Educaci贸n España , Salamanca, Viernes, 26 de julio de 2013 a las 19:05

Un proyecto europeo analiza la adaptaci贸n de las universidades a la innovaci贸n educativa

El Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnolog铆a (eCyT) de la Universidad de Salamanca participa en una iniciativa que pretende mejorar la planificaci贸n universitaria

José Pichel Andrés/DICYT La Universidad de Salamanca participa en un proyecto europeo que pretende analizar las adaptaciones de las universidades europeas a los nuevos modelos de enseñanza que se derivan del uso de nuevas tecnologías y sus correspondientes cambios metodológicos. A lo largo de dos años se estudiarán en profundidad distintos casos con el objetivo de señalar ejemplos de éxito y ayudar a mejorar las políticas universitarias.

 

La iniciativa, denominada denominada ‘Governance and adaptation to innovative modes of the higher education provision’, está liderada por la Universidad de Maastricht (Países Bajos) y en ella participan otros una decena de socios de Francia, Irlanda, Letonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y España, que está representada por la institución académica salmantina y por la Universidad de Alicante. Miguel Ángel Quintanilla, director del Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) y Tamar Groves, investigadora del mismo, son los responsables de la aportación salmantina a un proyecto que contará en su conjunto con una financiación superior al medio millón de euros hasta 2015, aunque posteriormente se podría prorrogar.

 

El objetivo del proyecto es “ver cómo se ha adaptado la estructura institucional y de gobierno de las universidades tras la introducción de tecnologías educativas que permiten hacer, por un lado, las mismas cosas que hacíamos las universidades desde el siglo XIII de una forma distinta y, por otro lado, cosas completamente diferentes”, explica a DiCYT Miguel Ángel Quintanilla. Un ejemplo de estas nuevas prácticas son los cursos masivos ‘on line’. “Son iniciativas nuevas que requieren sistemas de organización y de gobierno nuevos, así que se trata de hacer un análisis comparado de cómo muchas universidades de toda Europa han reaccionado de forma diferente y paralela y señalar las mejores prácticas para que puedan servir de guía para otras”, afirma.

 

“El modelo cambia, lo tradicional ya no sirve y queremos analizar cómo actúan ahora distintas universidades e intercambiar buenas prácticas”, señala Tamar Groves. Por tanto, el estudio servirá para manejar mejor los recursos y, en última instancia, la calidad de la formación que ofrecen las instituciones que se dedican a impartir educación superior.


Nuevas formas de organización


Los expertos explican que las maneras de abordar los cambios han sido diversas. “El uso de una plataforma como la que usamos en la Universidad de Salamanca, Studium, para organizar las enseñanzas ‘on line’ requiere calcular cómo se estima el tiempo de dedicación del profesor. Las universidades están acostumbradas a gestionar el tiempo de dedicación de los profesores en función del número de horas de clase, pero en las plataformas’ on line’ no hay horas de clase, hay horas de tutorías, foros, wikis, debates… El tiempo de dedicación se multiplica por el número de individuos que participan. Hay muchas posibilidades nuevas que no están previstas en el sistema y cada universidad va adoptando criterios que pueden potenciar o dificultar el uso de las nuevas tecnologías”, comentan.

La cuestión incluye muchos debates complejos, por ejemplo, cómo mejorar el acceso a la información académica utilizando recursos de fuente abierta (‘open source’). Es posible que algunas universidades hayan adoptado estrategias coherentes para facilitar el acceso ‘on line’ con respecto a las leyes de propiedad intelectual de los recursos electrónicos y que otras se hayan quedado obsoletas en poco tiempo por no haber abordado este tema.

 

Redes virtuales

 

Desde su experiencia en gestión y política universitarias, Miguel Ángel Quintanilla cree que es necesario “analizar experiencias, ver qué éxito han tenido y cómo esto afecta a la organización interna de las universidades”. En su opinión, a la universidad y a todas las industrias culturales les están afectando las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero sobre todo las redes virtuales. “Cuando un profesor está dando su clase, cada alumno puede estar consultando ‘on line’ la información más completa del mundo sobre el mismo tema. Pretender ignorar que eso cambia el escenario en el cual el profesor desempeña su labor es no darse cuenta de la realidad”, asegura.

 

Y la realidad es que el nuevo panorama “obliga a replantear completamente las técnicas pedagógicas y de enseñanza”, usando el cambio como una oportunidad y no como una amenaza. “Habría que enfocar la clase no para dar un discurso que se puede leer en internet sino para animar un conjunto de actividades participativas”, propone Quintanilla.


Convulsión en la enseñanza


Las tecnologías de información en red “están llamadas a convulsionar de forma profunda todas las enseñanza tradicionales”, pero “por suerte las universidades están preparadas para adaptarse, llevamos desde el siglo XIII haciéndolo”, opina, “el reto actual es equivalente a la aparición de la imprenta, fue una revolución”


Con los resultados del proyecto europeo se podrán señalar ejemplos útiles e intentar construir un discurso que sirva de base para la toma de decisiones que afectan a la política universitaria en cuanto a sistemas de financiación o sistemas de cómputo de necesidades de oferta y demanda de enseñanzas. “Utilizamos esquemas muy tradicionales cuando en realidad estamos haciendo cosas muy nuevas”, apunta el director del eCyT, así que “la información que obtengamos en este proyecto servirá a las autoridades europeas para proponer medidas para mejorar”.