Salud España , Salamanca, Martes, 30 de noviembre de 2004 a las 18:36

La región ha registrado 42 nuevos casos de sida en lo que va de año

La tasa de incidencia de la enfermedad en Castilla y León durante 2003 se acercó a los 25 casos por cada millón de habitantes

Ana Victoria Pérez/DICYT En lo que va de año, en Castilla y León se contabilizaron 42 nuevos casos de sida y, aunque no son cifras definitivas, ya que a ellas deberán sumarse los casos que se diagnostiquen durante el mes de diciembre, la región ha visto disminuir el número de infecciones en los últimos años, ya que si se comparan las cifras de incidencia de 2003 (24’8 casos por cada millón de habitantes) con las registradas en el año 2000, donde se alcanzaron los 60’9 casos para la misma muestra de población, se puede comprobar que el número de infecciones se ha reducido en 36’1 casos por cada millón de habitantes, según han dado a conocer a DICYT fuentes del Servicio de Epidemiología y Enfermedades Transmisibles de la Junta de Castilla y León.

Tomando como referencia la tasa de incidencia de la enfermedad para 2003, la región se sitúa muy lejos de la Ciudad Autónoma de Mellilla que encabeza la lista nacional con 75 casos por cada millón de habitantes, o de los 56’3 casos registrados en La Rioja, que es la segunda región con mayor incidencia de la enfermedad en todo el territorio nacional, seguida de Madrid (51’5) y Baleares (48’2).

Si se mira más de cerca a las nueve provincias castellanoleonesas, Valladolid encabeza la lista como la provincia con mayor tasa acumulada de infectados por VIH. En concreto en la capital de la región se contabilizó en 2003 una tasa acumulada de 1.266 afectados. Una cifra muy similar a la que registra Palencia que con una tasa acumulada de 1.233 en el mismo periodo, se sitúa la segunda de la lista. A la cola se colocan las provincias de Soria y Ávila que respectivamente han acumulado un registro acumulado de 570 y 652 casos de la enfermedad.


Tendencia a estabilizarse

Según fuentes del Servicio de Epidemiología y Enferemedades Trasmisibles de la Dirección General de Salud Pública de la Junta, la comunidad sigue una tendencia general, que se ha constatado en la mayor parte de los países desarrollados y que certifica que el retroceso del virus, observado desde el año 2000, tiende a estabilizarse. No ocurre igual en los países más desfavorecidos, lo que provoca, según la Organización Mundial de la Salud, que diariamente se sumen al cómputo mundial 14.000 nuevos infectados.

La generalización en el uso de diferentes métodos para prevenir el contagio se ha convertido en el principal freno para el virus. Aún así, la principal causa de contagio continua siendo el consumo de drogas por vía intravenosa. El 69’2% de las nuevas infecciones que se diagnostican en Castilla y León tiene como origen el intercambio de jeringuillas. El cambio principal aparece en las vías de transmisión sexual, ya que al contrario de lo que ocurría a principios de los 90, el porcentaje de infectados por contactos heterosexuales, un 16% del total, supera ya al de contagios registrados a través de contactos homosexuales, que supone el 6’4% de los casos. 

De ahí que la llamada de atención institucional mañana día 1 de diciembre está dirigida a la mujeres, que según todas las previsiones, puede convertirse en una pieza importante en el control de la enfermedad, fomentando relaciones sexuales seguras. Hasta el momento las cifras indican que en la región, 78’9% de los enfermos de sida son hombres mientras que un 21’1% son las mujeres. Por este motivo ellas tienen dos veces más probabilidades de infectarse en una relación heterosexual de riesgo.

Un virus con1.000 caras

Una característica importante del VIH es su extremada variabilidad genética, lo que ha dificultado tanto su identificación como su tratamiento. EL VIH contiene un ácido ribonucléico (ARN) de cadena única constituido por dos hebras idénticas. Existen genes encargados de codificar los componentes de la partícula vírica (genes estructurales) y de regular la expresión de los mismos (genes reguladores). En contraposición con otros retrovirus, como los HTLV que sólo poseen tres, los VIH poseen al menos siete genes reguladores que, entre otras funciones, tienen la de expresar el material genético viral integrado en la célula, lo que aumenta sus posibilidades de mutar.

Existen dos tipos de células humanas que son blanco principal de la infección VIH: los linfocitos T CD4 y los macrófagos de los tejidos. Como consecuencia de la llegada a alguna de éstas células diana, se ponen en marcha un conjunto de procesos que tienen como finalidad ocasionar la entrada del virus en dicha célula y la utilización de los mecanismos bioquímicos de la misma para poderse replicar y dar lugar a nuevos virus.

Muchos retrovirólogos explican el desarrollo de la enfermedad recurriendo a la metáfora de un tren: así podría decirse que el propio virus es un tren, la cantidad de virus que existe en la sangre (lo que se conoce como carga viral) es la velocidad que lleva el tren, y los raíles que componen el trayecto son los linfocitos CD4 que tiene el paciente. La estación final es el desarrollo del sida hacia la que el tren avanza, pero va a necesitar un tiempo para recorrer el trayecto.

Si el sistema inmunitario está conservado, el trayecto es muy largo, le costará más tiempo llegar al destino; por el contrario, conforme la cifra de CD4 cae, el recorrido es menor y a igual velocidad el tiempo empleado en recorrerlo será menor.