Investigadores de la UNA proponen el uso de desechos forestales para hacer combustible
CCT/DICYT Una nueva alternativa para la producción de biocombustibles es evaluada en la Universidad Nacional (UNA) y podría implementarse a mediano plazo en todo el país. Se trata de la producción de metanol o alcohol metílico (CH3OH) para añadirlo como biocombustible puro o mezclado con gasolina en los motores de carros o plantas industriales. Este metanol, que es un líquido ligero, incoloro, inflamable y tóxico, puede extraerse de las raíces, hojas, corteza y ramas que resultan como residuo de la producción nacional de madera.
Específicamente, un estudio hecho por los estudiosos de la UNA mostró que los residuos de teca, melina y ciprés sí tienen las cualidades físicas y químicas necesarias para ser transformadas en un biocombustible que emita pocos gases de efecto invernadero hacia la atmósfera. El potencial de estos desechos forestales radica en dos aspectos.
Primero, los residuos de estas tres especies son abundantes. Según Alfonso Barrantes, director de la Oficina Nacional Forestal, la cantidad de residuos de estas tres especies de árboles en el país es considerable. “Cerca del 80% de la madera que se comercializa en Costa Rica es de melina y teca. También está el ciprés, pero es menos importante la cantidad”, dijo. Barrantes hizo énfasis en que, según cifras del 2007, el total de desechos de estas tres especies ronda las 190.000 toneladas de madera por año. “Se estima que por cada tonelada de desechos forestales es posible producir cerca de 300 litros de metanol”, dijo Juan Valdés, director del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la UNA.
Como segundo punto destacan su composición y otras características. Y es que estas especies tienen una humedad moderada o aceptable (entre 40% y 50% de agua) y un alto poder calorífico (entre las 3.600 calorías por gramo –en las muestras de melina– y las 5.200 calorías por gramo en los desechos obtenidos del ciprés). Además, “entre el 80% y el 90% de su materia volátil es orgánica y, por ende, capaz de combustionar”, explicó Sebastián Miranda, ingeniero forestal y autor del estudio.
Las candidatas
Según el investigador, la teca ( Tectona grandi ) es una madera dura que crece en el Pacífico y se usa para la fabricación de puertas, muebles y otras obras de carpintería. La melina ( Gmelina arborea ) es una madera más blanda y poco porosa que necesita más del agua y por eso crece en el Pacífico sur. Esta se puede utilizar para fabricar instrumentos musicales o remos, entre otras cosas. Finalmente, el ciprés ( Cupressus sempervirens ) es una conífera propia de las zonas altas. Es una madera muy dura.
No se ha cuantificado aún cuánto podría costar producir un litro de metanol a partir de los desechos de cada especie forestal y este será un análisis que llevará su tiempo, pues primero debe mejorarse el proceso productivo para que sea competitivo el precio. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el beneficio de producir biocombustible a partir de desechos de madera sería bueno para “el bolsillo” y el ambiente.
Para Miranda y Barrantes, esto podría ayudar a reducir la contaminación en los aserraderos nacionales, de los que hay más de 300 registrados en el país. “Los desechos representan una verdadera carga porque eliminarlos tiene un costo alto; por eso normalmente se guardan en un terreno mientras se descomponen. Estos sitios pueden ser foco de incendios”, dijo Barrantes. “Usar estos residuos permitiría dar nuevas posibilidades de aprovechamiento del material y de creación de oportunidades y hasta empleos”, añadió el joven Sebastián Miranda.
Otras ventajas
Además, la iniciativa reduce inmediatamente la emanación de gases tóxicos a la atmósfera, entre ellos el metano que se libera una vez que el material orgánico se descompone al aire libre. Nótese que el metano es 21 veces más contaminante que el dióxido de carbono (CO2). Finalmente, Barrantes sugiere que la implementación de iniciativas como estas podrían considerarse a corto plazo para recibir un pago por servicios ambientales.
Pero al lado de los beneficios, los expertos reconocen que se deben considerar algunos inconvenientes del proceso. “Hay también que evaluar algunas desventajas de producir biocombustibles a partir de madera”, dijeron los expertos. Entre ellas destaca que solo es económicamente factible producir metanol a partir de madera si se hace a escala industrial y no a pequeña escala o para uso personal. Para ello, la UNA espera contar en el próximo año con un desgasificador para procesar la madera de desecho. También se explica que, a diferencia del etanol, el metanol es un producto tóxico y la exposición humana a él podría provocar daños irreversibles para la salud, incluida la ceguera.