Health Spain , Salamanca, Wednesday, June 23 of 2010, 16:24

Un estudio analiza la calidad de la atención a los adolescentes hospitalizados en España

La investigación de la Universidad de Salamanca califica a estos pacientes de "invisibles" al no existir unidades especializadas ni criterios específicos para su atención

José Pichel Andrés/DICYT Una investigación de la Universidad de Salamanca realizada en 68 hospitales españoles ha analizado la calidad de la atención a los adolescentes. Estos pacientes, entre 14 y 18 años, se incluyen entre los adultos a pesar de que requieren cuidados especiales y de que están protegidos por ciertos derechos como menores de edad, según los investigadores de los departamentos de Psicología Social y Antropología y Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología de la institución académica salmantina. Cada hospital establece su propia "edad de corte" para pasar de la Pediatría a la hospitalización de adultos y sólo un centro de toda la muestra cuenta con una unidad específica para adolescentes, de manera que los autores del estudio califican a este grupo de edad como "pacientes invisibles" en los centros españoles.

 

Ana María Ullán, responsable de esta investigación publicada recientemente en la Revista de Calidad Asistencial, explica que el trabajo de campo incluyó un análisis de "dónde estaban ingresados estos pacientes, cómo son cuidados y si se cumplen los derechos que tienen reconocidos como menores de edad", ha afirmado en declaraciones a DiCYT. Su equipo de investigación tiene una experiencia de 10 años en el análisis de las condiciones de la hospitalización de los niños en toda España. "Se trataba de ver hasta qué punto están adaptados los hospitales a las necesidades psicosociales de la población infantil", explica. La conclusión de este trabajo anterior fue que los hospitales tratan a los pacientes menores con los mismos planteamientos que a los mayores, sin ningún grado de adaptación, a pesar de la diferente percepción y respuesta emocional de los menores. Por eso, el siguiente punto de mira fue la atención a los adolescentes.

 

"Observamos que había un grupo de pacientes menores de edad que no estaban en Pediatría, chicos entre 14 y 18 años que no son adultos ni legal ni emocionalmente, pero que tampoco son niños, porque tienen características psicológicas y emocionales distintas", apunta. "Lo que vimos nos dejó sorprendidos en sentido negativo, no tienen un trato diferente desde el punto de vista de la organización hospitalaria", señala. De hecho, "los denominamos pacientes invisibles porque no los encontramos en el hospital salvo si vamos al registro de admisiones y miramos el año de nacimiento", indica la investigadora.

 

Sin diferenciar patologías

 

La "edad de corte" para pasar de Pediatría a adultos la establece cada hospital y varía desde los 12 años (en un solo caso en toda la muestra) hasta los 18 (cuatro casos). Sin embargo lo más habitual es que este paso se dé a los 14 años (en el 26'2% de los hospitales) y sobre todo a los 15 (en el 56'9%). Además, para realizar ese cambio no se diferencian patologías. "Como apenas hay habitaciones individuales, comparten habitación y sistemas de cuidado con adultos de toda la gama de edad, es decir, que pueden tener un compañero de habitación de 25 años o de 87, con unas necesidades, experiencias y condiciones muy diferentes, de manera que se incumple su protección como menores de edad", apunta Ana María Ullán. En su opinión, no se atienden parámetros básicos de calidad en la adaptación de los pacientes adolescentes.

 

Pacientes crónicos

 

Para realizar el estudio, los investigadores se centraron en la hospitalización no psiquiátrica e incluyeron todos los centros de España que tienen 500 camas o más, es decir, 76 hospitales, de entre los cuales, 73 accedieron a participar en la investigación, aunque sólo admitían ingresos de menores de edad 68. De entre ellos, sólo en uno, el Miguel Servet de Zaragoza, se ingresan a los adolescentes en una unidad especial.

 

Un aspecto importante del estudio hace referencia a los pacientes crónicos y su transición de la Pediatría a la hospitalización de adultos. "En ninguno de los centros hay sistemas depurados de transición en las patologías crónicas de niños a adultos, por ejemplo en el caso de las enfermedades oncológicas", señala. "El propio personal reconoce que es un problema y trata de retener a los chicos en pediatría, porque en líneas generales están mejor que en los servicios adultos", apunta.

 

Otro de los problemas que se presentan en los pacientes con estancias prolongadas es el de la escolarización, que es obligatoria hasta los 16 años. Sin embargo, "los servicios educativos del hospital ni siquiera conocen si hay un chico de 15 años hospitalizado y los colegios están en las plantas de Pediatría". En definitiva," no sólo no se cumplen parámetros de calidad psicosocial, sino que se están incumpliendo derechos que tienen como menores de edad", advierte.
 

Encuesta en Salamanca 

Al margen de los resultados del estudio, los mismos investigadores han realizado una encuesta sobre la calidad de la atención a adolescentes con la colaboración del Hospital Universitario de Salamanca, donde, como en casi todos los centros españoles, más del 80% de ellos se encuentran hospitalizados con los adultos. Además de 100 pacientes de esta edad, se incluyeron en la encuesta 300 potenciales pacientes adolescentes pertenecientes a institutos de la ciudad, un centenar de padres o acompañantes y personal sanitario. 

 

Lo más positivo fue que, en general, están satisfechos con la atención y lo que más valoran es la amabilidad del personal, el trato humano que reciben, que es lo que psicológicamente determina en mayor medida la calidad de la atención. Por el contrario, entre las reclamaciones más habituales está tener televisión gratuita o poder usar internet, reclamaciones muy razonables, según los especialistas, si se tiene en cuenta que el paso del tiempo sin actividad es una de las cargas más difíciles de soportar psicológicamente. "Debería escuchárseles porque sus opiniones tienen muchísimo sentido y marcan parámetros de calidad en la hospitalización", sobre todo de infraestructura y los servicios no médicos, explica Ana María Ullán.