ríos, a los peces y también al pueblo Munduruku. Al conjunto de síntomas neurológicos que exhiben los indígenas se le da el nombre de enfermedad de Minamata, en referencia a una ciudad de pescadores de Japón que, en el año 1950, vio su bahía contaminada por una fábrica de plásticos que arrojaba mercurio a las aguas. Los japoneses tardaron 35 años para lograr cerrar la fábrica y percibir indemnizaciones y pensiones.
Ambas historias se relatan en la película Amazônia, a nova Minamata?, que se estrenará ahora en octubre, dirigida por Jorge Bodanzky, y que cuenta con la participación del médico Erik Jennings y de la lideresa indígena y activista ambiental Alessandra Munduruku. En un determinado momento del documental, Alessandra, en manifestación en el Congreso Nacional de Brasil, dice: “La gente debe enterarse de lo que está pasando, y por eso no dejamos de luchar. Ustedes están matando a nuestros hijos”.
“Todos nosotros sabemos sobre el tema de la contaminación del mercurio en la cuenca amazónica, pero yo no tenía la menor idea de la dimensión y de la catástrofe irreversible que es esto. El mercurio ataca al sistema neurológico, también pasa por la placenta y los bebés nacen con un alto índice de contaminación. Al mercurio no lo vemos, no lo olfateamos. También tarda en aparecer. Hay personas que viven hace 30 años en el lugar y suelen estar contaminadas, pero eso no se ve”, dijo Bodanzky durante el primer seminario de la serie intitulada “La Amazonia en imágenes y movimiento: las historias extractivas amazónicas registradas por las lentes de los documentales brasileños”, organizado por la FAPESP el pasado 15 de septiembre.
La serie, dividida en tres sesiones, apunta a debatir de qué manera la actividad extractiva intensiva en la Amazonia y las grandes obras de infraestructura que la acompañan están siendo registradas y difundidas a nivel nacional e internacional mediante un conjunto cada vez más robusto de filmes. La propuesta de debate partió de investigadores que integran el proyecto intitulado “Después de las hidroeléctricas: los procesos sociales y ambientales tras la construcción de Belo Monte, Jirau y Santo Antônio en la Amazonia Brasileña”, apoyado por la FAPESP en el marco del programa São Paulo Excellence Chair (SPEC).
“Estamos produciendo conocimiento sobre los impactos sociales y ambientales después del proceso de construcción de las centrales hidroeléctricas, pero esas obras forman parte de un proceso histórico mucho más amplio. La producción de documentales ha desempeñado un rol central en esta documentación. Y permite vivenciar actividades extractivas históricas desde la época del caucho hasta la actualidad, con la actividad minera o garimpo, para llevar los procesos acaecidos en la Amazonia al conocimiento de públicos más amplios, e incluso aportando a la agenda de investigación académica referente a la región”, dijo Emilio Moran, docente de la Universidad de Campinas (Unicamp) y coordinador del proyecto SPEC-FAPESP.
Para los expertos, la colaboración entre documentalistas y la población afectada por las grandes obras en la Amazonia es fundamental. Para ellos también es necesario que se instale una estructura y se incentive la formación de recursos humanos en cine y comunicación en la zona, para que los temas concernientes a la vida social de los indígenas y los habitantes ribereños y de la región amazónica en general puedan verse de otro modo, desde la mirada de quienes vivencian los problemas.
“La Amazonia le interesa al mundo entero y, de algún modo, ocupa un espacio en el imaginario mundial. Esto hace que padezca históricamente un cierto extractivismo de imágenes. Hay una Amazonia imaginada presente en el cine de ficción. Pero existe una dimensión política en los documentales, y es esencial que esta mirada parta también de la gente que vive en la región”, dijo Gustavo Soranz, profesor visitante de la Universidad Federal de Pará (UFPA) y autor del libro Território imaginado – Imagens da Amazônia no cinema (Edições Muiraquitã, 2012).
Para descolonizar la mirada
Históricamente, el desarrollo de la Amazonia se pensó desde el punto de vista del crecimiento económico, no el de la región, sino el del país. Este modelo hegemónico se retrata en diversos documentales. No obstante, de acuerdo con algunos especialistas, al analizar los documentales en el transcurso de los años, es posible notar un cambio en la manera de retratar a los indígenas, a los ribereños y a los cholos o caboclos.
