Medio Ambiente México , México, Viernes, 23 de julio de 2021 a las 12:58

¿Por qué no se domesticaron los conejos en el Nuevo Mundo?

Una naturaleza menos social y la mayor diversidad de especies pueden ser las claves, según una reciente investigación

DICYT - Holandés enano, mini lop o de orejas caídas. Son algunas de las razas de conejos domesticadas, todas ellas pertenecientes a la especie ‘Oryctolagus cuniculus’, conocida como conejo común o europeo.


Esta especie, originalmente limitada a la Península Ibérica y al sur de Francia, fue utilizada para carne y pieles desde la última Edad del Hielo, lo que culminó con su domesticación hace unos 1.500 años.


Mientras, en las Américas se conocen multitud de especies de conejo, distribuidas por todo el continente. El registro arqueológico muestra que se utilizaron ampliamente, al igual que en Europa, con evidencia de una cría deliberada. Entonces, ¿por qué se domesticaron los conejos en Europa y no en las Américas?


Un estudio reciente desarrollado por los arqueólogos Andrew Somerville de la Universidad Estatal de Iowa y Nawa Sugiyama de la Universidad de California en Riverside ha encontrado una respuesta simple: los conejos europeos viven fácilmente en grandes grupos sociales, mientras que los conejos de cola blanca americanos no. Y esa naturaleza menos social de los conejos americanos combinada con una mayor diversidad de especies pudo haber originado una situación en la que la cría de conejos no condujo a la domesticación.


Sugiyama miró a Teotihuacan, una importante ciudad mexicana de hace unos 2.000 años, donde los conejos de rabo blanco constituyen el 23 por ciento de los restos animales del período Clásico recuperados. Es una cantidad mayor a la de cualquier otro animal utilizado para la carne, incluidos los ciervos salvajes, los pavos y los perros domesticados. La proporción de huesos de conejo aumentó hacia el centro de la ciudad, lo que sugiere que probablemente fueron criados, no cazados.


Los conejos fueron enterrados en las pirámides del Sol y la Luna y se encontraron en el contenido del estómago de los carnívoros sacrificados, como las águilas y los pumas. Los huesos de conejo que se localizaron en los estómagos de los carnívoros contienen un tipo de carbono que indica una dieta inusualmente rica en maíz o cactus. "Los conejos probablemente fueron alimentados con maíz, pero los isótopos de carbono no distinguen entre maíz y cactus, por lo que no podemos asegurarlo con certeza", dijo Sugiyama.

 

¿En qué se diferencian?


Mil años después, el conquistador español del siglo XVI Hernán Cortés describió la venta de conejos en el mercado azteca de Tlateloco. Sin embargo, durante al menos un milenio de cría y uso como alimento, pieles y rituales, los conejos no se domesticaron en México, una relación mutualista y multigeneracional caracterizada por una reproducción controlada por humanos.


Para entender por qué, Somerville comparó la ecología del comportamiento de los conejos europeos y de los conejos americanos a partir de los criterios que "preparan" o preadaptan a los animales para la domesticación.

 

Los conejos europeos y americanos fueron similares en todos los criterios analizados excepto en el comportamiento social. Los conejos europeos viven en madrigueras familiares subterráneas de hasta 20 individuos, que incluyen machos que defienden su territorio.


En cambio, los conejos americanos son solitarios y no viven bajo tierra. Los machos no defienden un territorio de reproducción y persiguen estrategias de apareamiento más oportunistas, según la información de la Universidad de California recogida por DiCYT.


Somerville y Sugiyama concluyen que esa naturaleza solitaria, los territorios dispersos y unos sistemas de apareamiento menos predecibles hicieron posible criar conejos sin formar el tipo de relación mutua que eventualmente ofrece a los humanos suficiente control sobre una especie para dirigir su evolución. Asimismo, una mayor diversidad de especies también hizo menos probable que alguna de ellas se domesticara.

 

 

Referencia
Andrew D Somerville, Nawa Sugiyama, Why were New World rabbits not domesticated?, Animal Frontiers, Volume 11, Issue 3, May 2021, Pages 62–68, https://doi.org/10.1093/af/vfab026