Un estudio químico descarta que los lodos de las depuradoras incrementen la presencia de bacterias fecales en el suelo
JTF/DICYT Un estudio químico elaborado por el Instituto de Recursos Naturales (Inrena) de la Universidad de León, en el que se ha analizado la acción de las depuradoras sobre el suelo en el que depositan sus lodos, ha determinado que no existe relación entre estos vertidos y la proliferación de bacetrias fecales en el suelo. De hecho, las conclusiones del análisis señalan que el nivel de este tipo de microorganismos es mayor en aquellas superficies fertilizadas con nitratos.
Antonio Morán, director del Inrena, ha señalado a DICYT que el estudio, realizado por miembros del grupo de investigación de Ingeniería Química, concluye que este tipo de biosólidos no favorece la presencia de los agentes patógenos del suelo. En particular, las bacterias fecales, tales como la Escherichia coli o las enterobacterias, tienen un periodo de supervivencia en suelos tratados con diferentes tipos de lodos de depuradora similar al de los suelos no tratados. Sin embargo, el estudio ha conseguido comprobar que las superficies sometidas a fertilización química con nitratos experimentan un aumento considerable en la población de este tipo de microorganismos.
Este trabajo de investigación ha pretendido analizar uno de los factores que han de ser tenidos en cuanta a la hora de manejar los lodos de depuradoras de aguas residuales: su interacción con el medio. Según los autores del mismo, todos los procesos que aportan biosólidos al suelo, como en este caso, acarrean una modificación en las propiedades del mismo tanto físicas (porosidad y tamaño de poro) como químicas (aporte de materia orgánica y de metales pesados) y microbiológicas (bacterias y hongos). Especialmente importantes son estas últimas, ya que los lodos de depuradora contienen, normalmente, entre 100 y 1.000 veces más microorganismos que el suelo. De esta manera las alteraciones microbiológicas que se pueden producir en el suelo al tratarle con lodos de depuradora implican un aumento considerable de la población de microorganismos, además de influir considerablemente en la actividad microbiana la interacción suelo-lodos. El tipo de suelo es otro factor que favorece o dificulta dicha actividad, modificando las características físicas y químicas del hábitat microbiano.
Los investigadores leoneses han estudiado los efectos de la aplicación de lodo en el comportamiento de enterobacterias (principalmente coniformes fecales y especialmente la Escherichia coli) en el suelo, analizando la evolución a lo largo del tiempo después de la aplicación. Se han utilizado tres tipos de lodos diferentes: dos procedentes de depuradora municipal (uno de ellos sometido a digestión anaerobia y secado térmico) y el otro sometido a digestión anaerobia y deshidratación mecánica. Además se utilizó un tercer tipo de lodo procedente de una depuradora de una industria láctea, que había sido sometido a digestión aerobia y deshidratación por gravedad.
Sobre estas muestras se realizaron dos tipos de pruebas: unas al aire libre, sin posibilidades de controlar la humedad y la temperatura, y otras bajo condiciones de laboratorio, con temperatura y humedad controladas. Estas pruebas también se realizaron sobre suelos tratados con fertilizante químico. Después de 80 días de experimentación, las poblaciones de coliformes fecales y Escherichia coli sufren una considerable disminución, llegando incluso a estar por debajo de los límites de detección tanto en las muestras de suelo solo, como en las muestras de suelo mezclado con lodo bajo condiciones de laboratorio o al aire libre. Sin embargo, para el mismo período de tiempo, las muestras que contienen fertilización química (nitrato amónico cálcico) tuvieron un considerable incremento en la población de los microorganismos objeto de estudio.