Alimentación España , León, Viernes, 15 de octubre de 2010 a las 14:19

Castilla y León cuenta con unas 150 manadas de lobos ibéricos, la mitad de la población total de España

El biólogo Carlos Sanz repasa en el Centro para la Defensa del Fuego, en León, la situación de esta subespecie autóctona

AMR/DICYT El biólogo de campo Carlos Sanz, experto en mantenimiento y manejo de animales silvestres (especialmente de los lobos ibéricos) y un divulgador científico, mostró hoy en León la situación del lobo ibérico en la actualidad. Según explica, en la actualidad, hay contabilizados de 2.000 a 2.500 lobos en España, fundamentalmente en el noroeste peninsular y en un núcleo en el norte de Andalucía, distribuidos entre 250 y 300 grupos reproductivos o manadas. Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor presencia de este cánido, con entorno de 1.000 a 1.500 ejemplares en unas 150 manadas.

 

Carlos Sanz, que cuenta con una experiencia de 35 años con lobos ibéricos y ha trabajado en series documentales como El hombre y la tierra y España salvaje, inauguró hoy con una charla de presentación la exposición Amigo lobo: leyenda y realidad del lobo ibérico en el Centro para la Defensa del Fuego. La muestra permanecerá hasta el 19 de diciembre. La exposición, patrocinada por Caja de Burgos, es la parte itinerante de un trabajo más amplio, que cuenta con una parte permanente en la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona. La muestra itinerante incluye fotografías sobre la biografía, ecología y problemática del lobo ibérico (Canis lupus signatus), complementada con documentación en torno a la figura de este animal (esculturas, libros, monedas, reproducciones de esculturas históricas...). La muestra contempla además una parte dedicada a Félix Rodríguez de la Fuente, defensor de esta subespecie autóctona.

 

"Queremos enseñar la realidad del lobo y desmitificar su imagen de feroz", explicó a DiCYT el responsable de la exposición. "Aunque el 99% de la gente no verá nunca a un lobo en su vida, el miedo hacia él está ya en el subconsciente, y, realmente, no es tan fiero como lo pintan", subrayó Carlos Sanz. Según indica, esta mala fama de animal que ataca al ser humano está injustificada: "Los ataques a personas no son problemas para las personas, pero sí lo son de los perros, que ocasionan muchos más que los lobos. El último posible caso que hubo en España de un ataque de un lobo fue en Orense, en 1973, y no fue probado que así fuera".

 

El experto recuerda que en esa década, la población de lobos, debido a políticas que favorecían su caza por cualquier medio, "descendió a 400 ó 500 ejemplares". En la actualidad hay entre 2.000 y 2.500 en toda España. "Una de las medidas más eficaces fue la que defendió Félix Rodríguez de la Fuente, al conseguir catalogar al lobo ibérico como especie cinegética y no alimaña, lo que redundó en su defensa".

 

Políticas autonómicas

 

 

En la actualidad, las competencias asumidas por las comunidades autónomas en las que habita el lobo ibérico tienen posiciones diferentes en torno a la figura del cánido. "En Castilla y León está estrictamente protegido al sur del Duero, pero el Plan de Gestión de la Junta de 2008 contempla el control de los lobos por parte de patrullas forestales por debajo de este límite. En el norte del Duero, es una especie cinegética con cupos de  caza por provincias y comarcas". La situación es diferente en autonomías limítrofes: "En Galicia se puede cazar, es una especie cinegética, con permisos especiales; mientras que en Asturias su control se reserva a las guarderías".

 

Por distribución, la población aislada del sur, en Andalucía, está en peor situación que sus congéneres del norte: "Se calcula que existen entre 40 y 50 ejemplares", aunque en estos territorios meridionales empiezan a observarse la presencia de nuevos lobos, "se han determinado en los últimos tiempos la presencia de lobos en Extremadura y Castilla-La Mancha por Cáceres y Guadalajara".

 

En conjunto, para Carlos Sanz, el lobo ibérico sigue amenazado "por el furtivos, las auténticas y únicas alimañas de la naturaleza; la compartimentación del hábitat por la construcción de nuevas infraestructuras como autovías o líneas férreas; y la ausencia de carroña en el campo, de la que se alimentaban, después de las medidas tomadas por las autoridades ante el mal de las vacas locas". A pesar de estas circunstancias, el biólogo se declara "optimista, ya que el lobo es una especie adaptable a la circunstancias, incluso sobrevivió cuando se le intentó exterminar".