Investigan cómo afecta un entrenamiento de fuerza en la mejora física de los trasplantados renales
Cristina G. Pedraz/DICYT El Centro de Investigación en Discapacidad Física (Cidif) de la Asociación de Parapléjicos y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym) de Castilla y León, ubicado en Valladolid, colabora con la Universidad Europea Miguel de Cervantes, el Hospital de Segovia y la Asociación de lucha contra enfermedades renales (Alcer) en un estudio en personas trasplantadas de riñón. El objetivo es investigar los efectos del entrenamiento de fuerza sobre los niveles de condición física y calidad de vida en estos trasplantados, personas que reciben diálisis y por tanto pasan muchas horas del día conectadas a un equipo.
La investigación está siendo llevada a cabo por la doctoranda Sonsoles Hernández y dirigida por el director del Cidif, Juan Azael Herrero, quien ha detallado a DiCYT las características del trabajo. “El trabajo se realiza en personas que reciben diálisis, pacientes que pasan mucho tiempo tumbados conectados a una máquina y por tanto son ampliamente sedentarios, el nivel de actividad física que tienen es muy bajo con el problema que conlleva un estilo de vida así para estas personas”, subraya
Estos pacientes, explica, pasan cerca de cuatro horas en esta terapia y mientras la reciben “no puedan hacer mucho ejercicio, pero sí se les puede aplicar electroestimulación”.
El estudio se centra en las piernas, “la musculatura que más masa muscular pierde y más se atrofia”. Durante la fase experimental, que se inició en marzo y que tiene una duración de seis meses, en un periodo de la diálisis se aplica a los pacientes una corriente para que potencie su musculatura. Para ello, los investigadores cuentan con la colaboración de personas de la Asociación Alcer pertenecientes a los centros de Valladolid y de Ávila y del Hospital de Segovia, a quien prestan una serie de aparatos cedidos por una casa comercial y el material del Cidif para realizar valoraciones.
En este sentido, señala Herrero, el trabajo se realiza en el propio hospital con el asesoramiento del Cidif e incluye “entre 15 y 20 pacientes en un grupo experimental y entre 15 y 20 pacientes en un grupo control”. Aunque este estudio experimental se encuentra aún en desarrollo, anteriormente se han realizado un entrenamiento de fuerza con los pacientes de Alcer en el que los investigadores han realizado un trabajo de fuerza con ellos y han obtenidos “unos resultados interesantes en cuanto a disminución de complicaciones o limitaciones físicas y mejora de la calidad de vida”, avanza el director del Cidif.
Valoraciones del sistema músculo-esquelético
Desde su puesta en marcha oficial en mayo de 2009, el Cidif ha continuado con su actividad principal, “la realización de valoraciones a las personas que se incluyen en el programa de rehabilitación”. Estos estudios del sistema músculo-esquelético permiten orientar y personalizar las terapias que el paciente va a recibir y, posteriormente, analizar objetivamente la eficacia de la rehabilitación llevada a cabo. “Ésta fue la razón principal por la constituimos el centro”, subraya Juan Azael Herrero, quien recuerda que en los últimos años han adquirido nuevos equipos, lo que ha posibilitado ampliar el tipo de valoraciones que se realizan.
Entre estos recursos materiales se encuentra un sistema de captura y análisis del movimiento en 3D, un aparato compuesto por siete cámaras que capta los movimientos que realiza el paciente (como la marcha o la propulsión en silla de ruedas). Las imágenes son recogidas por un ordenador, lo que permite analizarlas posteriormente y asesorar al paciente, dado el caso, sobre el uso de órtesis, prótesis o la efectividad de la rehabilitación. El centro cuenta además con un aparato de densitometría para valorar la densidad ósea, esencial en el diagnóstico de la osteoporosis; y con un ecógrafo, para determinar el grado de atrofia muscular, los cambios experimentados en los tejidos en respuesta a los tratamientos o la activación del riego sanguíneo con diferentes medios, como plataformas de vibraciones.
Asimismo, el centro dispone de una plantilla de presiones para silla de ruedas que permite conocer las zonas de presión al sentarse y adaptar el grado de hinchado del cojín, y también de plataformas de fuerza que se utilizan, principalmente, para valorar el equilibrio. Finalmente, cuenta con sistemas de valoración de la fuerza y la potencia muscular, como un dinamómetro isocinético, y un sistema de electromiografía a través del cual se realizan análisis de fatiga muscular, nivel de activación de la musculatura en diferentes actividades y se determina si las adaptaciones a la rehabilitación o al desuso se deben a factores neuronales.