Espacio España , Burgos, Jueves, 16 de septiembre de 2004 a las 18:31

Una profesora de la Universidad de Burgos investiga, junto a la NASA, la existencia de vida en el planeta Marte

La profesora Susana Jorge participa en este proyecto como experta en espectroscopía Raman

Sergio Corral/DICYT Encontrar y estudiar condiciones de vida similares a las que se pueden desarrollar en el planeta Marte. Este es, a grandes rasgos, el objetivo que persiguen los científicos que trabajan en el proyecto AMASE (Artic Mars Analog Svalbard Espedition). Una expedición auspiciada por la NASA que se ha llevado a cabo durante el último año en la isla de Svalbard, situada en el Océano Artico, y en la que la profesora titular de la Escuela Universitaria del Área de Geodinámica Interna de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos, Susana Jorge Villar, ha participado junto a otras instituciones científicas y universidades de diferentes partes del mundo.

La profesora de la Universidad de Burgos, que participa en este proyecto en calidad de experta en la técnica de espectroscopía Raman aplicada al estudio de organismos extremófilos (o, lo que es lo mismo, organismos que viven en condiciones extremas), explicó ayer en compañía de la vicerrectora de Investigación y Relaciones Internacionales de la universidad burgalesa, Julia Arcos, los aspectos más destacados del trabajo que los integrantes del proyecto AMASE han desarrollado en esta isla noruega situada entre 79 y 80 grados latitud Norte, en la que confluyen dos elementos muy importantes para los científicos como es el clima polar y la existencia de fuentes termales.

La teoría más aceptada sobre el surgimiento de la vida, asegura Susana Jorge, fija como hábitat propicio para su aparición tanto las fuentes termales como el clima polar, ya que “los científicos suponemos que cuando la vida surge lo hace en unas condiciones climáticas totalmente diferentes a las actuales”.

Durante el último año, este equipo multidisciplinar de científicos ha estudiado la forma en la que “viven los organismos bajo estas condiciones extremas, para crear un bagaje de conocimientos que nos ayuden a buscar y encontrar la vida que pudo surgir en Marte hace miles de millones de años”. Los trabajos de campo han consistido principalmente, en el análisis de la zona y en la posterior recogida de este tipo de organismos que, “al vivir en condiciones extremas, habitan en el interior de las rocas”. Esta peculiaridad ha motivado que la primera investigación se centrara en el tipo de rocas en las que viven. Una vez seleccionadas, se recogieron muestras de las diferentes tipologías en las que se han encontrado estos organismos.


Ante la imposibilidad de enviar a Marte un equipo de científicos, es necesario contar con las técnicas más apropiadas y con unas teorías sólidas y contrastadas con las que poder estructurar en un futuro el trabajo. Es por esto por lo que “es de vital importancia el saber qué buscar, dónde buscar y cómo lo tenemos que buscar”, explicó la investigadora.

Dentro de las técnicas disponibles, la basada en la espectroscopía Raman es una de las más completas. Prueba de ello es que “tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea están tratando de hacer aparatos de Raman muy pequeños para enviarlos al espacio en futuras misiones”. Fue precisamente este hecho, el que la agencia espacial americana tenga previsto enviar un Raman a Marte lo que propició que Susana Jorge entrara a formar parte de este equipo científico. “La NASA necesitaba gente que estuviera trabajando con esta técnica y sobre este tipo de organismos extremófilos -que viven en condiciones extremas- por lo que entró en contacto con nuestro equipo”, reconoció.

 

Contacto con la NASA 

Una técnica que, tal y como avanzó Susana Jorge, incorporará la NASA a su próxima expedición al planeta Marte que está fijada alrededor de 2009. “Es la más adecuada para detectar tanto compuestos orgánicos como inorgánicos”, puntualizó. De estos dos tipos, son los orgánicos los que “más nos interesan ya que nos sirven para relacionarlos con el descubrimiento de vida o saber si realmente alguna vez apareció vida en Marte”.

A lo largo de la historia geológica de la Tierra y Marte siempre se ha sospechado que la vida pudo surgir en el planeta rojo. Una posibilidad que pocos se atreven a asegurar ya que “estamos hablando de hace 3.600 millones de años y por aquel entonces ambas tenían unas características geológicas bastante similares”, añadió Susana Jorge quien declaró que “nadie pone la mano en el fuego pero se sospecha que pudo surgir en Marte”.

El proyecto AMASE nació en agosto del año pasado cuando un grupo de científicos se desplazó a esta isla noruega para realizar un estudio de las posibilidades geológicas de la misma. Ha sido este año cuando desde la dirección del mismo se ha decidido incorporar diferentes áreas de trabajo para complementar todos los trabajos y conseguir el objetivo común que “no es otro que el de buscar las analogías entre la isla y Marte”.


 

Una técnica fiable con muchas ventajas

La espectroscopía Raman es una técnica no destructiva en la que se hace incidir un haz de luz láser sobre una muestra. Esta energía incidente, de una longitud de onda especifica, provoca una reacción en las moléculas, átomos... de tal manera que estas dispersan la luz recibida, en su mayoría con la misma longitud de onda que la incidente (dispersión Rayleigh), pero en un pequeño porcentaje con diferentes longitudes de onda (dispersión Raman). Esta es la que más interesa estudiar en este caso concreto ya que las diferentes longitudes de onda que se crean y la intensidad con que se generan es un reflejo tanto de la composición como de la estructura del compuesto.

 

Una de las ventajas de esta técnica analítica (aunque otras técnicas también lo hacen) radica en que se puede diferenciar entre dos compuestos con la misma composición química pero distinta estructura (polimorfos) o compuestos que tengan la misma estructura pero distinta composición (isomorfos). Otra de las grandes ventajas es que no necesita ninguna preparación de la muestra: no se necesita triturar, mezclar, diluir, concentrar ni someter a proceso alguno el material, que se analiza tal y como llega. Tampoco importa el tamaño: se puede analizar una pared (con aparatos portátiles) o una muestra microscópica. Y a todas estas ventajas hay que añadir el que se trata de una técnicano destructiva.