"Utilizamos la tecnología para combinar la información que tenemos y anticiparnos a actos delictivos"
José Pichel Andrés/DICYT James Llinas, profesor de la Universidad de Nueva York en Buffalo, es uno de los líderes a nivel mundial en el campo de la fusión de datos y del desarrollo de sistemas informáticos distribuidos, que se aplican, entre otros asuntos, al campo de los problemas de la piratería marítima, un asunto que se está tratando en el congreso de la OTAN que se viene celebrando en Salamanca desde la semana pasada hasta el próximo viernes, 30 de septiembre. El objetivo de los informáticos que se han dado cita en este encuentro es analizar el contexto y anticiparse ante un posible ataque de los piratas a los barcos pesqueros y comerciales.
La especialidad de James Llinas se conoce como o "fusión de sensores" o "fusión de información" y consiste en mezclar diferentes datos que llegan a través de varias fuentes para obtener conclusiones tras ser analizados a través de sistemas de inteligencia artificial. "Gracias a los distintos lenguajes y modelos que se han construido, desarrollamos nuevas técnicas utilizando inteligencia artificial para resolver todo tipo de problemas", afirma el experto en una entrevista concedida a DiCYT.
"La idea es combinar información de diferentes sistemas para el campo militar y de seguridad", comenta, "es una tecnología flexible que se ha utilizado en Defensa con mucho éxito, pero también en Medicina o en Informática industrial, porque es una tecnología muy adaptable, los métodos que se utilizan se pueden ajustar para aplicarlos a diferentes problemas", señala.
El problema que se aborda en el encuentro "Predicción e identificación de la piratería marítima utilizando sistemas de apoyo a la toma de decisiones basada en el comportamiento humano", que se celebra en el Colegio Fonseca de la capital salmantina, se centra en los problemas que están causando los piratas somalíes en el Océano Índico. Lo más importante, en este caso, es "utilizar esta tecnología para que, con todos los datos que tenemos y toda la información recuperada, nos podamos anticipar lo antes posible a un acto delictivo relacionado con la piratería y responder de la forma más eficiente", apunta.
Para conseguirlo, el objetivo es reunir todo tipo de información: datos que ofrecen los servicios de inteligencia sobre Somalia, satélites, información de los propios barcos, observadores sobre el terreno o la información que pueden suministrar los puertos de la zona. "Toda esa información hay que mezclarla y combinarla de forma adecuada con estas técnicas, basadas en modelos matemáticos, para generar un mapa conceptual de lo que está sucediendo en un momento dado", declara Llinas.
Usuarios finales
Una vez que se procesan los resultados, hay dos tipos de usuarios de la información final: los analistas, que estudian lo que está sucediendo y cuáles son los potenciales peligros; y los que toman las decisiones sobre cómo reaccionar ante esos peligros, que pueden ser militares y políticos.
Un centenar de expertos de 20 nacionalidades se dan cita en Salamanca, ya que en este proyecto están involucrados países de la Unión Europea y países de la zona del Índico, aunque desde el punto de vista militar "el país más implicado es España", recuerda Llinas, ya que lidera la operación Atalanta.
En este encuentro se exponen ideas de científicos y tecnólogos, entre ellos, un grupo de la Universidad de Salamanca, que la OTAN intentará adaptar al problema. Sin embargo, James Llinas destaca la importancia de que los científicos colaboren con especialistas de otros campos para hallar soluciones multidisciplinares y pone un curioso ejemplo. "Cada uno tiene que exponer su punto de vista para entender el problema, por ejemplo, aquí nos han contado que las leyes sobre piratería en España se habían abolido porque era un problema que había dejado de existir, pero que recientemente se ha incorporado una nueva ley para determinar qué se hace en estos casos".
Trabajo multidisciplinar
Por eso, en su opinión en estos congresos no sólo es importante la parte científica, que trata de desarrollar modelos y sistemas, sino "incorporar abogados o economistas", para analizar, por ejemplo, "el flujo de datos financieros o saber quién posee las compañías de barcos", ya que "todos los factores son importantes, incluido el factor político".
En la actualidad, el equipo de investigación de James Llinas tiene proyectos comunes con científicos españoles, especialmente de la Universidad Carlos III de Madrid, aunque este encuentro está propiciando también la colaboración con el grupo de investigación de Bioinformática, Sistemas Inteligentes y Tecnología Educativa (Bisite) de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca.