Medio Ambiente España , Salamanca, Jueves, 22 de octubre de 2009 a las 16:56

Expertos de Salamanca constatan la extensi贸n de la dirofilariosis en Rusia a causa del cambio clim谩tico

Esta enfermedad parasitaria habitual en el perro, aunque transmisible al ser humano, s贸lo se conoc铆a en Europa en pa铆ses mediterr谩neos

José Pichel Andrés/DICYT Expertos del Departamento de Parasitología de la Universidad de Salamanca colaboran con la Universidad de Rostov, en el sur de Rusia, en una investigación que trata de determinar el avance de la dirofilariosis en esta zona próxima al Mar Negro. Las publicaciones científicas de españoles y rusos han causado un gran impacto en la comunidad científica internacional, ya que para el desarrollo de esta patología es necesaria la presencia de insectos que actúen como vectores de la llamada enfermedad del gusano del corazón, causada por un parásito de la familia de las filarias. Este hecho, sorprendente en un país frío como Rusia, parece un indicio más del cambio climático y más cuando todo indica que la prevalencia en humanos es muy superior a la que se registra en otros países.

 

"Es una cuestión importante al margen de que estemos ante un cambio climático profundo, como dicen unos, o ante unas modificaciones pasajeras, como piensan otro, el hecho es que se están viendo aspectos que nos confirman que el clima actual es algo distinto al de hace unos años y las condiciones actuales favorecen la diseminación de algunas especies patógenas, por ejemplo, las que se transmiten por vectores, como es el caso de la dirofilariosis", ha declarado a DiCYT Fernando Simón, profesor del Departamento de Parasitología de la Universidad de Salamanca.

 

Las condiciones climáticas influyen directamente en los vectores de estas enfermedades, como los insectos. En este caso, el parásito es un nematodo, un tipo de gusano, y en estado adulto afecta a las arterias pulmonares, principalmente en animales domésticos como perros y gatos. "Estamos viendo una gran expansión hacia países del norte que antes no tenían dirofilariosis. Era un problema de los países mediterráneos, pero ya ha pasado los Alpes y ahora se diagnostica con frecuencia en Alemania y en todos los países de Centroeuropa. En el sur de Rusia ya se puede hablar de diagnósticos muy frecuentes y de que hay una zona endémica tremenda en extensión y en incidencia", afirma.

 

En cualquier caso, "nuestra colaboración con Rusia ha tenido mucha repercusión, porque uno piensa en este país como un lugar muy frío y cuando se habla de mosquitos nos imaginamos países tropicales o con un clima benigno. Sin embargo, no nos damos cuenta de que el sur de Rusia está muy cerca del Mar Negro, que los ríos son muy grandes y hay mucha humedad", comenta el experto. Especialmente cuando en primavera se produce el deshielo, los bosques, con la humedad y el sol producen un hábitat muy favorable para la proliferación de insectos.

 

La colaboración entre los científicos de Rostov y los de Salamanca continúa "porque se trata de un área con mucho material para trabajar", afirma Simón. Mientras que los rusos carecen de experiencia en el manejo de una enfermedad que hasta hace pocos años no se había detectado en su territorio, el grupo español se cuenta ya con una reconocida trayectoria. Sin embargo, en Rusia la patología presenta sus propias características. "Hay un dato revelador, la dirofilariosis humana, que aparece siempre que hay dirofilariosis canina, normalmente no se traduce en un gran número de casos clínicos, pero en esta zona en los cinco últimos años se han detectados cerca de un centenar", asegura.

 

Más casos clínicos en humanos

 

Los casos clínicos de dirofilariosis humana son "enormemente más elevados" que en el resto de países, lo cual quiere decir "que hay muchísimos perros con el parásito y una población de mosquitos muy abundante que transmite el problema". Dicho de otra forma, "las condiciones epidemiológicas son muy favorables para la transmisión", porque en Italia, el país más afectado de la Europa mediterránea, sólo ha registrado 35 casos clínicos en humanos en este mismo periodo.

 

Aunque en el hombre el problema es benigno, existe el riesgo de que se confunda con otras patologías más graves que pueden dar lugar a una intervención quirúrgica, ya que la enfermedad parasitaria crea unos nódulos pulmonares que se pueden confundir con un tumor. De hecho, Fernando Simón comenzó a trabajar en dirofilariosis humana, pero "conseguir casos para investigar era muy difícil", de manera que pasó a estudiar esta enfermedad parasitaria en perros y gatos.