Alimentación Brasil , Amazonas, Martes, 16 de junio de 2009 a las 13:20

La deforestación en el Amazonas genera un rápido desarrollo que luego revierte en pobreza

Investigadores del Reino Unido y Brasil comprueban que la devastación del bosque tropical sólo conlleva más miseria para el mundo en desarrollo

Eva Aguilar/DICYT Pan para hoy, hambre para mañana: la deforestación a la que son sometidas extensas áreas del Amazonas brasileño rápidamente genera bienestar en las poblaciones que talan el bosque, aunque este desarrollo resulta insostenible a mediano plazo y, una vez agotados los recursos naturales, las personas vuelven a los mismos niveles de pobreza. Esta es la conclusión que se desprende de un estudio publicado el pasado 12 de junio en la revista Science
 

La región brasileña del Amazonas alberga el 40% de todo el bosque tropical que se conserva en el mundo, lo que la convierte en un área imprescindible para la conservación de la biodiversidad global y la regulación del clima. Sin embargo, un promedio de 1.8 millones de hectáreas de bosque se ha talado anualmente entre 1988 y 2008 como consecuencia de la expansión de la agricultura, lo que equivale a un tercio de la deforestación tropical y a la liberación a la atmósfera de 250 millones de toneladas del dióxido de carbono que estaba acumulado en los árboles.

 

"El Amazonas es reconocido mundialmente por su incomparable valor natural, pero también es una región muy pobre. Se da por hecho que reemplazar los bosques con cultivos y tierras de pasto es la mejor forma de satisfacer las legítimas aspiraciones de desarrollo de la región. En este estudio ponemos a prueba esa suposición", dice Ana Rodrigues, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

 

Utilizando los índices de desarrollo humano (esperanza de vida, alfabetismo e ingresos económicos) de 286 municipios del Amazonas brasileño, los investigadores descubrieron que, en general, sus pobladores mostraban un rápido aumento en su bienestar, que coincidía con los primeros estadios del proceso de deforestación. Los índices de desarrollo crecían con la explotación de nuevos recursos como la madera y los minerales, y gracias al acceso a los mercados a través de los caminos que suelen acompañar la expansión de las poblaciones. Y carreteras para que circule el transporte también permiten el acceso a escuelas y centros de salud.

 

En el momento de auge, los municipios estudiados alcanzaban, y a veces superaban, el nivel medio de desarrollo en Brasil. Sin embargo, una vez que la madera se agotaba y los suelos se degradaban, la calidad de vida volvía a bajar. Y en este momento de "caída" los índices de desarrollo de los municipios eran menores que la media nacional y prácticamente iguales a los que marcaban antes de iniciar el proceso de deforestación.

 

"Hemos descubierto que, aunque al principio la deforestación mejora el ingreso económico, la expectativa de vida y el grado de alfabetismo, estas ganancias no duran", añade Rodrigues, quien trabajaba en la Universidad de Cambridge al momento de la investigación y actualmente es investigadora en el Centro de Ecología Funcional y Evolutiva de Montpellier (Francia).

 

De acuerdo con los autores del estudio, en el que también han participado investigadores brasileños del Instituto de la Gente y el Ambiente del Amazonas (IMAZON), este demuestra que los municipios que han talado los bosques no presentan mejores condiciones de vida que aquellos que han decidido conservar la selva.

 

"Por lo tanto", señalan en el artículo publicado, "el patrón actual de desarrollo en el Amazonas brasileño está muy lejos de ser lo más deseable en términos de desarrollo humano y de conservación de los recursos naturales. El gran desafío que enfrenta esta región es cómo asegurar que en el futuro los senderos de desarrollo conduzcan a una forma sostenible del bienestar humano, mientras se evita la devastación de la naturaleza y los servicios que ésta provee".

 

Salvar los bosques para mejorar la vida de los pobladores del Amazonas

 

Aunque los investigadores reconocen que actualmente existen iniciativas que podrían mitigar los efectos negativos que tiene este proceso de "auge y caída" en los habitantes de la región, en la biodiversidad y en el clima mundial, también reconocen que cambiar este comportamiento requerirá de un compromiso que tendrá que venir de fuera de las fronteras de Brasil.

 

"Revertir este patrón dependerá del valor que se le de a los bosques intactos para que la forma de ganarse la vida de la gente del Amazonas mejore en la medida en que la selva se conserve", dice Andrew Balmford, de la Universidad de Cambridge y otro de los autores del artículo. "Desde el punto de vista financiero y práctico, esto será extremadamente difícil. Pero las discusiones previas a la próxima reunión de diciembre sobre el cambio climático en torno a que los países ricos paguen a países como Brasil por retener el dióxido de carbono acumulado en sus bosques, ofrecen alguna esperanza de que esta terrible situación se puede enfrentar, para beneficio de todos, incluidos los brasileños".