Alimentación España , Zamora, Jueves, 23 de junio de 2011 a las 11:19

Una bodega de Toro inicia un proyecto para reutilizar sarmientos como briquetas y pellets para calderas

La empresa Vocarraje pretende aprovechar un residuo de la vid como combustible para grandes edificios

Antonio Martín/DICYT Durante el proceso de poda en los viñedos, se obtiene una cantidad importante de residuos que generalmente carecen de utilidad para el bodeguero. Estos recortes de las ramas más jóvenes de la vid se denominan sarmientos, suelen acumularse en determinadas zonas de la finca y son quemados, con el consiguiente desaprovechamiento de este recurso leñoso. Una empresa de servicios y bodega de la Denominación de Origen Toro, Vocarraje, ha planteado una solución para estos subproductos: convertirlos en briquetas y pellets para calderas de biomasa. Junto a dos empresas del sector energético, ha comenzado un estudio para conocer las posibilidades que ofrece el residuo en este tipo de reutilización.

 

"Teníamos una espina clavada al desperdiciar todo este material", reconoce el gerente de la empresa, Abdón Segovia. "Cuando se produce la poda, se obtiene gran cantidad de sarmientos que terminan convirtiéndose al final en ceniza", resume a DiCYT. Para dar salida a este subproducto en vez de incinerarlo, desde hace un tiempo, comercializa a través de internet este material como combustible para barbacoa. Ahora, la empresa quiere dar el salto y conseguir que los sarmientos sean utilizados como briquetas y pelletes en calderas de biomasa. El objetivo es abastecer de calefacción a grandes edificios, como hoteles, grandes superficies comerciales o fábricas.

 

Después de conocer el combustible de barbacoa que comercializa Vocarraje, dos empresas del sector han contactado con la empresa zamorana, que tiene su sede en Morales de Toro y es de carácter familiar. Pretendían explorar el potencial de esta biomasa. El proyecto trata de emplear máquinas de alta presión que se utilizan en otros subproductos vegetales para la obtención de las briquetas y los pellets. Esta tecnología se emplea, por ejemplo, con cáscara de piñón, almendra o con diferentes residuos procedentes de árboles. Las máquinas de alta presión se comercializan para estos usos, por lo que no existen específicas para la gestión de residuos de poda de vides. Sería necesaria, por lo tanto, una adaptación, explica Abdón Segovia.

 

En estos momentos, las compañías están estimando los costes de producción de estos biocombustibles, "para saber si son competitivos en el mercado con las energías ya existentes", recalca el gerente de la bodega. Ingenieros de las empresas que colaboran con esta empresa zamorana realizan los diferentes cálculos para conocer las capacidades de los sarmientos como fuente calorífica, su compactación en briquetas y pellets para facilitar su transporte y su posible aplicación industrial. "Creemos que podemos ser capaces de competir en este mercado", añade el gerente de la empresa zamorana.

 

Resultados en dos meses

 

En un plazo de dos meses, los técnicos conocerán los resultados de los estudios con los sarmientos y, si son positivos, comenzarán las primeras pruebas de compactación de este subproducto leñoso. Abdón Segovia comenta que uno de los aspectos que quizá haya que mejorar es el secado de estos materiales. Cuando se produce la poda de la vid, estas ramas son cortadas para favorecer la regeneración de la planta. Pero esta acción se realiza generalmente en meses húmedos, por lo que los sarmientos suelen tener un volumen mayor en el momento de su corta que pasados unos días, cuando se produce su quema. "Necesitamos secar más los sarmientos para reducir su volumen", resume Segovia, Así se podrá compactar mejor el subproducto, para reducir costes de transporte y aumentar el poder calorífico de la biomasa.

 

El primer resultado palpable que esta empresa de servicios al sector enológico obtuvo del sarmiento fue el combustible para barbacoa. A partir de una máquina a presión, la compañía obtuvo un producto que se comercializa en cajas de cartón de entre 9 y 11 kilogramos. Como se sabe, por efectos del secado, el material va perdiendo peso. El sistema aprovecha que los sarmientos están troceados y cortados para prensarlo. El combustible, según explica Abdón Segovia, "prende fácilmente, con una servilleta de papel, y mantiene la lumbre un buen rato". Otra alternativa que estudia la compañía es destinar este residuo leñoso para la fabricación de cartones o hueveras. "Como en el caso de su aprovechamiento energético, también nos encontramos aquí con los problemas de costes, que debemos superar", explica el gerente. La bodega ha producido el último año 350 toneladas métricas de sarmientos.