Especialistas en la biocompatibilidad de biomateriales empleados en Medicina
Antonio Martín/DICYT Existen pocos centros de investigación especializados en la comptabilidad de biomateriales, aquellos que se implantan en el ser humano en procesos médicos. Uno de ellos se encuentra en el Hospital Provincial de Ávila, y sirve de unidad asociada al Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros, centro propio del CSIC. Creada en septiembre de 2000, fruto de la colaboración previa del grupo de Biomateriales del ICTP, el Servicio de Anatomía Patológica del Hospital y la Unidad Docente de Traumatología de Medicina de la Universidad de Salamanca, la unidad de investigación cuenta con personal médico del hospital y con investigadores postdoctorales del Consejo.
La creación de esta unidad asociada al CSIC respondió a la necesidad de establecer un laboratorio o centro de referencia para el estudio de la biocompatibilidad de biomateriales, y las interacciones que pudieran emplear este material, tanto en las células como en los tejidos. Para ello, se puso en marcha un laboratorio de cultivos celulares orientado al estudio de la biocompatibilidad in vitro y a la regeneración de tejidos, disciplina también conocida como Ingeniería de tejidos.
El investigador principal del grupo de Biomateriales del instituto del CSIC, Julio San Román, explica que la unidad está centrada en tres áreas: “los sistemas autocurables, como cementos óseos para cirugía o la fijación de prótesis, el área vascular, con recubrimientos bioactivos ya sean en cánulas o en vasos, cuyos diseños han sido transferidos y se han obtenido patentes, y la regeneración de tejidos”. La actividad investigadora de este grupo es elevada. La unidad asociada está incluida en un programa de investigación del Instituto de Salud Carlos III, se engloba en diferentes ciber (centros de investigación biomédica en red) e “interactúa con grupos selectos”, afirma el científico. De su experiencia, y fruto de “una conciencia nacional de que son necesarios este tipos de centros”, diversas comunidades autónomas (como Cataluña, País Vasco o Valencia) han comenzado a desarrollar sus propias unidades investigadoras en el campo de la biocompatibilidad.
Además de diferentes estudios histológicos, tanto de muestras clínicas como de muestras generadas en los ensayos in vivo, durante los últimos años la unidad ha iniciado el cultivo de diferentes líneas celulares, como las células vero o los fibroblastos, cuya aplicación en estudios de biocompatibilidad ha contribuido a la obtención de resultados altamente interesantes. Entre las diferentes técnicas llevadas a cabo en la unidad destacan los estudios de microscopía y análisis de imagen y la aplicación de diferentes ensayos para conocer efectos producido sobre los cultivos.