De acuerdo con Edna Castro, profesora emérita de la UFPA y codirectora del filme Marias da Castanha, inicialmente las imágenes sobre la Amazonia transmitían la percepción del hombre subordinado. “La subordinación es vista como algo fatal, que no se mueve, algo consagrado como parte de la vida social en la región. Sin embargo, hoy en día contamos con una producción de imágenes que muestra lo contrario: es el levantamiento, es la insurgencia lo que atraviesa el pasado colonial”, dijo.
Castro remarca que las dimensiones del pensamiento del progreso y la prosperidad de El Dorado fortalecen el proceso actual de producción de commodities. “Es la fuerza de la imagen hegemónica de la prosperidad, del agro, de la minería, de la madera”, añadió. “Muchos documentales muestran esa invasión de la privacidad de la Amazonia y muchos de ellos retoman el mito del desarrollo y del progreso. Inicialmente, las acciones civilizadoras invadían la región y veían una Amazonia ignorante, bestializada, ya sea desde las políticas públicas, sobre todo las de los gobiernos militares, o en el marco de las investigaciones, o en el ámbito de las empresas y de ciertas agencias [federales] brasileñas, como en el caso de la Sudan [Superintendencia de Desarrollo de la Amazonia]. Pero la producción audiovisual puede ayudar a descolonizar la mirada”, afirmó.
La evolución de la mirada en tres películas
Soranz coincide con Castro. Durante el webinario, él comparó tres películas realizadas en períodos históricos diferentes para mostrar cómo transcurrió la evolución de la mirada en los documentales sobre la actividad extractiva en la Amazonia y de qué manera la presencia de los sujetos sociales que viven en la región fue adquiriendo un mayor protagonismo. Primeramente, el investigador analizó Paiz das Amazonas, un documental brasileño mudo del año 1922, dirigido por Silvino Santos. El filme se rodó durante el declive del ciclo del caucho y tiene el objetivo de mostrar modelos económicos para la región, como una especie de propaganda de la explotación de productos tales como el tabaco, las castañas, pescados y otros.
“Este proyecto, hito inaugural de los documentales sobre la Amazonia, estuvo financiado por el comerciante JG Araújo, que explotaba los insumos de la selva. Por ende, es una película de viajes, que va subiendo el río Negro y mostrando todo el potencial económico de los insumos naturales. ¿Y cómo aparece el sujeto social? Mediante la remisión de la mirada hacia la cámara, una imagen que denota una cierta relación afectuosa o amistosa entre el sujeto que filma y el que es filmado. Pero la historia no es sobre ellos, aún no cuenta con las historias de vida. Se trata de un inventario de las posibilidades económicas a partir de los insumos naturales que pueden extraerse de la selva”, afirmó.
En tanto, en Marias da Castanha, de Edna Castro y Simone Raskin (1987), el enfoque es sobre el trabajo de procesamiento de las castañas de monte en el estado de Pará. “Lo interesante en ese filme reside en que empezamos a escuchar las historias de vida de esas mujeres. La película empieza a internarse en el universo personal: se las presenta como personas con sueños, deseos y luchas”, dijo.
La película narra también las dificultades del desplazamiento desde el interior hacia la capital, siendo jefas de familia y cuidando solas a los hijos. “Los relatos muestran toda esa dimensión social que aparece en el trabajo en el régimen de procesamiento de las castañas, en el extractivismo vegetal. El enfoque no recae sobre la actividad extractiva, sino en quiénes son esos sujetos que trabajan en él. Esto está en sintonía con los documentales brasileños de la década de 1980, al dar voz y permitir conocer a nuevos sujetos sociales”, explicó.
El tercer documental que Soranz analizó es Antônio e Piti, de Vincent Carelli y del director indígena Ashaninka Wewito Piyãko (2019). La película narra la historia de una pareja: Antônio es un ashaninka, de la aldea Apiwtxa, en Acre, y Piti es una mujer no indígena, hija de un bracero del caucho. “Pero no es solamente una historia de amor, o sobre los prejuicios y los obstáculos culturales de una pareja. Es un ejemplo de un paso más con relación a las historias de vida, internándose en la vida privada de la pareja y conociendo a esas personas luchadoras”, comentó.
Soranz destaca que el pueblo Ashaninka vive en una zona de conflicto entre dueños de tierras e indígenas. “A partir de la vida privada, el filme avanza hacia la dimensión política de lucha, conflicto y demarcación de tierras indígenas. Esto es muy importante, más allá de los grandes temas. Los documentales son sumamente importantes también como gestos políticos”, dijo.