Primer trasplante entre diferentes especies
INFOUNIVERSIDADES/DICYT Con una membrana de vaca, un docente investigador de la Universidad Nacional Río Cuarto (UNRC) le salvó la vida a una potranca mediante el primer trasplante de materiales biológicos entre especies diferentes. La urgencia y gravedad del caso hicieron que el trasplante fuera la única alternativa viable y su éxito comprobó el fruto de un trabajo de investigación que ya lleva doce años. El profesional planteó la posibilidad de emplear los implantes en casos de pérdidas importantes de tejido y de heridas abdominales de cualquier tipo en bovinos. Estos estudios procuran hallar métodos rápidos y seguros que simplifiquen eficazmente la resolución de casos de la clínica veterinaria diaria.
El avance fue fruto de un episodio desgraciado. El especialista Oscar Luján contó que “una potranca embistió a gran velocidad un alambrado que no llegó a ver por varios motivos, su corta edad -6 meses-, su inexperiencia y por ir a gran velocidad detrás de su madre, que iba corriendo desbocada, pero que sí conocía el terreno”. La consecuencia fue una herida que comprometía seriamente la vida del animal, ya que “prácticamente destrozó su cavidad nasal con compromiso óseo, pérdida de material y una pronunciada separación de los bordes de la herida”.
De allí la necesidad de practicar el xenoinjerto, modo en que se llama a los trasplantes de materiales biológicos de una especie a otra diferente. Según precisó el director del proyecto de investigación, “en este caso se trasplantó un segmento de túnica flava del bovino a un equino. Nuestro equipo trabajó muchos años sobre una técnica de desnaturalización que brinde al profesional un método sencillo y de fácil aplicación en aquellos casos en los que se necesite reemplazar una gran pérdida de tejidos como en hernias, separación de tumores, accidentes, etcétera”.
La túnica flava es un tejido que corresponde a la hoja profunda de la membrana que recubre los músculos del abdomen -fascia abdominal- del bovino. Consiste principalmente en un tejido elástico y de un color amarillento, de allí proviene su nombre de flava. Se puede decir que equivale a la parte clara del corte del vacío que se separa al comer un asado.
Utilidad y urgencia
Luján sostuvo que “el trabajo científico en cuestión demostró que nuestra técnica es muy útil en los trasplantes homólogos, es decir, de bovino a bovino (individuos de la misma especie), pero aún no está demostrada su aplicación en los xenoinjertos. Los xenoinjertos y su evaluación a través de técnicas inmunohistoquímicas, vinculadas al estudio de las células de los tejidos, fueron presentados este año como proyectos de investigación en la secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Río Cuarto”.
Apuntó que “se describe como hipótesis que un segmento de túnica flava bovina trasplantada a otras especies no produce fenómenos de rechazo. Con la misma hipótesis y ante la gravedad y urgencia de este caso, decidí trasplantar un segmento de este material en una potranca accidentada como un parche biológico que proteja a una malla de polipropileno que actuaría de sostén al tejido de la cicatriz”. Luján añadió que el tratamiento “ya lleva 15 días y se puede decir que la separación de los bordes de la herida ha disminuido aproximadamente un 50 por ciento y no presenta signos clínicos de rechazo”.
El equipo dirigido por Luján trabaja con trasplantes de membranas biológicas desde hace aproximadamente 12 años y fue desarrollando las tareas de investigación en diferentes etapas, planificándolas para optimizar los recursos, “pero ante la urgencia de este caso -explicó- decidí realizar el trasplante como quizás la única alternativa viable”.
El profesor de Agronomía y Veterinaria expresó que la túnica flava “está bien adaptada para el sostén pasivo de las vísceras abdominales y es más gruesa en su parte ventral, donde el peso es mayor. La parte dorsal se diseca con facilidad respecto al músculo subyacente, pero su parte central intercambia fibras con la membrana que sirve de inserción al músculo oblicuo externo -aponeurosis- y se halla adherida con mayor firmeza. La elasticidad de esta capa de tejido es bien conocida por los cirujanos de bovinos, ya que después de una cirugía abdominal, si no se la sutura cuidadosamente, tiende a salir, revirtiéndose y por lo tanto a separar los bordes de la herida”, agregó.
Alternativa
“La utilización de una membrana biológica o de un implante resulta una alternativa a considerar en la resolución de los casos quirúrgicos en que se necesite reemplazar una pérdida de tejido, sobre todo en la pared abdominal del bovino”, señaló Luján y planteó: “Podría ser utilizada en el tratamiento de hernias de abdomen, y en toda herida abdominal (traumática o quirúrgica) que tenga una separación importante entre sus labios y que requiera para el afrontamiento de sus bordes una fuerza tensil exagerada. También se procuró encontrar un método de desnaturalización que fuera lo suficientemente rápido y seguro como para que le permita al médico veterinario rural contar con este material biológico en el momento en que lo necesite”.