Educación España , Burgos, Miércoles, 09 de diciembre de 2009 a las 19:20

¿Es mi hijo un adicto a las nuevas tecnologías?

Un estudio dirigido por Proyecto Hombre Burgos pone de manifiesto el abuso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación entre los adolescentes

Elena Rodríguez Montes/DICYT Las redes sociales creadas por Internet, el IPOD, el mp4, el teléfono móvil o los videojuegos han entrado a formar parte de la vida diaria de niños y jóvenes y a ocupar buena parte de su tiempo. Sin embargo, el universo de las nuevas tecnologías no ha estado precedido por unas pautas educativas que permitan, sobre todo a los padres, percibir si los adolescentes desarrollan un uso adecuado y comedido de las TIC. La Fundación Candeal Proyecto Hombre junto con la Universidad de Burgos han llevado a cabo el estudio Uso y abuso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la población escolarizada burgalesa de 10 a 18 años en el año 2009 cuyas conclusiones lanzan un mensaje de alerta para sus tutores.

 

La investigación comprende a una población total de 26.063 estudiantes, entre los que se ha seleccionado una muestra de 2.063 a los que se les han repartido los cuestionarios que sirven de base para el estudio; obteniendo así un nivel de confianza del 95'5%. En declaraciones a DiCYT, el director de Proyecto Hombre Burgos, Manuel Fuentes, ha explicado que se trata del estudio "más importante" de estas características efectuado en Burgos y que nos da una "visión bastante fidedigna" de la relación que mantienen los adolescentes con las TIC. En la mayor parte de los casos, esta relación es la correcta; sin embargo, se detecta que al menos un 14% de la población adolescente abusa del teléfono móvil, de Internet o de la consola, entre otras tecnologías.

 

A juicio de Manuel Fuentes, de la investigación se desprenden datos preocupantes que deben abordarse para evitar mayores problemas en un futuro y aboga por utilizar pautas educativas adecuadas para el uso de las nuevas tecnologías que eviten problemas como las dependencias, ya que según se desprende del estudio, el 20% de los jóvenes encuestados reconoce que tiene dificultades de concentración, algo que según la experiencia de Proyecto Hombre, tiene una correlación altísima con problemas como desorganización en la vida y ausencia de objetivos claros, que a su vez constituyen factores de riesgo que hacen a la persona más vulnerable para caer en otras adicciones. Es el caso, según indica, de la ludopatía, a través de los casinos virtuales, o la adicción al sexo, alimentada por determinados contenidos que se encuentran en Internet, y resalta, en este sentido, el elevado número de casos mixtos, es decir, adicciones a nuevas tecnologías y también a otros elementos al mismo tiempo, “jóvenes que abusan del ordenador y a su vez tienen cierta dependencia de sustancias como el cannabis. Una conclusión que sin duda puede ser el punto de partida de una nueva investigación en torno a este asunto”, señala Manuel Fuentes.

Otro dato revelador es que el 10% de los adolescentes que han participado en el estudio reconocen sentirse solos. Esto pone de manifiesto la falta de supervisión y asesoramiento paterno, no sólo en el uso de las TIC, sino en los aspectos fundamentales de la vida en los que se necesita la orientación de la figura adulta. El director de Proyecto Hombre ha subrayado la importancia de que los padres se familiaricen con estas tecnologías y compartan ese tiempo con sus hijos, ya que no solamente se trata de controlar las horas que conversan por el chat o las que invierten en un videojuego (más de 25 horas semanales en el caso del 8’8% de los adolescentes), sino en educarlos a la hora de sentarse frente al ordenador. El límite, añade Manuel Fuentes, debe marcarse en el uso de estos medios en función de las necesidades y del ocio, de manera que facilite la vida ordinaria y la maduración de los jóvenes, pero evitando que se convierta en un pilar sin el que no sepan enfrentarse ni a sus relaciones sociales, ni a sus obligaciones escolares o laborales.

 

Y el móvil, ¿qué?

El teléfono móvil también es objeto de preocupación para Proyecto Hombre. El 81% de los encuestados disponen de un móvil para su uso particular y el 42% reconoce que se trata de un aparato del que les costaría desprenderse. “El problema se presenta cuando el uso se convierte en algo necesario para lograr el equilibrio en nuestra vida y cuando empieza a interferir en el desarrollo de nuestro día a día”, señala Manuel Fuentes. Ahí es donde empieza el problema de adicción del que probablemente los afectados serán los últimos en darse cuenta ya que como ocurre con las sustancias estupefacientes, el adicto piensa que controla y no reconoce su dependencia hasta que el problema está totalmente desbordado.