Alimentación España , León, Lunes, 10 de mayo de 2010 a las 17:36

Una t茅cnica desarrollada por la Universidad de Le贸n mejora la inseminaci贸n artificial en porcino

Est谩 basada en la reincorporaci贸n del plasma seminal a las muestras, lo que permite una mayor supervivencia de los espermatozoides

AMR/DICYT El Centro Tecnológico de Inseminación Artificial Porcina (Centrotec), una institución de investigación vinculada a la Universidad de León, ha desarrollado una técnica que mejora la supervivencia y la motilidad (capacidad de movimiento) de los espermatozoides destinados a la fecundación en ganado porcino. Mientras ya se han desarrollado técnicas de conservación de semen muy efectivas en toro o humano, por ejemplo, en la inseminación en cerdos aún no hay resultados óptimos. El procedimiento desarrollado se basa en la incorporación de plasma seminal a las muestras congeladas.

 

Hasta ahora, el semen del semental del cerdo, denominado berraco, se refrigera para un posterior uso en las hembras empleadas para la cría de lechones. Sin embargo, esta técnica no ofrece porcentajes muy altos de gestación y parto respecto a otros ganados. Se cree que durante esta fase de cripreservación los gametos padecen daños asociados a las bajas temperaturas, como la formación de microcristales de hielo, que afectan negativamente a su capacidad para llegar al óvulo cuando se inicia la gestación. Para resolver este problema, los investigadores del Centrotec plantearon rediluir los espermatozoides que se conservan para la fecundación con el plasma seminal.

 

"Hay que tener en cuenta que las muestras de los berracos proceden de diferentes lugares distribuidos por todo el planeta, por lo que hay que transportarlas e inseminar a las hembras en sus explotaciones. La conservación de la capacidad de fertilidad de este material es muy importante para que un negocio de este tipo sea rentable", explica a DiCYT Juan Carlos Domínguez, director del Centrotec.


Experimentos

 

En una primera fase, los científicos analizaron el porcentaje de esperma vivo y de motilidad (la capacidad que tiene un espermatozoide para moverse) durante los primeros momentos de la incubación del semen incorporando en cada muestra un porcentaje de plasma seminal (nada, un 10% o un 50%). Entre las cero y las cuatro horas, en todas las ocasiones, el porcentaje de supervivencia y motilidad era mejor cuanta mayor cantidad de plasma seminal se aportaba. Conforme transcurría el tiempo, los porcentajes de estas dos variables caían, como era de esperar. Las mejores condiciones se daban, lógicamente, al iniciar la fase de congelación.

 

En un segundo experimento, llevado a cabo en una explotación comercial cercada a León con 1.000 cerdas destinadas a la producción de lechones, se estudió la diferencia entre inseminar a estos ejemplares con semen fresco, criopreservado con el 50% de plasma seminal o criopreservado con las técnicas convencionales. Los porcentajes de gestación (éxito de fecundación del óvulo) del semen criopreservado con plasma se acercaron a los del semen fresco (80% por 86%), pero los porcentajes de parto (culminación del embarazo, sin abortos) se alejaron bastante (69% por 83%). Las camadas eran ligeramente superiores al usar métodos de fecundación respecto a la inseminación natural (12 lechones por 11). Estos resultados hacen pensar a los investigadores del Centrotec que "el efecto del plasma seminal in vivo no fue tan obvio como in vitro". A pesar de estos resultados, el trabajo, publicado en el número de mayo de Animal Reproduction Science, concluye que el uso del plasma seminal mejora la viabilidad y motilidad del esperma criopreservado, con el posible efecto positivo en la fertilidad.