Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 30 de marzo de 2022 a las 10:31
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Un esqueleto musculoso

Se les llama músculos esqueléticos porque están unidos al esqueleto. Están repartidos por todo el cuerpo, cada área cuenta con músculos especialmente diseñados para realizar algún movimiento específico vital

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT En los mamíferos el músculo esquelético más grande está en la espalda, y brinda soporte a todo el cuerpo. Los músculos esqueléticos de los vertebrados se encuentran unidos a cada terminal de hueso por dos extremos, a excepción del ojo y el abdomen, donde solamente se unen en uno de los extremos. Estas uniones son por medio de tendones y se denominan origen o inserción. Los músculos consisten en un manojo de fibras llamados miofibras. Cada miofibra a su vez está compuesta por otras más delgadas denominadas miofibrillas. Los animales más grandes pueden tener miofibrillas de hasta un metro de largo y cada una puede ser más delgada que un cabello humano.


Las células que los componen son polinucleadas (tienen varios núcleos no solo uno como en el caso de las células del músculo cardíaco). Los núcleos no se encuentran en el centro de la célula, sino que están dispuestos en la periferia. Las células musculares tienen un ciclo de desarrollo acorde con la edad organismo que las contiene. En las primeras etapas las células se van incrementando en número, tamaño y capacidad de acortamiento. En la edad adulta las células tienen todas sus capacidades desarrolladas, ya en la vejez empiezan un proceso de degeneración perdiendo varios de los componentes de las células musculares hasta tal grado que solamente quede el tejido conjuntivo.


La contracción de los músculos se puede realizar por la presencia de dos proteínas la actina y miosina, que se encuentran dentro de las células musculares estriadas. Las proteínas se disponen en forma de paquetes ordenados a lo largo del músculo llamados husos musculares. Los husos regulan la longitud de los músculos y el trabajo que realizan, mientras que el número de husos determinan la fuerza. Cada huso contiene una cápsula de tejido conectivo compuesto por entre 8 y 10 fibras musculares, entre las que se puede distinguir dos tipos. Las llamadas extrahusales o extrafusales son una gran masa muscular, con longitud desde algunos milímetros hasta decímetros. Las fibras extrahusales son alargadas, cilíndricas, se agrupan en miofibrillas que contienen miofilamentos finos de actina, regulan la contracción muscular mediante dos proteínas tropomiosina y troponina, en combinación con filamentos gruesos de miosina. Las fibras intrahusales o intrafusales, se encuentran dentro del huso, son más pequeñas que las extrahusales, su longitud varía desde 4 a 7 mm, presentes en los órganos sensoriales, fibras nerviosas (aferentes y eferentes) y vasos sanguíneos.


El sistema nervioso se inerva con los husos musculares por medio de las motoneuronas gamma. Las motoneuronas pueden hacer estimulación diferencial en los músculos de dos tipos de fibras, ambas presentes en el músculo esquelético. El tipo I o roja, hay desde 10 hasta 1,000 motoneuronas en los músculos tónicos o de sostén. Ayudan a mantener la postura, son de activación involuntaria, actúan mediante una contracción de baja intensidad, larga duración y presentan resistencia a la fatiga. Su color rojo oscuro se debe a la gran cantidad de mioglobina, capilares sanguíneos y muchas mitocondrias. El tipo II o blanca, puede tener una densidad entre 300 y 1,000 por cada motoneurona en músculos fásicos (generan movimiento en las articulaciones, usualmente en extremidades), son dinámicos y de activación voluntaria, su contracción es de alta intensidad y velocidad, corta duración y rápida fatiga. Su color blanco se debe al bajo número de mioglobina, capilares y mitocondrias.


Los músculos esqueléticos se clasifican de muchas maneras, puede ser de acuerdo a su forma, al número de articulaciones que cruzan o al tipo de movimiento que realizan. La clasificación más extensa es la que hace referencia a su ubicación dentro del cuerpo del organismo. Están los músculos de la cabeza que son los encargados de las expresiones faciales, el poder masticación, del movimiento de los ojos dentro de su cavidad, así como del movimiento de lengua, faringe, laringe y paladar blando. Los músculos del tronco o cuerpo se subdividen a su vez en músculos epiaxiales (dan soporte a la espina dorsal y extensión a la columna vertebral para poder realizar flexiones laterales) y músculos hypoxiales (permiten flexión en cuello, columna vertebral y cola en los mamíferos en los que está presente). Los músculos del tórax pueden ser intercostales externos junto con el diafragma, que también es un músculo, participan en el movimiento de inhalación durante la respiración y los intercostales internos en la expiración.

 

Cuatro músculos se encuentran la región abdominal que sostienen y protegen a los órganos internos: el oblicuo abdominal externo, oblicuo abdominal interno, abdominal transverso y recto abdominal. Los músculos del miembro torácico o anterior, es decir, extremidades delanteras o brazos, son extrínsecos (trapecio, pectorales, latissimus dorsi y braquicefálico) o intrínsecos (supraespinoso, infrespinoso), región del codo (tríceps y bíceps braquial y braquial), carpo y dedos. Los músculos del miembro pélvico o miembro posterior, es decir, extremidades traseras o piernas, los conforman los músculos del muslo (gluteales, semimembranosos, cuadríceps femoral y músculos aductores), músculos de la parte baja del miembro posterior (gastronemio), músculos del corvejón y dedos.


Su movimiento es voluntario por los impulsos recibidos a través del sistema nervioso, pero puede ser que hagan movimientos involuntarios, como cuando se hace terapia con electricidad y los músculos se contraen al recibir esta descarga eléctrica o cuando vamos a revisión médica y verifica nuestros reflejos, dando un golpe en la rodilla y la pierna se alza. También, debido a una liberación de toxinas, por ejemplo, cuando la bacteria Clostridium tetani invade un organismo y causa la enfermedad del tétanos, provoca contracciones musculares involuntarias dolorosas que pueden desencadenar la muerte del organismo.


Factores estructurales, mecánicos, funcionales, de edad, sexo, entrenamiento físico y hasta genéticos serán los que definirán la capacidad de un músculo para generar cierta cantidad de fuerza y velocidad.

 

 

Autores
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).