La evolución del mundo a través de un centenar de microscopios
CGP/DICYT La sala de exposiciones del Palacio de Garcigrande acoge desde hoy y hasta el próximo 12 de diciembre una colección de más de un centenar de microscopios y otros elementos relacionados con la observación que muestran la evolución tecnológica surgida en este campo desde el siglo XVII, cuando se consiguió un vidrio apto para la óptica y a alguien se le ocurrió aplicarlo para estudiar el cielo y el suelo. Así lo explica Eliseo Carrasco, catedrático de Histología de la Universidad de Salamanca, quien recopila desde hace 36 años estos instrumentos históricos, algunos adquiridos en anticuarios y otros réplicas fidedignas de los originales.
La exposición La lente que cambió el mundo, que cuenta con dos espacios, se inicia en la parte inferior de la sala, donde se muestran algunas herramientas que se empleaban siglos antes para interpretar el cosmos, como los astrolabios, con los que se localizaban las principales estrellas en el cielo a lo largo del año. Asimismo, como ha detallado el experto en declaraciones recogidas por DiCYT, para situar al visitante la muestra también recoge imágenes de la geografía contenida en los libros de Ptolomeo, cuya concepción del mundo se mantuvo hasta el siglo XVII.
El telescopio de Galileo, como subraya Carrasco, es el eje de la exposición. Datado en 1609, con él Galileo logra ratificar la tesis heliocéntrica de Copérnico. Tras un repaso a la evolución del telescopio, la exposición se centra en los microscopios. Entre ellos destaca el de Leeuwenhoek (1632-1723), quien construyó lentes sencillas pero de gran aumento y resolución, lo que le posibilitó observar bacterias. Asimismo, destaca Carrasco, la muestra cuenta con un telescopio de un español, Crisóstomo Martínez (1680), quien aportó numerosos conocimientos sobre la histología del hueso y su desarrollo.
La parte superior de la exposición recoge la evolución del microscopio a lo largo de 1700 y 1800, así como la “la época dorada del microscopio”, señala Carrasco, lo que se produjo entre 1850 y 1900. “Es el momento en el que explota su uso y todos los científicos empiezan a pedirlos, por lo que las casas empiezan a fabricarlos en serie”, precisa. En este sentido, apunta que algunos son “auténticas obras de arte” dada su decoración, Precisamente, fue este efecto decorativo el que motivó al catedrático de Histología a iniciar su colección, adquiriendo los primeros ejemplares. En esta zona expositiva también se muestran accesorios de los laboratorios de histología, incluidos algunos de los instrumentos “que probablemente utilizó Cajal”, concluye.
Ciclo de conferencias
La exposición se complementa con un ciclo de conferencias que tendrá lugar en el propio Palacio de Garcigrande. La primera será mañana martes a partir de las 20 horas y correrá a cargo de Crespo Ferrer, catedrático de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Española de Histología Tisular, quien hablará sobre el antes y el después de Galileo y la historia del microscopio. Del mismo modo, el miércoles 10 de noviembre Antonio Campos, catedrático de Histología de la Universidad de Granada y ex director del Instituto Carlos III, profundizará en la ingeniería tisular.
Ya el jueves, José Angel García, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca disertara sobre el mundo de los microbios; mientras que el lunes 22 de noviembre José Sánchez, profesor de Botánica de la Universidad de Salamanca tratará el pasado y el presente de la microbotánica. Jorge Civis, finalmente, ahondará el 23 de noviembre en los microfósiles.