El STRI descubre la existencia de nuevas especies de anfibios ya extinguidas en Panamá
STRI/DICYT Un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) publicaron la primera descripción del antes y el después de la muerte de un anfibio. La enfermedad causada por un hongo que está arrasando con las ranas, la quitridiomicosis, avanza a través de las tierras altas de América Central con una media de treinta kilómetros por año. Tras la desaparición de las ranas doradas de Costa Rica en 1980, Karen Lips, de la Universidad de Maryland, estableció rápidamente un programa de monitoreo en lugares no afectados por la enfermedad en los alrededores de Panamá.
De las 63 especies identificadas en censos llevados a cabo dentro del Parque Nacional Omar Torrijos, que se encuentra en el Copé, desde 1998 hasta el año 2004, veinticinco especies habían desaparecido del lugar debido a la epidemia. En 2008, ninguna de estas especies ha reaparecido en el lugar.
Para saber si había en el parque especies adicionales de diversidad "críptica", que no eran conocidas por la ciencia, los autores utilizaron la técnica genética llamada "código de barras" del ADN que puede calcular rápidamente qué otras once especies “candidatas” o desconocidas también se encuentran presentes. Al combinar la información de campo con la genética, los autores descubrieron que había cinco de estas especies que tambien habían desaparecido hasta el momento.
“Es tristemente irónico saber que estamos descubriendo nuevas especies al mismo tiempo que las perdemos” comentó Andrew Crawford, ex-becario postdoctoral de STRI y miembro del Círculo Herpetológico de Panamá, y que actualmente trabaja en la Unviersidad de Los Andes en Colombia. “La información que obtuvimos con el código de barras revela nuevas especies en un lugar relativamente bien estudiado, pero el trabajo en el campo nos muestra que muchas de estas ranas ya han desaparecido.”
"Una epidemia que acaba con todo un grupo de organismos es como el fuego que quemó la famosa Biblioteca de Alejandría. Destruyó una enorme cantidad de información acumulada sobre cómo la vida ha cambiado en el pasado. Los censos de las especies son algo parecido a contar los diferentes títulos de una biblioteca, mientras que los censos genéticos son como contar el número de las diferentes palabras." "Cuando se pierden las palabras, se pierde la posibilidad de hacer nuevos libros” dijo Lips. “Al igual que con la extinción de los dinosaurios. Las áreas donde la enfermedad ha pasado parecen cementerios; hay un espacio vacío, y no sabemos cuál será el resultado de este vacío.”
"Esta es la primera vez que hemos utilizado las secuencias genéticas de códigos de barra del ADN para caracterizar una comunidad entera de anfibios,” dijo Eldredge Bermingham, director de STRI y coautor del artículo. “STRI también ha usado códigos de barra a esta escala para árboles tropicales en nuestra parcela de dinámica de bosques en Panamá. El método de antes y después que usamos con las ranas nos dice exactamente que lo que perdimos debido a esta enfermedad es el 33% de la historia de la vida evolutiva de estas especies.