Tecnología Argentina Bah铆a Blanca, Buenos Aires, Martes, 14 de abril de 2009 a las 18:03

Primer microscopio 贸ptico de superresoluci贸n de Am茅rica Latina

Construido por cient铆ficos del Instituto de Investigaciones Bioqu铆micas de Bah铆a Blanca

INFOUNIVERSIDADES/DICYT Científicos del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (CONICET-UNS), en conjunto con pares del Departamento de Nanobiofotónica del Instituto Max-Planck (Alemania), construyeron el primer microscopio óptico de superresolución de América Latina. La nueva técnica, denominada “microscopía de localización por foto-activación” o PALM (del inglés photoactivation localization microscopy), permite distinguir estructuras del orden de los 50 nanómetros, es decir, de 50 millonésimas partes de milímetro. Hasta ahora sólo se alcanzaba esta resolución mediante microscopios electrónicos, que operan sobre muestras biológicas ya deshidratadas, recubiertas por átomos pesados, y en alto vacío.

 

“La imagen que se obtiene de esta nueva forma de microscopía puede compararse con un firmamento compuesto por cientos de miles de estrellas fugaces, a diferencia del cielo habitual”, indicó a InfoUniversidades el doctor Francisco Barrantes, director del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca. “El encendido y apagado repetitivo y al azar permite determinar la posición de moléculas muy cercanas entre sí, que normalmente se confundirían con un solo objeto. La nueva técnica “resuelve” estas moléculas individuales sobrepasando el límite de resolución del microscopio óptico convencional, de manera que provee imágenes de las células que no tienen precedentes".

 

La idea esencial de este avance, concebida por el doctor Stefan Hell -del Departamento de Nanobiofotónica del Instituto Max Planck- se basa en el uso de compuestos orgánicos denominados fluoróforos, que son “foto-activados” mediante luz visible, y transitan cientos de veces entre un estado “oscuro” y “luminoso”, al ser “excitados” y “apagados” por iluminación de un láser.

 

La investigación fue subsidiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina y por la Sociedad Max-Planck de Alemania. La construcción del instrumento demandó un lapso relativamente breve -menos de dos años- y estuvo a cargo de técnicos liderados por Carlos Melonari, del Centro Científico bahiense. También participaron pasantes de la carrera de Ingeniería Eléctrica de la UNS, quienes fabricaron en tiempo récord los componentes necesarios para el aparato, cuya aplicación inmediata será el estudio de la neurotransmisión nerviosa.