Una investigación revela las estrategias de lectura de las personas sordas
José Pichel Andrés/DICYT Las personas con problemas auditivos desarrollan una estrategia de lectura basada en el reconocimiento de palabras clave que en ocasiones les puede inducir a errores de comprensión. El motivo es que tienen problemas para asimilar la sintaxis, según revelan los estudios de un equipo de investigación de la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca, que ha analizado el problema tanto en adultos sordos con un alto nivel de lectura como en niños con y sin implantes cocleares. El objetivo es que la investigación tenga una aplicación práctica y permita implantar en los colegios nuevas metodologías que mejoren las habilidades de lectura y escritura de los niños con dificultades auditivas.
Esta línea de investigación nació de las demandas de un par de colegios de Madrid que hace unos 15 años comenzaron a implantar una educación bilingüe en lengua oral y de signos y pidieron asesoramiento sobre cómo trabajar el lenguaje escrito de los alumnos sordos. Hasta ese momento apenas había estudios en este campo, así que “elaboramos pruebas para evaluar la lengua escrita de los alumnos sordos tomando como referencia el trabajo del profesor Jesús Alegría en la Universidad Libre de Bruselas”, señala en declaraciones a DiCYT Ana Belén Domínguez, profesora que lidera la investigación.
Su equipo desarrolló sus propias pruebas y las aplicaron en adultos sordos que presuntamente tenían un buen nivel lector por haber cursado enseñanzas medias o superiores. En estos estudios, “vimos que utilizan lo que después hemos denominado como estrategia de la palabra clave”, indica la investigadora. “Cuando leen identifican sólo algunas palabras del texto, que suelen ser las de contenido, como nombres, adjetivos o verbos; así extraen el significado de la oración, pero tienen problemas para procesar las palabras funcionales como artículos, preposiciones o conjunciones”, comenta. Esta estrategia puede ser útil en parte pero también conduce a errores.
En una segunda investigación, los científicos utilizaron las mismas pruebas con niños y comprobaron que también utilizan esta estrategia de la palabra clave en el aprendizaje de la lectura. Sin embargo, “vimos que los niños con implante coclear tienden a utilizarla algo menos”.
Para averiguar las razones que llevan a las personas con dificultades auditivas a relacionarse con el lenguaje escrito de esta forma, el grupo de investigación de Ana Belén Domínguez ha desarrollado a lo largo de los últimos cuatro años un proyecto nacional de I+D+i cuyos primeros resultados se han plasmado recientemente en la revista Research In Developmental Disabilities.
En primer lugar, el proyecto ha permitido mejorar las pruebas que se habían diseñado con anterioridad y añadir otras nuevas, de manera que la Universidad de Salamanca ha registrado una batería llamada Pruebas de Evaluación Analítica de la Lengua Escrita (PELAE).
Un problema de sintaxis
En una segunda fase, un nuevo grupo de personas adultas con buen nivel lector ha participado en un estudio que ha servido para confirmar el uso de la estrategia de palabras clave. Casi todos los participantes tienen carreras universitarias y un buen nivel de vocabulario y ortografía, pero problemas con la sintaxis, es decir, problemas relacionados con coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos. “Leer más no mejora la sintaxis y esto tiene unas implicaciones educativas importantísimas”, apunta la experta. “Pensamos que entran en una especie de círculo, que usan la estrategia de las palabras clave cuando empiezan a leer porque tienen problemas con la sintaxis y que esto provoca, precisamente, que nunca lleguen a mejorarla”, agrega. A pesar de estas trabas, pueden completar una carrera universitaria, pero “evidentemente, les supone un mayor esfuerzo” incluso para las personas más inteligentes, según los investigadores.
La tercera fase del proyecto, aún pendiente de analizar, consiste en volver a evaluar a niños. Equipos psicopedagógicos de varias ciudades de España han participado en este estudio que incluye a 163 menores y que, a falta de las conclusiones, parece confirmar el uso generalizado de la estrategia de la palabra clave con ciertas diferencias entre los que tienen implante coclear y los que no. “Muchas pruebas que se limitan a medir las habilidades lectoras colocan a los niños con implante al mismo nivel que los niños oyentes, pero nuestras pruebas son analíticas, van más allá y nos permiten comprobar que tienen problemas de sintaxis a pesar del implante. Esto es muy significativo porque a algunos niños se les retiran ayudas porque aparentemente están bien gracias al implante cuando en realidad no son capaces de alcanzar buenos niveles en el lenguaje escrito”, subraya Ana Belén Domínguez.
Información audiovisual
La información que permite comprender el lenguaje es audiovisual y esto explicaría las dificultades de las personas sordas. “En los oyentes, la percepción auditiva es lo más importante, pero la visión nos ayuda muchísimo si tenemos problemas de comprensión si hay ruido, por ejemplo, ya que podemos fijarnos en aspectos como la lectura labial”, apunta la investigadora. Con respecto a la sintaxis, “se adquiere con el uso, lo cual se pone de manifiesto en los problemas que tenemos todos con la sintaxis en el aprendizaje de una segunda lengua”. En las personas sordas estas dificultades “se manifiestan más en la lengua escrita”.
La cuestión que queda pendiente es desarrollar nuevos métodos de enseñanza que ayuden a superar estos problemas, sobre todo teniendo en cuenta que para los profesores la sintaxis suele ser la parte de la gramática más compleja de trabajar. De hecho, otra de los retos lingüísticos a los que se enfrentan las personas con sordera es comprender la fonología y para ello ya existen estrategias visuales de apoyo. “Hay fonemas que no se comprenden sólo con la lectura de los labios y que se enseñan con un sistema que se llama palabra complementada, que acompaña la lectura labial con distintos gestos de la mano”, explica.
De la misma manera, para el caso de la sintaxis “habría que diseñar estrategias de enseñanza muy comunicativas y funcionales, desarrollando situaciones contextuales en las cuales tienes que utilizarla”, como ocurre en el aprendizaje de una segunda lengua. Además, esta necesidad se debería traducir en el diseño de materiales específicos para este fin.
Otras aplicaciones
Por otra parte, las pruebas desarrolladas para los alumnos sordos también se han utilizado para la evaluación de alumnos disléxicos en colaboración con Marisol Carrillo, experta en dislexia de la Universidad de Murcia. En este caso, las estrategias que utilizan los alumnos con y sin dislexia son similares, pero la diferencia está en la edad: el alumno con dislexia acumula dos o tres años de retraso en las competencias de sintaxis y vocabulario y tienen problemas de ortografía y fonología, como también ponen de manifiesto otros trabajos de investigación. Por otra parte, en general “existe un vacío en la evaluación de alumnos con discapacidad”, con los que habitualmente se emplean pruebas hechas para el resto de los alumnos.
Del equipo de investigación de la Universidad de Salamanca han salido en los últimos años especialistas como Juana Soriano, de la Universidad de Zaragoza, e Isabel Pérez, de la Universidad Pontificia de Salamanca, que realizaron sus tesis con Ana Belén Domínguez y siguen colaborando en esta línea de trabajo. Además, en la colaboración con la Universidad Libre de Bruselas, además de Jesús Alegría, también participa Jacqueline Leybaert.
Referencia bibliográfica | |
Analysis of reading strategies in deaf adults as a function of their language and meta-phonological skills. Domínguez AB, Carrillo MS, Pérez Mdel M, Alegría J. Research In Developmental Disabilities. 2014 Jul;35(7):1439-56. doi: 10.1016/j.ridd.2014.03.039. |