Alimentación Colombia , Antioquia, Lunes, 07 de mayo de 2012 a las 10:51

Desarrollan un bioinsecticida con células de una planta tropical

Se trata del árbol de nim, con propiedades médicas útiles para controlar el cáncer, las alergias y los parásitos, entre otras enfermedades

UN/DICYT La Universidad Nacional (UN) en Medellín, en asocio con el Instituto Politécnico Nacional de México (IPN), desarrolla un insecticida a partir de las propiedades químicas del árbol de nim. Esta especie, denominada por los hindúes “la farmacia del pueblo”, tiene diferentes propiedades médicas que son útiles para controlar el cáncer, las alergias y los parásitos, entre otras enfermedades. Ahora, luego de un análisis de sus células, es estudiada por investigadores de ambas instituciones con el fin de obtener un bioinsecticida efectivo para controlar y matar insectos que afectan los cultivos, sin complicaciones medioambientales.

 

El docente e investigador del Centro de Productos Bióticos del IPN, Mario Rodríguez Monroy, indicó que “el árbol produce varios compuestos que afectan a los insectos: los mata, les provoca malformaciones y altera su ciclo de vida”. Y agregó que, con el estudio, han logrado “aislar las células en frascos específicos y comenzado estudios para hacerlas crecer en biorreactores”.

 

Una de las ventajas de obtener el insecticida a partir de las bondades biológicas del nim es que su uso redunda en el cuidado del entorno natural. Pues, a diferencia de productos químicos, no es tóxico y sus moléculas tienen un impacto específico sobre insectos-plaga, es decir, no afecta a otros seres vivos, como los peces, por ejemplo.

 

Propuestas como esta tienen el objetivo de “escalarse”, proceso comprendido como la adaptación a grandes cantidades. “En el laboratorio estudiamos cuáles son las condiciones de luz y temperatura de un medio de cultivo, tenemos que conocer la planta y en qué condiciones producen sus sustancias biológicas”, explica Rodríguez Monroy.

 

Luego de tener estas características se desarrolla el adelanto tecnológico, para hacer que las células que componen las plantas vegetales puedan crecer de manera masiva en recipientes denominados biorreactores (en volúmenes de 10 mil y 75 mil litros).

 

El proyecto específico de bioinsecticidas hace parte del campo de bioprocesos y escalamiento. Este debe entenderse como el uso de metabolitos secundarios en cantidades industriales, es decir, de productos obtenidos de las plantas para elaborar fármacos, colorantes o insecticidas. Los expertos señalan que la estrategia obedece a que muchas veces estas sustancias se obtienen de plantas silvestres que no se pueden cultivar y que, por esa razón, con tecnología moderna, se acelera el crecimiento de las células de las plantas en laboratorio.

 

El proyecto, en el que vienen trabajando conjuntamente la institución mexicana y la Escuela de Química de la Facultad de Ciencias, cuenta con pruebas y cultivos en los dos países. Y sus resultados se conocieron en el Curso internacional de escalado de bioprocesos y entrenamiento en operación en biorreactores, que tuvo lugar en la sede de la UN en la capital antioqueña.