Salud España , Salamanca, Martes, 04 de enero de 2011 a las 14:18

Una investigación alerta sobre la dificultad para diferenciar depresión y alzhéimer incipiente

La Universidad de Salamanca y el Hospital Universitario han colaborado en este estudio clínico, cuyos resultados se han publicado en la revista científica ' Applied Neuropsychology'

José Pichel Andrés/DICYT Científicos de la Universidad de Salamanca y del Hospital Universitario han llevado a cabo un estudio clínico para mejorar los diagnósticos de pacientes con alzhéimer incipiente y depresión a través de pruebas de memoria episódica no verbal. La investigación constató que estas herramientas eran eficaces a la hora de distinguir a las personas con estas patologías de las que no las tienen, pero confirmó también la dificultad que existe para distinguir a los pacientes que tienen alzhéimer de los que tienen depresión, puesto que en este último caso también existen funciones cognitivas como la memoria que se ven afectadas.

 

Todo ello ha quedado plasmado en un artículo publicado recientemente en la revista científica Applied Neuropsychology. "Intentamos probar, en Atención Especializada, cómo funcionaban ciertas tareas de memoria para diferenciar pacientes con enfermedad de alzhéimer temprana y los que tenían depresión", explica a DiCYT Israel Contador, experto de la Facultad de Psicología y uno de los autores del artículo. "Intentamos ver si esas pruebas nos permitían discriminar entre estos dos grupos a través de un tipo de tareas de memoria no verbal, asociada a dibujos o diseños pictóricos", señala.

 

La memoria episódica es uno de los indicadores más precoces de alzhéimer, según los especialistas, ya que esta información se almacena en estructuras del lóbulo temporal medial, concretamente en el hipocampo, que se ven afectadas desde las fases más tempranas de la enfermedad. "En el estudio se intentó contrastar la eficacia de las tareas de memoria episódica de tipo no verbal, a través de estímulos visuales complejos y poco familiares para el sujeto, como las letras alfabeto chino, para diferenciar entra un grupo de pacientes con alzhéimer incipiente y otro grupo con depresión mayor unipolar", comenta Israel Contador.

 

"A diferencia de otras tareas basadas en el recuerdo de palabras, estas pruebas están menos mediadas por procesos lingüísticos, en los que interviene el hemisferio izquierdo, y parecen menos influidas por las variables socio-demográficas, como la edad y escolaridad de los sujetos", indica.

 

Perfiles diferentes

 

La investigación contó con la participación de varias decenas de sujetos (30 controles, 27 con enfermedad de Alzheimer y 19 con depresión). Los resultados fueron eficaces para detectar pacientes con alzhéimer incipiente, pero algunas dificultades para diferenciar este grupo y que sufre depresión. "Esto plantea la necesidad de seguir investigando en el perfil neuropsicológico diferencial de éstos pacientes con alzhéimer y depresión, uno de los retos actuales en el ámbito clínico", asegura el científico.

 

 

La clave del problema está en que muchas veces la depresión viene acompañada de deterioro cognitivo y la memoria se ve afectada. "La depresión afecta significativamente al rendimiento cognitivo de las personas, pero las pruebas sí fueron buenas para discriminar a las personas con alzhéimer incipiente de las normales", apunta.

 

Por eso, considera que merece la pena profundizar en este tipo de pruebas que pueden ayudar a detectar en fases más tempranas los posibles casos de alzhéimer y otras demencias. Se trata de presentarle al sujeto "diseños no verbalizables", por ejemplo, colocación de objetos en un determinado espacio o recordar figuras como letras chinas. "Las pruebas que se utilizan habitualmente son de memoria verbal, pero nosotros intentamos abrir el campo para averiguar cosas nuevas del funcionamiento de la memoria", comenta.

 

Dibujos y palabras

 

"Los mecanismos neurocognitivos son diferentes entre palabras y dibujos", según Israel Contador. La memoria episódica de las palabras comprende sobre todo la actividad de ciertas estructuras cerebrales como el lóbulo temporal. Esto también ocurre con los dibujos, pero a diferencia de las palabras, resultan difícilmente codificables.

 

Una ventaja del uso de pruebas de memoria no verbal es que, en teoría, podrían servir para diagnosticar a todo tipo de personas, sin que influya su educación o su cultura, algo que sí puede suceder con las pruebas verbales. "Intentamos que estas pruebas de memoria no verbal se puedan aplicar para todos los niveles educativos y culturales, aunque también hay estudios que denotan que están influidas por la cultura", reconoce.