Avances tecnológicos buscan enlentecer los efectos del alzhéimer
JPA/DICYT El Centro de Referencia Estatal (CRE) de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y Otras Demencias, dependiente del Imserso y ubicado en Salamanca, tiene entre sus cometidos la investigación en terapias no farmacológicas, es decir, tratamientos que buscan enlentecer el desarrollo de estas patologías neurodegenerativas sin recurrir a medicamentos. Las nuevas tecnologías se han revelado como una gran herramienta para que los terapeutas que tratan a los pacientes puedan desarrollar sus intervenciones, de manera que el centro ha impulsado varios proyectos de I+D+i en colaboración con universidades y empresas.
“Sabemos que las terapias no farmacológicas enlentecen la progresión de las patologías y, mientras no haya fármacos que nos permitan eliminarlas, queremos averiguar qué se puede hacer a través de distintas pruebas”, afirma Elena González Ingelmo, responsable del área de Información, Documentación e Investigación del CRE Alzheimer. Básicamente, el objetivo es la estimulación cognitiva a través de herramientas como la música, la danza, actividades de la vida diaria o videojuegos, entre otras propuestas.
Uno de los proyectos más curiosos es la terapia con robots. El centro ha iniciado un estudio con uno que tiene apariencia de foca y tecnología japonesa, llamado Paro o Nuka. “Es un robot destinado a la intervención terapéutica emocional y afectiva”, declara Enrique Pérez, neuropsicólogo responsable de la Roboterapia. Cuenta con un sistema de inteligencia artificial que recoge información por medio de sensores táctiles, visuales y auditivos, de forma que logra comportarse como un animal real.
“Responde a estimulación externa y aprende en función de la interacción con el usuario”, comenta el experto, “así, se le puede recompensar con una caricia, por ejemplo”. Desde el punto de vista de la investigación, el objetivo es analizar si esta terapia puede servir para reducir las alteraciones de conducta que provocan las demencias. La interacción con animales influye positivamente en el estado anímico, disminuye la depresión y la ansiedad, pero tener un robot con los mismos efectos evitaría riesgos.
Otro proyecto actual es Artemis, cuyo objetivo es desarrollar una plataforma de teleterapia basada en internet en colaboración con la empresa Prometeo Innovations de Gijón. El objetivo es que los usuarios puedan realizar ejercicios cognitivos a distancia supervisados por terapeutas, sobre todo para aquellos que ya no están en el centro.
Electroencefalografía
Desde 2008, han salido adelante varios proyectos, como el de electroencefalografía implementado junto a ingenieros de la Universidad de Valladolid que querían desarrollar nuevos métodos de procesado de las señales del cerebro. Para el CRE Alzheimer sirvió para ver que la musicoterapia o terapia musical tenía efectos sobre la actividad eléctrica del cerebro, información que se correlaciona con progresos cognitivos y emocionales observados por los fisioterapeutas.
Al margen de los tratamientos, la tecnología se manifiesta en el centro a través de un proyecto de control de errantes con sistemas RFID para saber dónde está cada persona en todo momento, lo que podría servir en un futuro para monitorizar sus actividades.